CAP. SEIS

26 3 0
                                    

Ya le habían dado los resultados, tenía una costilla fracturada y una contusión en la cabeza, le habían dicho que no era nada de riesgo, pero que tenía que curar las demás heridas.

Ahora estaban camino a su casa, Noah había estado todo el camino en silencio, le estaba poniendo nervioso, para que mentir.
- Bueno, pues ya hemos llegado. - dijo Ian intentando calmar un poco el ambiente. Movió su mano para poder abrir la puerta, cuando por sorpresa se bloquearon.
- ¿Qué haces?- la confusión de su voz resonó por todo el coche.
- ¿Qué ha pasado? Y no me mientas, Ian. - Noah seguía mirando al frente.
- ¿No podemos dejarlo pasar?¿Hacer como si nada?- Noah no permitió eso, no quería dejarlo pasar. Se giró bruscamente en el asiento mirándole.
-¿Te das cuenta de lo cerca que he estado de entrar en pánico cuando veía que no llegabas? ¿Piensas que me gusta verte así? ¿Acaso crees...?- antes de poder acabar Ian le agarró, tirando de Noah hacia él, besándole. Un beso corto.
- Vamos dentro...- murmuró contra sus labios.
Noah apoyó su frente contra la de Ian, suspirando.
- Necesito saber lo que ha pasado, cariño.

Las lágrimas asomaban por los ojos de Ian. Apartó la cara, pudiendo sentir la respiración de su amante en su oído.
- ¿Podemos...?- antes de terminar Noah ya sabía a lo que se refería su bebé.
- Estás herido, deberías descansar, no podemos...
- Por favor, Noah, yo solo...- le volvió a mirar a los ojos- Yo solo necesito sentirte dentro mía, necesito tocarte.
Noah besó la frente de Ian pensando en su propuesta.
- No.
- Noah, por favor. - dijo contra sus labios, sonaba desesperado, rogando, de verdad lo necesitaba.
- He dicho: no. Primero tienes que contarme lo que ha pasado.
- No ha pasado nada, enserio, simplemente sabes que alguna gente es lo suficientemente idiota y que aun así a día de hoy... no aceptan...esto.
- ¿Quiénes?
Ian le miró suplicante, no quería meter a Noah en problemas, sabía de lo que era capaz su novio, si le decía la verdad, si le contaba que Jeremiah y Marco habían sido los causantes de la paliza, lo más seguro era que les mataría.
- No voy a decírtelo, así que, o me dejas salir del coche o nos vamos a quedar aquí toda la noche. - Ian estaba jugando con fuego.

- Pues ponte cómodo entonces, Ian. - susurró Noah con burla.
- De acuerdo. - se movió como pudo hasta sentarse sobre el regazo de Noah, quien le observaba confundido - Creo que aquí voy a estar cómodo ¿No crees?
Las manos de Noah se apoyaron en la cintura de Ian acariciando la piel que se escondía debajo de camiseta. Posó sus labios en su oreja y mordió. Ian se apoyó mas en el, intentando conseguir el mayor contacto posible, deseaba a Noah.
- Estas jugando con fuego, cariño. - murmuró sensualmente sobre su oído, consiguiendo sacar todo el aire de los pulmones de Ian.
- Entonces estoy deseando quemarme.

Noah empezó a repartir besos sobre la mandíbula de Ian, bajando lentamente al cuello, donde mordió y lamió la suave piel. Sus manos se deslizaron por la espalda del rubio, apretando su culo, soltando un pequeño grito que fue acompañado por una mordida en su cuello.
- Noah...por favor.
- Tranquilo, eras tú el que se quería quemar ¿cierto? – levantó sus caderas, haciendo gemir a Ian - Dime quienes han sido. - apretó los muslos entres sus manos, a la vez que intensificaba los besos sobre el cuello de Ian.
Volvió a elevar sus caderas, frotando su ya notoria erección, haciendo que su novio perdiera la última chispa de cordura que le quedaba.
- Sé que quieres esto tanto como yo. ¿Lo quieres, Ian? Entonces solo tienes que decirme quienes han sido, no te pido tanto.
Al ver que no iba a decir nada, intensificó sus movimientos, frotándose sin vergüenza contra Ian, volvió a morder el cuello de Ian, mientras podía sentir las pequeñas manos de Ian agarrándose desesperadamente sobre sus hombros. Si el pequeño quería jugar, el se iba a asegurar de disfrutarlo.
- Oh Dios mío... - susurró Ian entre jadeos y moviéndose contra Noah - Fueron... ¡Oh Dios! Por favor, Noah, lo necesito...
- Entonces, solo dilo. - apoyó su frente sobre la de su novio.

- Han sido los del entrenamiento...
- ¿Nombres? - otro beso escondido en su cuello, otro roce, cada vez mas cerca de...
- Jeremiah y Marco. Fueron Jeremiah y Marco. - dijo Ian y comenzó intentar quitarse la ropa.
Los movimientos de parte de Noah frenaron abruptamente, sorprendiendo a Ian mientras sentía como era levantado y vuelto a dejar sobre el asiento del copiloto.
- ¿Qué cojones crees que estás haciendo?
- Si esa era la única manera de hacerte hablar, había que intentarlo.
- Hijo de... - lo cortó el beso de Noah, que fue tan inesperado como lo que había sucedido hace unos segundos. Introdujo su lengua en la boca de Ian, tirando mas de él.
Noah tendría que dejar de ser impulsivo, o no sería la contusión en las costillas lo que le mataría.
- ¿Quieres que te acompañe hasta la puerta? - se quedó en silencio esperando una respuesta de parte de Ian, quien tenía su mirada clavada en algún punto de la calle.
- Si. - susurró avergonzado. Noah sonrió antes de atraerlo para un pequeño beso, burlándose de él.

- Vamos, pequeña princesa.
- ¿Perdona? ¿Qué me acabas de llamar? - esperó a que Noah le abriera la puerta para obtener una respuesta.
- Princesa. 

- ¿Y a que viene eso ahora?
Salió del coche dispuesto a caminar, cuando Noah lo levantó por la cintura pasando su mano libre por debajo de sus rodillas, cargándole hasta la puerta.

- Vale, lo acabo de pillar, muy gracioso.

CASI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora