CAP. NUEVE

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Tatiana había visto un cambio en su hermano, estaba malhumorado y parecía preocupado constantemente. Siempre decía que era debido a la universidad, pero ella conocía la verdad tras su actitud.

- ¿Te has enterado de lo de Ian? – le preguntó Tatiana a su hermano mientras desayunaban.
- ¿De qué? – dijo antes de meterse otra cuchara de cereales en la boca.
- Bueno, de que parece ser que el hijo del político es gay. – contestó ella esperando alguna reacción por su parte.

No hubo ninguna.
Solo una ceja levantada y una maldita letra.

- ¿Y?
Tatiana tiró más de la cuerda.
- Estamos hablando de Ian Olsen. El hijo de la familia cristiana y política. El chico de las brillantes notas. El futbolista que se follaba a todas hasta que asentó la cabeza con la animadora.
- Sigo sin verle la sorpresa a lo que dices. – hubo otro silencio – Vale, me alegro por él. – dijo sin emoción alguna - ¿Algún dato más que quieras añadir?
- Gilipollas – murmuró la pelirroja levantándose de su silla.
- Una cosa más, Tatiana. – su hermana solo le miró con desdén - ¿Sabes si alguna de tus amigas está libre esta noche?
- ¿Puedo preguntar por qué? – Tatiana apoyó su cadera en la encimera.
- ¿Te acuerdas de Charlie?
- Si, ¿por qué?¿qué pasa con ella?
- Había comprado entradas para un concierto y no puede ir, me las ha dado pero necesito acompañante.
- Te acompaño yo. – dijo Tatiana sintiéndose ofendida porque su hermano no quisiese ir con ella.
- Tatiana, no es por ofender ni nada, pero no me va el incesto. – contestó Noah con una ligera sonrisa dibujada en su rostro.

Tatiana entrecerró los ojos y sacó su teléfono del bolsillo trasero de sus pantalones. Unos minutos de espera y lo volvió a dejar en su lugar.

- Le he dado tu número a Kassh, ahora te llamará.
- Muchas gracias, querida hermana. – soltó Noah con sarcasmo mientras se iba de la cocina.

Agarró su teléfono para ver un mensaje de un numero desconocido, acabaría antes si la llamaba, así que eso hizo.
- ¿Hola?
- Hola Kassh, soy Noah.
- Antes de que digas nada, si acepto ir, es para ir a ver el concierto, no para liarme con nadie, que quede claro.
- Si, hablando del concierto, verás...
- No es un concierto. Vale, está bien. ¿Entonces a que tendría que ir? – esta mujer era muy directa.
- Con Ian a una reunión de políticos o algo así. – se escucharon risas que venían de la otra línea.

Luego un silencio.

- Estás de coña, ¿no?
- No. – volvió a escuchar más risas.
- Pues verás, voy a tener que rechazar tu oferta, no me van las fiestas, ni la política, ni Ian.
- ¿Un pase para x2 este sábado?
- ¿x2?¿Como la fiesta universitaria?
- Si, la que es una vez al mes en...
- ¿A qué hora quieres que esté donde Ian?
- Gracias a Dios. – susurró con alivio – A las seis. Muchas gracias Kassh.
- Quiero esa entrada, Noah.
- Un trato es un trato. ¡Ah, por cierto! Nadie puede enterarse, que piensen que estás en el concierto, conmigo, ¿entendido?
- Perfectamente. – colgó la llamada pensando en dos cosas, había conseguido un pase para una fiesta universitaria y dos, había sido raro de cojones. ¿Por qué tenía que ir con Ian?

Si era gay.

Abrió su armario buscando que ponerse. Miró la fila de sudaderas y pantalones de deporte.
¿Cómo coño se vestía alguien para una fiesta de viejos amantes de la política?
Anne-Marie, se vestía como una niña pija, la quería, pero la verdad era la verdad, tenía que llamarla.
Tres toques y cogió la llamada.
- ¡¡Tú!! – gritó por el altavoz.
- Hola, amor. ¿Qué necesitas? Te recuerdo que no tengo marihuana y no te voy a pasar los apuntes de anatomía.
- Necesito los de filosofía, pero eso otra día. Tienes que ayudarme.
- Hasta ahí he llegado. ¿En qué?
- Ropa.
- Dame diez minutos. – tan rápido como dijo eso colgó dejando a Kassh con el teléfono apagado, sola.
- Flipante.

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