A él le gustaba la música, le gustaba hablar de trivialidades, le gustaba saltar, le gustaba decir que era feliz. Y eso traía paz, las cuatro paredes que la encerraban se habían caído, ya no existían, ya no molestaban.
Los ojos oscuros ya no se veían.
08
A él le gustaba la música, le gustaba hablar de trivialidades, le gustaba saltar, le gustaba decir que era feliz. Y eso traía paz, las cuatro paredes que la encerraban se habían caído, ya no existían, ya no molestaban.
Los ojos oscuros ya no se veían.