Capítulo 5

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Luego de un vuelo de casi 11 horas ya no siento mis piernas, ni mi espalda y estoy segura que mi trasero es cada vez más inexistente, estoy en el aeropuerto de La Valeta (capital de Malta) y déjenme decirles que creo que ya me enamoré de este país o de sus turistas, porque en los últimos cinco minutos he visto casi diez chicos que perfectamente podrían ser los padres de mis hijos, sé que soy una idiota coqueteando pero eso no significa que no sea feliz solo observando.

Me dirijo a la salida a buscar el doctor Mario que sería el encargado de llevarme a la fundación, donde al parecer me quedaré y me explicarán todo; al llegar a la salida visualizo una gran cantidad de personas con carteles pero ninguno dice mi nombre, así que me quedo esperando. Una hora después no veo a ningún señor parecido al doctor Martín o algún cartel con mi nombre, cuando ya me he decidido a salir del aeropuerto y buscar alguien que me venda una Sim para llamar a mi madre, alguien me agarra el brazo:

–Hey, Virgy ¿no me habías visto? He estado parada por horas esperándote–Es una chica casi de mi misma edad, delgada, rubia, ojos azules, una barbie completa- No sabes lo cansada que estoy.

-Disculpa, creo que te has equivocado-Le digo mientras suelto su mano de su brazo.

-No, nada de eso, chica-Dice con un fuerte acento en la palabra chica-Yo seré tu niñera de ahora en adelante.

-Oye, estas muy confundida, no sé a quién buscas pero en definitiva no soy yo- Murmuro un poco molesta, porque ella no es la única que está agotada.

-Mira, tengo una foto tuya que mi fantástico padre me envío y un mensaje que dice que debo recogerte aquí-Estoy segura que fantástico padre lo dijo en un tono muy sarcástico, saca su teléfono y me muestra una foto donde está mi mamá y yo.

-Okay, puede que no estés equivocada pero en mi defensa, mi nombre es Visil no Virgy, Es decir ¿Quién carajos se llamaría Virgy?- Pregunto con burla.

-Puede que no haya estado escuchando cuando mi padre me dijo tu nombre pero ¿Quién carajos se llama Visil?

-Touché.

-Mi nombre es Anne, mucho gusto-Dice haciendo una pequeña reverencia- Seré tu acompañante en tus aventuras azucaradas en esta pequeña ciudad.

-Gracias, encantada de conocerte-Le respondo con una sonrisa-A mí puedes llamarme Vi. ¿Te digo un secreto?

-Claro que sí, me encantan los secretos-Me dice con voz cantarina.

-Odio mi nombre.

-Es bueno saberlo, ahora lo podré usar cada vez que este enojada contigo. ¿Te ayudo con las maletas?-Asiento y toma una grande, yo cargo la mediana y la pequeña-Vamos el chofer nos espera.

Al salir del aeropuerto el calor me golpea, comienzo a sudar rápidamente y siento que me voy a ahogar. Miro a Anne con desesperación

-¿Es todo el año este calor?- Pregunto mientras agito mi mano hacia mi cara.

-Nou-Eso me alivia, volveré cuando haya menos calor-De hecho, es peor.

Una camioneta negra se parque en frente de nosotras y aunque no sé nada de carros, esa parece muy lujoso, ¿Un chofer, esta camioneta? Si me hubieran dicho que la familia del doctor Martín tenía dinero, habría empujado a mi mamá a salir con él hace rato.

Un señor de mediana edad se baja del carro y empieza a subir mis maletas, me hace sentir diva y poderosa, ahora estas vacaciones me empiezan a gustar el doble, esto tendré que contárselo a Dare, oh, no, hablando de eso, ¡Dare! No le conté de este viaje, me va a asesinar, la tendré que llamar cuando me establezca donde sea que me quedaré. Me subo al carro y Anne hace lo mismo detrás de mí.

El carro arranca y saco mi cámara de mi maleta de mano, me gustaría fotografiar la ciudad pero para hacerlo tendría que bajar los vidrios y eso haría que muera por golpe del calor, así que sólo la tengo en las manos.

-Así que te vas a unir a la fundación Meritt-Dice Anne con una sonrisa-Yo trabajo ahí, soy coordinadora de eventos.

-Oh, eso es fantástico, ¿Así que allá me quedaré?, es que realmente no me dieron muchos detalles de mi estadía.

-Sí, la fundación es increíble, tiene un grupo de cabañas junto al mar para los voluntarios como tú- Me dice con una sonrisa esperando mi reacción. ¡Eso es increíble! Que alguien me despierte porque esto parece un sueño.

-Me siento como en una película-Le digo perpleja.

-Y espera a ver el mar-Me guiña un ojo.

Llegamos a una casa blanca de dos pisos, Anne me explica que es el sector administrativo de la fundación Meritt y que debemos atravesar toda la casa para llegar a la playa y a las cabañas, al entrar es hermosa, además hay aire acondicionado (detalle que me enamoró), hay una recepción y muchas habitaciones que parecen ser oficinas, Anne abre una puerta corrediza y la brisa de la playa me refresca la cara. Ante mis ojos se extiende la playa más hermosa que haya visto y diferentes cabañas

-La última cabaña de la izquierda será el lugar donde te vas a quedar. Te entrego la llave, puedes ir a descansar, mañana alguien pasará a informarte de tus labores, porque si no lo notaste hoy es el día libre de todos, así que dudo que esta noche te encuentres a alguien- Me entrega las llaves, me da mis maletas y se despide con la mano.

Entro a la cabaña y es pequeña pero me encanta, hay una pequeña cocina, un baño y la habitación pero lo más impresionante de todo esto es la ventana que da a la playa, lo segundo más impresionante es que hay aire acondicionado, realmente no quería empezar a oler a carne asada.

Entro al baño con la idea de bañarme y comienzo a desnudarme, me volteo frente al espejo y observo mi cuerpo completo, nunca fui muy atlética, antes solía ser curvilínea pero la enfermedad acabó con mis mayores atributos y me volví una delgada insípida, sin mucho que mostrar, además mi abdomen está lleno de diferentes cicatrices blancas producto de interminables tratamientos. No es que no ame mi cuerpo, sólo que antes era mejor. Me veo mi cara y es linda pero eso es todo, mis labios son gruesos y mis ojos son de un verde casi café pero no es el tipo de cara de revista, además mis pómulos están muy perfilados para mi gusto y mis ojeras las podrías ver a un millón de kilómetros.

Eso no me hace una chica con baja autoestima, creo que todas nos juzgamos diferentes partes del cuerpo que desearíamos que fueran diferentes, en mi caso, el tener el recuerdo de haber sido más linda me tortura un poco, aunque he aprendido a lidiar con eso.

Con ese pensamiento en mente entro a la ducha. 

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Hola! En esta ocasión les traigo una imagen de como me imagino a la protagonista, su nombre es Grace Elizabeth y me parece una diosa pero de una forma muy natural justo como es Visil. 

Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora