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5 meses después

Miriam

Salgo de la oficina, bajo por el ascensor y antes de llegar a mi coche me agarran desprevenida por la cintura.

-¿Te asuste?- pregunta Mimi ilusionada.

-Sueña- digo sin cambiar de expresión.

-¡Joder!- susurra.

Creo que me la quiere devolver desde que se lo hice una vez y llegó el de seguridad por el grito que pegó.

Me río sola.

-Y aún te burlas- Mimi me mira un poco ruborizada- Que mala ¡debería darte vergüenza, casi matas a tu novia!- se apunta creída.

-Pero si luego te lo recompensé muy bien- susurro frunciendo el ceño. Mimi me mira y sonríe pervertidamente.

-Podrías hacerlo de nuevo, ya sabes, tengo un trauma por tu culpa.

-No- digo llegando a mi coche.

-¡Miriiii!- lloriquea en la ventana, hasta que quito el seguro; picarla nunca pasará de moda.

Entra feliz y me da un besito. Me gusta que no sea rencorosa.

Llegamos a nuestro piso. Sí, decidimos vivir en el mío un tiempo a vez qué tal, en el suyo tiene las cosas básicas que no entrarían aquí; y debo decir que nos va estupendamente, y es que ya hace tiempo que no podíamos estar separadas la una de la otra, o era su piso o el mío. Así que me parece lo mejor.

Y me encanta tenerla conmigo.

Se recuesta en mi cama, he aprendido de Mimi que siempre que llega se recuesta, se levanta en minutos o en horas, pero siempre lo hace, creo que la renueva.

Claro que no contaba con que yo me tirase encima y la abrace.

-Esto es vida- susurra abrazándome también, me acaricia el pelo y me relajo poco a poco.

-Sí- susurro besándole el cuello.

-Oye- se ríe pícaramente. Hasta que se gira y comenzamos a besarnos.

-Por cierto, siento que algo se nos olvida- miro a Mimi que frunce el ceño pensativa y le doy unos besitos en la barbilla.

Vibra su móvil y gira la pantalla a nosotras.

"Maricona no te olvides de ir decente para mi boda, me pediste que te lo recordara!... Ricky.

-... ¡Mierda!- decimos al unísono. Pasado mañana es sábado, tenemos el día de hoy y de mañana para ver que ponernos y tiene que ser algo decente, Kibo ama las formalidades.

-Amor ¿Tienes un traje formal que me puedas prestar?- pregunta insinuante.

-Sí, pero no creo que te venga bien- la pico.

-¿Me estás diciendo gorda?

-¡Soy un poco más pequeña que tú, idiota!

-¡Ey! ¿Cómo que idiota? ¡Bésame!

Y nos seguimos besando.

-Espera Mimi ¿De verdad no tienes?

-¿Tengo pinta de formal?- es verdad la muy desgraciada va súper sencilla y cómoda al trabajo..

-No, casi llamo a la policía cuando te conocí, me diste miedo- bromeo.

-Pero eso fue porque te robé el corazón- dice egocéntrica.

-Claro que no- me muevo para levantarme pero Mimi me sujeta y levanta las cejas sexymente.

-Te tengo en mis garras, ahora dámelo.

Ella es perfecta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora