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***-¿Qué has hecho después de eso?- pregunto en un hilo de voz, he estado mucho tiempo en silencio, la tarde está volviéndose un poco más oscura.

A esta hora se duerme Zendaya...

-Nada, sólo dar clases- mueve los labios, había olvidado que tenía esa costumbre- a veces visito a nuestra madre, está sola... y un poco loca- sonríe tristemente- supongo que después de lo de nuestro padre y... mi hijo, nuestros abuelos y tú; ya pensara que lo mejor es morir, no sé.

-¿Yo?- levanto una ceja, a es cierto, supongo que estoy muerta para ella- Olvídalo.

Sonríe apenas, es de esas sonrisas que ocultan un pesar.

-Lo siento Mimi- dice flojito***



-¿Por?- vuelvo a estar a la defensiva.

-Por ser una mierda de hermana.

-Estoy de acuerdo- miro hacia delante.

-Ni si quiera te llame, pregunte por ti, ni trate de ayudarte. Lo tengo presente, y también sé que quizás sería mejor que no apareciese... y es egoísta, pero también estoy aquí por mí; sé que no me necesitas, tienes una maravillosa familia, pero cada día que pasaba sentía un peso más grande sobre mí, quería saber cómo estabas, si eras feliz, si habías tenido éxito, si quizás lo estabas pasando mal o si te faltaba algo...

-Estoy bien- susurro, inevitablemente sonrío- más que bien.

Toca mi antebrazo.

-No tengo ninguna duda- nos sonreímos débilmente.

Algo que no habíamos hecho nunca.

-¿Y cómo es que estás aquí?- escucho.

La miro interrogante.

-Tu no querías hablar conmigo.

-Miriam- digo simplemente.

-Oh, debo agradecérselo.

Nos quedamos en silencio.

-Háblame de ellos- escucho flojito. Miro de reojo los ojos brillantes de mi hermana.

-Te refieres a...

-Sí, de ese apuesto caballero y es traviesa jovencita. Nunca pensé que quisieras tener hijos ¿Y eso?

Me río, mirando a la nada.

-Yo tampoco, pero con Miriam me replantee toda mi vida- Marina me mira- aunque fue planeado, pensamos que no había dado resultado y llegaron de sorpresa- Noto que sonríe- nunca pensé que serían dos, a pesar de que en su familia no es algo raro- Exhalo y me caliento las manos- no concibo mi vida sin ellos.

-Así que son mellizos... había pensado que él era el mayor.

-Lo es... por unos 5 minutos –sonrío a mis manos, aún siento cierto rechazo a sonreírle a ella. Como guarda silencio me imagino que quiere saber algo más.

-Mario, es un buen chico, algo así como mi mano derecha (sobre todo si hablamos de mantener vigilada a Zendaya) es educado, obediente, la verdad no se requiere de mucha paciencia criarlo- Elevo mis hombros sonriendo- hasta diría que es maduro para su edad. A menos que Zendaya le meta alguna de sus ideas en la cabeza...- escucho una risita apenas audible.

-¿Y ella?

-Ella es especial- no puedo controlar la risa- me pase los primero años de su vida tapando enchufes, colocando topes de puerta, esquineros anti golpes- recito- y cosas así, le gusta investigar, moverse, conocer... es una buena niña, es inquieta y despierta. Pero también es muy sensible y siempre piensa en los demás... la familia de Miriam es muy grande y creo que nunca hemos dejado de ir una semana a verlos porque ellos los echan de menos.

Ella es perfecta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora