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Aparco en casa, veo más coches y voy a la entrada, la música suena suave, hay mesas con comida y tragos, camareros, y a mis padres hablando con unas cuantas personas, los mismos viejos de siempre, pienso con desagrado. Noto a mi madre mirándome por el rabillo del ojo, ese arqueo de ceja me deja clara la indignación por no estar vestida adecuadamente.

-María, ¡¿Dónde estabas?!- me saluda mi madre; viene con un tipo y un idiota más joven. Creo que salimos un par de veces hace años. Un asco.

-Por ahí- digo con seriedad ignorando las sonrisas de sus acompañantes. Mi madre debe estarme odiando por dentro.

-Has crecido mucho María, eres toda una mujer, sacaste lo mejor de tus padres- Escucho un cumplido del tipo.

-Gracias- como si necesitara que me recuerden mi belleza.

-¡Hija!- veo a mi padre con una copa. Abraza del hombro al idiota más joven.

-Veo que has crecido Miguel, y acabaste la carrera hace poco.

-Será un buen arquitecto- sonríe su padre- cómo toda la familia.

-Si- sonríe creído.

Me quiero ir.

-¿Y a ti como te ha ido?- sonríe él con suficiencia.

-Excelente- digo con acidez yendo a la mesa a por una copa.

-¡María eso fue descortés!- me reprende mi madre.

-¿Cuál es el motivo de la celebración?- la ignoro.

-Inaugurarán varias alas en el hospital, tu padre acaba de firmar el proyecto, con ambos.

-Nepotismo- comento bebiendo un sorbo.

-Creía que te llevabas bien con él- mi madre levanta una ceja.

-Sólo fue un desecho como todos los anteriores- me miro las uñas.

-No puedo creer tu actitud.

-Espero que esta junta no tenga nada que ver con ofrecer mi vagina a ese tipo.

-¡María basta!- se enoja- sería un buen partido para ti.

-No está a mi altura- me estudia el rostro y la miro a los ojos- ¿Estás conociendo a alguien?

-No- digo dejando la copa en la mesa- Iré a tomar el aire.

-Está bien, vuelve para el brindis.

-Ajá.

Cierro la puerta, inhalo el olor del césped recién regado. Ya me aburrí, no sé ni porque viene, algo me falta... hago un puchero contra mi voluntad.

-¿Te sientes bien?- escucho a mi lado- si quieres puedo llamar...

-Soy médica ¿recuerdas?- miro los coches.

-Ah, claro- sonríe bebiendo- me preguntaba si quieres salir a cenar.

-Tengo mucho trabajo- miento.

-Está bien- dice en silencio.

En eso se reúne la gente y mi padre habla, sonrío, mi madre sonríe y todos sonreímos. Me atrevería a decir que lo primero que seaprende aquí es a sonreír.

Miro la hora y ya es tarde, Ana debe estar durmiendo.

Me viene a la mente lo que me dijo antes mi madre "¿Estás conociendo a alguien?" frunzo los labios y saco mi móvil.

A la mañana siguiente

Ana

Me despierto un poco enfadada por las llamadas insistentes a mi timbre. Me aparto un mechón de la cara con molestia. Abro la puerta y veo a María; pestañeo y noto su estilo casual,nunca la había visto con un abrigo normal, pantalón vaquero y unas zapatillas de deporte.

Ella es perfecta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora