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Nos quedamos mirando, yo con la boca cerrada, las cejas rectas y los ojos muy abiertos aún sin poder creérmelo y Miriam probablemente sin digerirlo. Pestañea y lentamente sus comisuras se elevan formando una sonrisa; no sé cómo demonios, pero mi cara imita sus acciones, hasta que nos sonreímos mutuamente y ella se lanza encima de mí.

El resto rompe en aplausos y debo admitir que me sorprendí, se me olvidó que estaban aquí.

-¡No puedo creerlo!- exclama Efren.

-¡Dijo que sí! ¡Dijo que sí!- salta Aitana golpeando la mesa.

-Mi bebé se va a casar- escucho un gimoteo de mi futura suegra.

¡Estoy comprometida!

-Miriam- suspiro entre toda la emoción sin soltarla. A pesar de que estamos en el suelo- te quiero.

-Yo también a ti- susurra débilmente. Miro su cara llorosa y el brillo que hay en sus ojos, la beso sintiendo algo especial, inexplicable.

Algo nuevo.

-Ya sabía que valías la pena- asiente el pesado de su padre.

Nos ponemos de pie y le coloco el anillo a Miriam un poco avergonzada entre los aplausos de su familia y las bromas de Aiti.

Sólo puedo sonreír.

2 horas después

Miriam

Después de que se me pasara la impresión y la sorpresa... ¡de verdad no me lo esperaba! ¡por eso tantas visitas a mi casa! Aunque Mimi siempre se ha llevado bien con todos ellos...

Debo reconocerlo... soy un poco cliché, quizás sean las novelas románticas que leía no lo sé, pero no esperaba que Mimi incluso se arrodillara... admito que lo había fantaseado antes.

Suspiro.

Miro mi anillo, veo la piedra azul que lo adorna, dejo algunas lágrimas salir, después de todo. Hoy es nuestro día, y todos los demás... sin pensarlo mucho acaricio mi barriga, pensado en si funcionó o no y en lo que representaría tener dos asuntos que tratar. Trago saliva, supongo que esperaré a ver qué pasa.

Oigo unas risas y la puerta de nuestra habitación de vacaciones se abre, Mimi me sonríe desde la puerta y yo lentamente me giro al balcón, camina hacia mí y yo no aguanto y corro hacia ella. Me levanta del suelo y nos damos un abrazo largo, de eso que dicen tantas cosas... lo necesitábamos en privado.

-Te amo- digo llorosa por enésima vez... nunca me cansaré de decirlo.

-Y yo a ti- susurra- sé que puede ser idiota la pregunta, pero... ¿Lo hice bien?-me mira preocupada y luego dirige la vista a sus pies. Reprimo mi sonido de ternura y acaricio sus manos.

-Fue perfecto, así como sólo puedes hacerlo tú- Ay no. Malditas lágrimas.

-Miriam....- sonríe lentamente y se ruboriza- No me lo pusiste nada fácil- se recupera.

-¿Por qué?- levanto una ceja coquetamente.

-Porque eres jodidamente perspicaz- se cruza de brazos- siempre adivinas lo que pienso, es un milagro que esto no.

-Ni se me pasó por la cabeza que lo planeabas- Mimi se sienta en la cama y me deja un espacio, me siento al frente de sus piernas, nos abrazamos y acaricio su mejilla con la mía- ¿Es idea mía o así estábamos cuando nos besamos por primera vez?

-Sí...- Mimi abre un poco más los ojos y sonríe abiertamente- es verdad ¡Así fue!-pone cara soñadora.

-¿Y a qué estás esperando?- la molesto. Me mira de reojo y se ríe algo nerviosa.

Ella es perfecta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora