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Siempre a tu lado•


"Estamos a punto de aterrizar" indicó la azafata, para que así, todos los pasajeros pudieran abrochar sus cinturones por cuestiones de seguridad. Para Jimin, quien espabilaba a causa del miedo antes y un poco poco después de abordar el avión, el viaje estuvo tranquilo, y todos sus pensamientos negativos se marcharon cuando pudo observar a través de la ventana el hermoso amanecer, su jefe tenía razón, bien podía decir que la vista era impresionante. Aunque el mismo anduvo dormido la mayor parte del tiempo con la cabeza recostada sobre su hombro.

"Se veía tan, tranquilo".

Internamente, no deseaba tener que molestarlo, pero ante la orden, no tuvo más opción que hacerlo.

— Sr. Min, Sr. Min — llamó mientras tocaba suavemente su rostro con pequeñas puntadas de su dedo índice.   Parecía un lindo gatito, la primera reacción que tuvo de su parte fue un gruñido, con el cual arrugaba su nariz y se removía en su sitio, el cual le parecía sumamente cómodo.

El secretario sabía que no le gustaba que le interrumpieran su sueño, aún así, volvió a tocarlo dos veces más en su mejilla hasta que finalmente despertó, estando todavía somnoliento, soltó un bostezo que se le hizo inevitablemente contagioso al rubio.

— ¿Ya llegamos? — preguntó en un tono grave, a la vez que frotaba sus párpados con sus manos.
— Sí, póngase el cinturón.

No mucho después, el avión terminó por descender.

— ¿Ves? Te dije que estaríamos bien.

El más joven asintió satisfecho, tenía que reconocerlo, estuvo exagerando con respecto al asunto, no había sido tan terrible como pensaba que lo sería, para ser la primera vez, quizás y sí podría acostumbrarse.

También aprendió un par de cosas en su nueva experiencia, de no ser por la audacia de Seokjin, habría tenido más de un episodio de mareo durante el vuelo. Metería pastillas en su mochila y una almohadilla para el cuello la próxima vez.
































Kim Seokjin, personal estrella, valioso y fiel aliado del jefe mayoritario de la compañía, como su mano derecha, lo seguía a todas partes, en todo momento, incluyendo sus viajes al extranjero; no era la primera vez que viajaba a Taiwán para un evento especial. Namjoon se encontraba frente a él en el asiento del copiloto, tras salir del aeropuerto y tomar un taxi para llegar hasta el hotel en donde se hospedarían, compartiendo lugar junto a Jimin y YoonGi en los asientos de atrás del auto.

De brazos cruzados, sintió la mirada del peligris desde el retrovisor, regresándosela sin soltar palabra para después mirar su ventana, todas estaban de bajo, así que podía apreciar la vista de la ciudad en el recorrido, de una mejor manera, sintiendo el aire y el calor de la tarde sobre su rostro.

El camino era silencioso dentro de aquel vehículo, hasta que el teléfono del mayor comenzó a resonar, y tuvo que atender la llamada frente a todos los presentes.

— ¿Hola? ¿Cariño?

Seokjin devolvió su vista al retrovisor de forma inmediata, pero como era de esperarse, el peligris, que lo había estado viendo todo el rato a principios de camino, mantuvo la suya en otra dirección esta vez, mientras que hablaba con su mujer. Seokjin instintivamente apretó su puño, y había decidido ignorarlo en lo que quedaba del viaje, pero Jimin (que se mantenía relativamente cerca) pudo sentir la extraña tensión en el ambiente, con Yoongi recostándose en su hombro — de nuevo — durmiendo plácidamente; aún así, buscó acercarse un poco más al castaño, cuidando de no despertar a su jefe, logrando que percibiera su inesperada cercanía, con la voz del mayor de fondo.

Secretario Park [Y.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora