Secretario Park [Y.M]

•09•

•Acércate un poco más•

Jimin sostenía entre sus manos la mediana caja, decorada con un listo dorado y empaque sumamente blanco, leyendo la pequeña firma en la tarjeta plateada que colgaba de ella además de un corto mensaje.

"Nuestro viaje será en unas horas, y deberás presentarte como la ocasión lo amerita , es por eso que encargué un vestuario para ti, espero sea de su agrado".

— Sr. Kim.

Al terminar de leer, Jimin no se sintió seguro en sí abrir la caja antes o después de que Yoongi llegara, pero poco después de planteárselo, escuchó como la puerta de la oficina se abría, con el mismo pasando a través de ella, saludándose de vuelta apenas pudo cruzar, se acercó con cautela y cambió su expresión rápidamente al notar el regalo sobre su escritorio.

— ¿Y esa caja?
— Es un presente del señor Kim. - Replicó, entregándole el sobre junto con lo demás para que revisara el contenido por su cuenta, acto seguido, al terminar de leer la nota se dirigió hasta el enorme sillón negro de la oficina para abrirla cómodamente.

La puso sobre la mesa de estar y sacó los objetos dentro de ella a medida que las detallaba de forma individual. Había un traje negro con uno y que otro accesorio, corbata negra, zapatos del mismo color y más en el fondo otra pequeña caja dorada envuelta en un listón café.

- ¿Debes usar todo eso el sábado?

El contrario asintió firmemente mientras observaba el último obsequio y la sostenía con sus pálidas manos, abriéndola con cautela hacia arriba, con ambos sorprendiéndose al identificar lo que había dentro. Un reloj de mano de oro, altamente costoso, de esos que veías los precios en las tiendas y te quitaban el aliento.

Tragó duro — ¿es original? — titubeó. Mientras que el otro asentía con fervor igual de impresionado.
— Crees que...

Yoongi levantó su mirada hasta el rubio que a la vez quitó su vista del reloj para encararlo, encontrándose con los ojos del pelinegro y una extraña sensación invadió su cuerpo y su mente.

"¿Desde cuando los labios de su jefe se le hacían tan bonitos?".

— Ji-
— ¡Sorpresa!

La escandalosa voz había hecho que Jimin se sobresaltara un poco y ambos desviaran su atención a la puerta de la oficina.  Pero la mueca que cargaba aquel chico pelirrojo en su rostro no coincidía con el tono de voz tan alegre que utilizó al entrar. El mismo se detuvo a observarlo a ambos en el sillón y su expresión cambió a otra de total desdicha.

— Quiero golpearme contra la pared ahora mismo. — Eso fue lo único que alcanzó a decir momentos antes antes de cerrar la puerta nuevamente.

"Nota mental, nunca visitar a alguien por sorpresa".

— ¿Lo conoces? Nunca lo había visto por aquí — cuestionó el secretario sumamente confundido ante la presencia de aquel personaje mientras los dos se ponían de pie.
— Sí, es mi amigo de la universidad.
— ¿Jung Hoseok?
— ¿No se te ocurrió otro?
— Es el único nombre que conozco.
— Y creo que es el único amigo que hice en la universidad. — Rió.  — Vino a buscar un puesto de trabajo aquí en Seúl. Viene de muy lejos, así que lo recibí en mi casa mientras busca un lugar.
— En tu casa— repitió y éste asintió a lo susodicho.
— Sí, supongo que vino a visitarme, iré a hablar con él.

A punto de caminar hacia la salida Jimin se interpuso en su camino.

— No es necesario que vayas, iré a buscarlo.