XXXII

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Día 8:

A veces, solo a veces, Namjoon desearía tomar a su novio y secuestrarlo, para que ese tonto de Ken no lo encuentre y puedan vivir en paz.
Pero la vida no era así.

- vete por favor, estoy con mí novio en una cita por si no lo has notado, Ken.

Namjoon tuvo que rodar los ojos antes las muecas de ese niñato, y hacer de oídos sordos a sus insinuaciones de "pobre". De verdad que estaba cansado de todo, y prefirío llevar a su omega a comer un helado para que se le bajaran los humos.

- Namie, dejalo, es un idiota - este le sonrió.

- lo sé Jinie, lo sé.

La crema batida hacía los labios de Seokjin irresistibles, ¡no lo culpen! ¡y tampoco a su alfa por besarlo! Era una costumbre que adoptaron ambos cada vez que comían un helado (en recuerdo de la cita fallida); sin embargo, no esperaban que Ken tomara cartas en el asunto y tragera al padre de su omega.
Como lo odiaba.

- ¿qué te dije, Seokjin? - preguntó el señor - ¿quieres volver más rápido a Tokio?

- no - contestó - pero yo quiero pasar mis últimos días con él, ¿qué tiene de malo?

- que es pobre, y no lo estás notando.

Seokjin bufó y empezó a discutir sobre su padre, explicando que la pobreza no era algo por lo cual el amor se debía prohibir. Pero al parecer no entendía.

- mamá fue pobre - dijo - y bien lo sabes, ¿por qué ahora rechazas a Nam por su simple estátus? Mamá estaría muy decepcionado de  ti si lo supiera.

- tú madre está muerta, Seokjin.

Sí, ese maldito de Ken quería ver como su ex se derrumbaba, ¡pero no! ¡Nam no lo dejaría hacerlo! ¡o lo salvaba o dejaba de llamarse Kim Namjoon!

- disculpeme señor - intervinó - tal vez yo no tenga dinero, estátus o grandes edificios...pero yo amo y respeto a Seokjin, que pronto será alguien lo sucifiente mayor como para decidir con quién estar, y si me ha escogido a mí, no veo en que le afecte, ¿o sí?

El señor tan solo lo observó, sabiendo que sería muy difícil deshacerse de esa plaga.

- y si nos disculpa, quiero pasar mis últimos días con él antes de que se lo lleve, gracias - tomó de la mano a su novio y empezó a caminar lento - ah, y una cosa más: tenga respeto por los muertos, y por las marcas que las parejas se hacen cuandp son predestinadas. Realmente su mujer estaría decepcionada.

Llevó a Seokjin a casa y ahí lo mimó una y otra vez, hasta que dejara de llorar y ya no pensara más en las insencibles palabras del padre de este.
Y, aunque todo parecía que quedaban algunos días vacíos antes de la partida, él ya tenía un plan.

- alguna vez...¿has visitado el mar? - preguntó - ¿de las islas de Busan?

- no Namie, ¿por qué?

- hmn... - le sonrió - por nada, simple curiosidad.

Namjooj ya tenía un plan.
Y eso incluía al mar, y a su novio, lejos de Tokio.

I Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora