Capitulo 4: La bienvenida a la fábrica y los Oompa Loompas

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Se abrió el telón y aparecieron unos muñecos que empezaron a dar vueltas al mismo tiempo
que sonaba una canción de fondo:
-Willy Wonka, Willy Wonka el chocolatero ideal,
Willy Wonka, Willy Wonka aclamado hasta al final,
De su sonrisa tan viva no la puede contenerla,
Con tanta generosidad imposible retenerla, retenerlaaaa !!!
Willy Wonka, Willy Wonka ahora mismo lo conocerás,
Willy Wonka Willy Wonka es un genio, es el no va mas,
Con el chocolate es un as, es el mejor que hubo jamás,
Willy Wonka ya está aquí!!!!!-
Apareció una silla de un rey en medio del escenario y al lado de la silla aparecieron fuegos
artificiales amarillos, que por culpa de eso, empezó a crearse fuego alrededor de los muñecos
haciendo que se quemaran los muñecos. Se les estaba derritiendo la cara y a muchos se les
estaba callando partes del cuerpo.
-El chocolatero ideal......- y la voz murió, me reí un poco y aplaudí por el espectáculo fallido,
pero paré, al escuchar a mi lado alguien que aplaudía enérgicamente, le miré y era un hombre
un poco más alto que yo, llevaba unas gafas redondas, como de sol (totalmente negras), una
chaqueta larga y negra, que le tapaba todo el cuerpo, un sombrero de color carmesí, con un
bastón, que en la empuñadura era redonda de color blanco y negro y el palo parecía echo de
caramelos, tenía una sonrisa mostraba sus dientes de arriba totalmente blancos. Me mira
sonriente y le devolví la sonrisa mientras que los demás le miraban con una cara de asco.
-¿No ha sido magnífico? Estaba preocupado por que hacia la mitad no quedaba muy allá, pero
al final... WOW!- y se me quedo mirando un rato, cuando se movió, se fue a las escaleras y nos
miró.
Todavía tenía esa sonrisa deslumbrante en su rostro.
-¿Quién eres tú?- ordeno la niña turquesa
-Es Willy Wonka!-dijo el abuelo del niño
-¿En serio?- Dijimos el niño y yo a la vez, y me quedé mirando al hombre, y el hombre se me
quedó mirando.
Retiro su mirada de la mía y miró a todos los niños, de izquierda a derecha, y me volvió a
mirar, le di una pequeña sonrisa, y empezó a ponerse nervioso
-Buenos días, estrellas...-tartamudeo- la Tierra os saluda!- y empezó a hiperventilar
Entonces abrió el abrigo, sacó de el unas tarjetas y leyó literalmente
-Queridos invitados-dijo más seguro- mis respetos...- y nos miró- bienvenidos a la fábrica..., os
estrechó efusivamente la mano-bajo las cartas y extendió la mano, pero al darse cuenta que
nadie se la iba a corresponder, la cerró y siguió leyendo-...Me llamó Willy Wonka- y se río un
poco.
-Entonces... por qué no estas ahí arriba-dijo la niña del vestido, señalando el trono.
Willy Wonka se la quedó mirando
-Bueno... no podría ver el espectáculo desde ahí arriba, no? pequeña...-dijo perdiendo un poco
la sonrisa.
-Señor Wonka, no se si se acuerda de mí, pero... yo estuve trabajando aquí, en la fábrica-dijo el abuelo del niño con ilusión, haber si se acordaba de él. Pero la respuesta de Willy no se la esperaba el, ni nadie.
-No será unos de esos despreciables espías que intentaban robarme un trabajo de toda una
vida, para luego vendérselos a esos parásitos fabricantes de golosinas?-dijo serio y
amenazante.
-No señor…- contesto el abuelo con un poco de miedo y nervioso
-Entonces fabuloso- volvió a sonreír, que bipolar…- bienvenidos, adelante niños- y se giró
Le seguimos hacia el escenario y entramos atreves de el. Era la última de todos, no me
importaba lo más mínimo.
-No querrás saber nuestros nombres?- pude escuchar al niño regordete decir a Willy Wonka.
-No veo que se tan importante…vamos! rápido!- tuve cuidado con no acercarme a las llamas, y
las pude atravesar con éxito- Hay mucho que ver- se cerraron las puertas y nos consumimos en
una absuelta oscuridad.
De repente Willy quita una cortina negra y entramos a un pasillo con luz y una alfombra
larguísima de color rojo, que no podía ver el final.
-Dejad los abrigos donde queráis – se quitó el suyo y lo tiro al suelo y las gafas oscuras
también, dejando ver una túnica que le llegaba hasta las rodillas de un color carmesí oscuro
Yo me quité mi abrigo y lo dejé en el suelo también, no lo tiré por que tenía el móvil dentro y
revisé si tenía el billete dorado en el otro bolsillo, pero desapareció mágicamente, me quité mi
bufanda y la dejé encima del abrigo negro. Solo tenía mi chaqueta negra, la blusa corta de
color rojo y mi pantalón con manchas moradas y rojas. Me Levante y los demás padres estaban
colocando sus abrigo todavía, así que me coloqué al lado del señor Wonka y le hablé
-Muy bonita la bienvenida- intente hablar lo mejor posible el idioma
-Gracias!- Me miró con sus ojos color… ¿!Morados!? Me quedé embobada mirándolos …- tu no
eres de aquí, no?- me preguntó
-No, soy de España, tanto se nota mi acento?- dije desilusionada
- No, es que simplemente dijiste una palabra en británico- dijo en español
-Hablas español?- pregunte en castellano
- Y muchos idiomas más, como por ejemplo: francés, indio, portugués…-
-Yo soy mestiza, tengo sangre portuguesa y española- le comenté
-Que curioso…- pero un padre interrumpió nuestra charla
-Señor Wonka, que calor hace aquí dentro- dijo el padre de Mike.
- Que?- se dio la vuelta- Oh… sí, tiene que hacer calor por que mis trabajadores están
acostumbrados a un clima muy cálido, ellos no toleran el frío- sonrió y se giró otra vez
-Que trabajadores?- preguntó el niño que parecía un santo bajado del cielo.
Se dio la vuelta una vez más y contestó
Todo a su tiempo…- y se giró por última vez- Bien!- y empezó a caminar, una niña me empujó
del lado de Willy y me choque con el niño de antes
-Perdón- mire al niño
-Tranquila, soy Charlie Bucket- se presentó el niño
-Yo soy Sara Torrico- me presente y extendió su mano y yo la cogí gustosamente.
De repente pude ver que la niña turquesa abraza a Willy Wonka y Willy se queda paralizado, se
notaba que no le gusta que lo toquen.
-Señor Wonka, soy Violet Beauregarde…- dijo masticando ese chicle con la boca abierta
mientras sonreía.
Willy se a quedó mirando con cara de extraño y la contestó
-Oh…, No me importa- intente ahogar mi risa, pero fallé en el acto, riéndome por lo bajo
- Debería importarle, por que yo soy la niña que va a llevar el premio especial- insistió Violet
- Bien, pareces muy segura y la seguridad es muy importante- dijo sin mirarla.
Seguimos caminando pero la niña del vestido, la que me empujó, se puso delante de Willy,
haciendo que retrocediera inevitablemente y poniendo otra vez cara de susto.
-Soy Veruca Salt, encanta de conocerlo señor Wonka– y le hizo una reverencia.
-Yo creía que una verruga era un especie de bulto que sale en la planta del pie, jeje-se río y la
niña se puso seria, y no pude otra vez reírme, la niña me miró mal, y de la nada apareció el
niño regordete
-Yo soy Augustus Gloop, y me encanta su chocolate- dijo con mucho acento, intenté
entenderlo, ya que estaba comiendo todavía el chocolate y hablaba con la boca llena.
- Salta a la vista…a mí también, nunca imaginé que teníamos tanto en común…- antes de
caminar otra vez, miro al niño vaquero
- Tú…, eres Mike Tevé, eres el niño que averiguo la fórmula…- y por último miro a Charlie.
- Y tú…, simplemente te sientes feliz de estar aquí…- me mira a mí durante unos segundos y
sonrío a los demás padres.
- Y el resto debéis ser los p-p-pa-p-pa…- Todo el mundo lo miro raro y sentí que era un silencio
extremadamente incómodo así que terminé la palabra.
- Padres?- me miró y me dio una mira de agradecimiento.
- Sí…-me sonrió- Mamas y… papas- se quedó mirando el suelo y susurró- ¿Papi...Papa?- paso
unos segundos y nos volvió a mirar otra vez, con una sonrisa nerviosa-..De acuerdo, en
marcha…- se giró y se comportó como si nada hubiese pasado.
Estábamos yendo por el pasillo, y final nos encontramos una puerta de color gris. Cogió un
manojo de llaves y abrió la puerta, bajamos unos escalones y podíamos ver un jardín que todo
niño ha soñado, con chucherías por todo el lugar, árboles de caramelos, haber de árboles
normales y corrientes, césped que parecía comestible a la vista y un río de…¿chocolate?
Bien…tened cuidado pequeños niños, no os volváis locos, no perdáis la cabeza,
intentad…permanecer…tranquilos…- advirtió con calma.
Pude ver cómo a Augustus dejaba caer su tableta de chocolate de lo impresionado que estaba.
Uno que perdió la cabeza y no me sorprende lo más mínimo, solo había que ver su cara.
-Es precioso- comentó Charlie con una sonrisa mirando alrededor de la habitación.
-¿Qué…?- dijo Willy mirándolo, miró al frente y contestó.
-Oh… sí, es muy bonito- se puso a caminar y le seguimos.
Pasamos al lado del río y nos explico unas cosas
-Cada gota del río, es chocolate derretido de primerísima calidad- le seguimos por un puente
que seguía con césped haber de baldosas, y justamente a mi derecha había una cascada hecha
de chocolate, joder ¿qué clase de droga se metió este tío para crear esto O-o?
-La cascada es muy importante…-nos paramos en medio del puente -mezcla el chocolate…, lo
bate…, lo deja ligero y espumoso. A propósito en ninguna fábrica del mundo se mezcla el
chocolate con una cascada, queridos niños, preguntadle a quien queráis….- y por fin bajamos
del puente. Willy se hizo a un lado cuando estaba ya abajo, y no se si quería enseñarnos una
cosa de metal que descendía del techo o quería esperarme a mi, yo creó la última…
Se paró a mi lado y nos comentó
-Atención!- se pararon todos y le miramos.
Señaló la máquina de metal, que parecía una nave extraterrestre y tenía un tubo
enormemente largo de cristal
-Esos tubos, succionan el chocolate y lo llevan por toda la fabrica… miles de litros por
hora…¿Os gusta mi prado? Probad un poco de hierba…- pensé el doble sentido que tenía es
frase-…coger una brizna, por favor, es tan sabrosa… y tiene un aspecto tan fantástico…- y
sonrió al suelo. Mientras los demás estaban mirando al suelo, me miro y susurro ~es hermoso~
lo escuché y me sonroje.
-Se puede comer?- pregunto Charlie con ilusión.
-Claro que sí, todo en esta sala es comestibles, hasta yo lo soy, pero eso se llama canibalismo
mis queridos niños y esta mal visto en la mayoría de las sociedades-sonríe y les dijo a los niños
como a los adultos-Disfrutad! vamos, largo, tirar, jeje…!- y se fueron todos los niños y los
padre, salvo el padre de Veruca que se le quedó mirando raro y después se fue.
Willy me miró apoyada en un árbol observando una manzana del mismo árbol, se me acerca y
me habla en mi idioma natal.
-Entiendes todo lo que he estado diciendo?- me pregunto y le contesto sin retirar la mirada de
la manzana de caramelo.
- Me encantó la parte en la que dijistes “eso se llama canibalismo mis queridos niños, y esta
mal visto en la mayoría de las sociedades“, jaja …- intente imitar su voz, y al acabar me reí.
-Je… - se río un poco, y miro la manzana que estaba sujetando en mis manos- ¿Por que no te la
comes?- me preguntó, retirando la mirada de la manzana.
No se la verdad, me parece curioso, como una manzana caramelizada, crece en un árbol que
parece un bastón de caramelo…- le contestó mirándole a sus ojos moradas, y se incomodó.
-Bueno… son… experimentos que hago…jeje- se rasca el brazo nervioso y sonríe.
-Todo en esta sala es surrealista, parece que lo hubiese creado Picasso o Dalí, no tiene ni pies
ni cabeza… parece que lo hubiese creado un loco…-se entristeció y borró su sonrisa, iba a
hablar pero hable yo antes-…y me encanta- y sonrío otra vez.
-Gracias…- pude ver por el rabillo del ojo que se sonrojo un poquito.
-De nada señor Wonka- lance la manzana al aire y antes de que la cogiese, Willy la cogió.
Apoyo su brazo izquierdo en el tranco de caramelo, me llevó un dedo a los labios, haciéndome
callar, cerro un ojo, sonrió pícaramente y contestó.
-Solo para ti, llámame Willy querida…- sonrió y me ruborice.
Le arrebate la manzana de su mano y le metí un bocado
-Claro, claro.. como tú digas Willy…- le dije avergonzada y empecé a caminar hacia el río de
chocolate.
Me paro al lado de Veruca que estaba lamiendo una piruleta, y de repente gritó
-Papi..!¿Qué es aquello?- Señalo un enanito que estaba encima de una colina.
Todos los niños y padres vinieron, inclusive Willy, que se puso mi lado sujetando su bastón.
-Es un enanito! Allí! Junto a la cascada- continuó Veruca
- Hay dos…- dijo la madre de Violet detrás de Willy.
-Hay más de dos…- respondió el padre de Mike, que estaba al lado de ella.
-¿Quiénes son?- pregunte cuando termine de comerme la manzana y solo había dejado el
corazón, Willy me miró.
-¿Son de verdad?- Pregunto extrañado Mike, yo y Willy le miramos raro y después mire a Willy.
-Pues claro que son de verdad…- dijo con obviedad y miró otra vez hacia los enanos-… Son Oompa Loompas-me reí por lo bajo
-¿Oompa Loompas?- se preguntó el padre de Veruca
-Importado desde el Oompaloompalandia- le cortó el padre de Mike
-Señor Wonka ese lugar no existe-me tapé la boca y me reí.
-¿Qué?- pregunto irritado Willy sin ni siquiera mirándolo.
-Señor Wonka… enseñó geográfica en el instituto y le dijo que no exis…- no pudo terminar de hablar
-Bueno entonces conocerá perfectamente que clase de país es ese…- le cortó- Lo único que hay son densas selvas infestadas de las criaturas más peligrosas del mundo…, carnivorontes, girafantes , y esos horribles escarabuzos- intento justificarse, pero parece que se estaba inventando los nombres, pero prosiguió- Fui al Oompalandia en busca de sabores exóticos para las golosinas, y en vez de eso, me encontré con los Oompa Loompas. Vivian en casas en
las copas de los árboles para escapar de las fieras salvajes. Los Oompa Loompas se alimentaban solo de orugas verdes, que sabían a rayos, no dejaban de buscar lo que fuera para mezclarlo con las orugas y que no supieran tan mal, escarabajos rojo; la corteza del árbol Tam Tam, todo malísimo.. pero no tan repugnante como las orugas… pero lo que más les gustaba del mundo, eran los granos de cacao. Un Oompa Loompa encontraba con suerte tres o cuatro
granos de cacao al año, les volvían locos, solo soñaban con los granos de cacao, de los granos de cacao es de lo que se hace el chocolate así que le dije al jefe: Veníos a vivir a mi fábrica y tendréis todo los granos que queráis, os pagaré en granos de cacao, si queréis- y siguió explicando- son unos trabajadores excelentes, aunque debo advertir que son bastante traviesos, siempre están bromeado, jeje…-se río
Pero de repente un grito desconsolado se oyó…nos dimos la vuelta donde procedía ese grito y quien gritó era…

Sara en la fábrica de chocolate (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora