Capítulo 3: La fábrica de chocolate parte 2

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El primero de todos, era un niño rondando los nueve años, se llamaba Mike Tevé tenia el pelo color marrón oscuro, llevaba una chaqueta abierta color negro, que asoma a una blusa amarilla de vaquero y unos pantalones oscuros, alrededor de su cuerpo llegaba una cuantas pistolas de juguete, sonreí infantilmente por esos objetos, llevaba tambjen en su cabeza un sombrero de vaquero, y a su lado estaba su padre con el mismo color de pelo, llevaba una chaqueta cerrada de color beige claro y unos pantalones del mismo color, unas gafas encima del punte de la nariz y se podía notar desde lejos, que estaba empezando a quedarse calvo.
Al lado había una niña de unos 9 años, su pelo era de color rubio pero en el centro de la cabeza era de color castaño claro, llevaba puesto una chaqueta de color plateado, unos pantalones celestes y unas zapatillas de igual color, al lado de ella estaba su madre, exactamente vestida igual que su hija exceptuando que la madre tenía el pelo totalmente rubio y no estaba mascando chicle.
El tercer  niño venía de Alemania, llamado Augustus Gloop, era un niño de aproximadamente de diez u once años, su color de pelo era un castaño claro, era tan enormemente (palabras dichas por Roald Dahl) gordo que parecía haber sido hinchado con un poderoso inflado. Gruesos rollos de grasa fofa emergían por todo su cuerpo, y su cara era como una monstruosa bola de masa desde la cual dos pequeños ojos glotones que parecían dos pequeñas pasas. Estaba comiendo una tableta de chocolate y tenía esparcido por toda la boca restos de chocolate, llevaba una chaqueta totalmente roja abierta y podía verse a la perfección una camiseta a rayas de color blanco y rojo, unos pantalones azules y remangados en la parte de abajo, se podía observar también sus calcetines oscuros y sus zapatillas color rojo, al lado de el estaba su madre, su pelo estaba recogido por un moño y era exactamente del mismo color que su hijo, llevaba una chaqueta de color morado y rosa y en la parte del cuello, y la abertura de las manos poseía pelitos negros, se podía ver, que al final de la chaqueta había un vestido rojo, también llevaba un bolso negro y por último llevaba unas bailarinas de color blanco.
El cuarto niño, tenía entre 9 o 10 años, su pelo era de color castaño y en las puntas eran rubias, pero se podía confundir fácilmente de un color castaño muy claro. Vestía un Jersey de color azul y rojo y por el cuello del Jersey salía el comienzo de una camiseta de botones de color marrón desgastada, por encima tenía una chaqueta color carmín y con rayas de color amarillas en la parte del pecho hasta el final de la chaqueta, también llevaba un pantalón de pana de color beige y unas zapatillas azules oscuras manchadas y desgastadas , al lado había una persona mayor,  que dudó mucho que sea su padre, así pensare que sea su abuelo, tenía un sombrero marrón oscuro unas gafas redondas haciendo que sus ojos sean más grandes de lo normal y una chaqueta que le cubría todo su cuerpo hasta sus pies que llevaba unos zapatos iguales al niño, y unos guantes en las manos, y era el único que tenía la mano del niño cogida.
La última niña rondaba los 10 años, llevaba puesto un vestido color rosa pálido y por encima una chaqueta de pelos blanco, también llevaba unas medias blancas y unas bailarinas del mismo color y tenía un bolso de color rosa que la recoria desde el hombro hasta la cadera, al lado de ella estaba su padre un hombre serio, vestido con un traje gris oscuro casi negro y unos pantalones a juego con su chaleco y camiseta, por el cuello salía el comienzo de una camiseta blanca y dejaba ver una corbata de color marrón. Me coloqué al lado del señor serio y esperé a que abriesen las verjas de la fábrica de chocolate.
Estaba en mi mente pensando en las entregas de cuadros que tenía que hacer, pero de repente la niña del vestido rosa dijo a su padre
- ¡Papá! Quiero entrar ahora mismo!- exigió a su padre como si su padre tuviese todo el poder del todo el mundo.
El padre levanta la muñeca dejando a la vista un Rolex, mira la hora y le contesta
-Cielo, aún falta un minuto- miro a la niña con una sonrisa.
-Haz que el tiempo pase más rápido- en ese momento quería escupirle a la niña en toda la cara de lo malcriada que estaba.
Después el niño le dijo a su abuelo
-¿Cree que el señor Wonka te reconocerá?- dijo mirándolo a los ojos, el hombre mayor le devolvió la mirada y le contestó.
-Ohh... no lo sé, han pasado tantos años...- dijo con un tono ilusionado y mirando otra vez a la fábrica.
Después el niño gordo siguió comiendo el chocolate.
La madre turquesa le dijo a la niña que sigo masticando su chicle
-Piensa en el premio Violet, piensa en el premio- la niña la miró pero no la madre a ella, después de las palabras que la dijo su madre, la niña asintió con la cabeza con decisión y se enfoco otra vez en la fábrica.
Y por último de todo, el niño vaquero no le dijo nada a su padre, ni el padre al niño.
De repente las puertas se abrieron dándome un susto y haciendo que mirara para adelante, despues de eso, se oyó una voz de los altavoces que estaban colocados en algunas partes de la fábrica.
-Por favor, entrad!-dijo una voz que supuse que es la del señor Wonka.
Entramos todos y después hablaron de nuevo los altavoces
-Podeis... acercaros- y se calló la voz, mientras nos adentramos hacia la entrada de la fábrica las verjas empezaron a cerrarse
-Cerrando puertas- y se cerraron finalmente.
Cuando ya estábamos casi en la entrada la voz que salía de los altavoces habló de nuevo.
-Queridos visitantes... Es para mí un  placer, daros la bienvenida a mi humilde fabrica- Se calló la voz, pero no tardó mucho en volver a hablar- ¿Quién soy yo? Pues....
Se abrieron las puertas y detrás de ellas había un telón rojo que se abrió, y detrás de el había...

Sara en la fábrica de chocolate (Willy Wonka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora