Esa mañana como siempre Bella se despertó entre los cálidos brazos de su esposo. La noche anterior habían conversado acerca de visitar a sus hermanos y llevarles los regalos que había comprado para ellos. Lo cierto era que los extrañaba demasiado, no los veía desde el día de la boda y ya había pasado alrededor de tres semanas sin verlos.
También habían planeado un almuerzo con el abuelo de Dereck así que sería un día bastante entretenido.Con esa idea se levantó de la cama y se dirigió al baño para alistarse y preparar el desayuno para los dos.
- Amor, ya despertaste, ¿por qué tan temprano? - escucho la voz de Dereck aproximarse a ella y abrazarla por la cintura.
- No es nada, solo estoy un poco emocionada, hace bastante que no veo a mis hermanos y estoy ansiosa por hablar con ellos. - tomo aire - también quiero ver al abuelo, le tengo mucho cariño y lo extraño bastante. Él, es como el abuelo que jamás tuve.
- Entiendo - le dijo mientras asentía con la cabeza - iré a prepararme para salir - y después de decir eso la beso en los labios y se dirigió a la habitación, no sin antes guiñarle un ojo. - Te amo.
A Bella no le dió tiempo a responder, pero no hacía falta, en sus ojos se reflejaba cuan enamorada estaba de su esposo.
Dereck podía parecer frío y calculador, pero la verdad era todo caliente, amable y romántico, y ella estaba completamente pillada por él.
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Al llegar a la puerta de la casa donde vivían sus hermanos a Bella se le aguaron los ojos, los extrañaba demasiado, así que dando tres toques en la puerta espero a que fuese abierta.
- ¿Quién es? - se escucho desde dentro la voz de un niño.
- Soy yo Damon, soy tu hermana - le hizo saber ella. Dos segundos después la puerta fue abierta.
- ¡Hermana! - gritó emocionado el pequeño - ¿por qué demoraste tanto en venir, dijiste que nos visitarias pronto, no sabes cuánto te he extrañado - comenzó a hablar rápidamente sin dejarla responder.
- Tranquilo, tranquilo hermanito. Yo también te he extraña muchísimo, no te imaginas cuánto. - hizo una pausa y tomo aire - pero ya estoy aquí. ¡Dios! cuanto te extrañe - exclamo a gritos mientras lo apretaba contra su pecho.La sonrisa que Dereck veía en el rostro de Bella cada que estaba con su familia era única e inigualable, ella los amaba completamente. Se brindaban cariño entre ellos son ningún tipo de reserva, lo entregaban todo y no guardaban nada.
Ese era exactamente el tipo de amor que había deseado durante todo su vida y que al fin había podido encontrado.
Su mayor deseo era formar una gran familia junto a la mujer que amaba, y se aseguraría de cumplirlo y de mantenerla a ella siempre feliz.
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Luego de un fantástico almuerzo con los hermanos de Isabella se dirigieron a la casa del abuelo el cual los esperaba para la hora del té.La enorme mansión del abuelo aún le parecía irreal y magnífica a Bella, los extensos jardines, perfectamente podados y la decoración exquisitamente preciosa todo era perfecto, pero era el cálido aire a familia y cariño que se respiraba siempre en el ambiente lo que hacía que su corazón se estrujar y sintiese el pecho cálido.
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En el gran salón de la casa se encontraban charlando María y el abuelo mientras merendaban algunos dulces y jugaban al ajedrez.
- Oh, mi querida Isabella - saludo emocionado el abuelo mientras se levantaba de su asiento, dejando el juego a medias y se acercaba a ella - cuánto te he extrañado, os habéis demorado bastante en visitar a este viejo que los extraña demasiado - luego mirando a Dereck completo - es que acaso quieres matarme de la tristeza.
- Por favor abuelo no digas eso, lo que más deseamos es que viva muchísimos años más - afirmó Bella y dándole una mirada a su esposo continuo - vendremos más seguido y pasaremos el rato con usted.
- Has tenido suerte querido nieto, haz encontrado una esposa excelente.
- Lo se abuelo, no hubiese podido encontrar a alguien mejor que ella.
- Yo siempre lo he dicho, en nuestra familia... - pero fue interrumpido por María que exclamo.
- Bueno chicos es suficiente o asustareis a la pobre chica, déjenla en paz y vallamos a tomar el té. - y todos se comenzaron a reír.
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Luego de eso todos se dirigieron al patio de la casa donde se sentaron en una cómoda y muy elegante mesita.
Para cuándo terminaron Dereck le pidió a María que lo acompañará para hablar sobre las medicinas del abuelo en privado ya que aunque él no quería preocuparlo sabía que él estaba un poco enfermo. Afortunadamente el doctor había ido hace pocos días y según los últimos estudios las medidas habían hecho efecto maravillosamente y el abuelo disfrutaba de una salud de acero.
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Mientras tanto en el patio el abuelo y Bella siguieron conversando de asuntos ligeros hasta que de la nada el abuelo dijo:
- Gracias Isabella
- ¿Por qué...
- Dereck ha estado solo demasiado tiempo, luego de lo sucedido con su familia se encerró en si mismo y no dejo a nadie entrar - tomo aire, mientras su vista se perdía en algún punto del jardín trasero - ni siquiera a mi. Pero desde que tú llegaste a su vida, lo he visto ser el mismo chico que fue antes de aquel desastroso suceso, lo he visto reír, soñar y tener esperanzas.- hizo una pausa - De verdad creyó que podía engañarme y pedirte que fueses su esposa falsa - “¿¡Qué!? el abuelo lo sabía” fue lo único que pasó por la cabeza de Bella en ese instante - tranquila jovencita, no me mires así, conozco todo la historia y tú de verdad me agradas. Lo que más gracia me produce de todo esto es que quedó atrapado en su propio juego y se terminó enamorando. Así que por enseñar a mi nieto a amar otra vez te digo, gracias - finalizó con una sonrisa mientras tomaba sus manos.
- Soy yo quien agradece, gracias a usted por tener un nieto tan maravilloso, que me enseñó a volver a soñar.
- Les deseo a los dos toda la felicidad del mundo, y no dejes que se entere de que estoy al tanto de todos sus planes o podría entrar en cólera - dijo y comenzó a reír - este viejo aún tiene algunos trucos, muchacha.
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Por otro lado Amy se encontraba organizando la ropa de Edward, la noche pasada habían estado hablando y creía que las cosas habían mejorado para ellos, por lo menos no la había ignorando esa mañana y había usado la corbata que ella compro para él.
Mientras colocaba un par de calcetines dentro de la gaveta noto algo cuadrado, una caja. Al abrirla encontró una pulsera.Era de oro blanco y con algunas piedras azules incrustadas.
No lo podía creer, Edward había comprado esa pulsera para ella, sabía el que le encantaba el color azul, se había acordado de ese detalle, quizás las cosas si estaban mejorando, quizás y el solo esperaba el momento indicado para dársela.
Al fin su sueño se hacía realidad, al fin estaban llegando a algo, algo que quizás era amor, pero el sueño se volvió pesadilla cuado al pasar su dedo por el reverso sintió una inscripción y la quiso leer.
“Azul como el color de tus ojos. Mi amada Isabella”
- No, No, No, ¡No! - gritó desesperada mientras lanzaba todo al suelo, cómo había podido ocurrir algo así. Ella había confiado en esa chica traicionera y era ella la culpable de su desgracia. Ella era la mujer por la que su esposo suspiraba en las noches, la que se adueñaba de sus sueños y fantasías.
Entonces todo comenzó a tener forma y como si alguien hubiese encendido una luz en su cabeza comenzó a ver entre las sombras.
La noche que los presento, estaba tenso por ella.
La vez que le dijo que iría de compras con Isabella y el la animó a hacer nuevos amigos, fue por ella.
Su interés en las corbatas que había comprado luego de mencionar que Isabella la había ayudado a elegir, ¡todo había sido por ella! por esa maldita arpía.Pero de algo podían estar todos seguros, se arrepentirían de todo lo que le habían hecho, de todo lo que estaba sufriendo.
Por todo eso, ella se vengaría y los haría sufrir como nunca.
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una Esposa para el Millonario
RomanceIsabella es una chica pobre, su vida nunca ha sido fácil, ella debe cuidar a sus hermanos pequeños y alimentarlos, además de pagar las deudas de su hermano mayor en ausencia de este. Derek , a pesar de manejar toda la economía familiar y las empresa...