capitulo VII

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Al abrir los ojos lo primero que vio fue su reflejo, sentía la boca reseca y le pesaban los párpados, la habitación en la que se encontraba le era desconocida y no podía asegurar como había llegado allí.

Llevaba las mismas ropas del día anterior y al revisar la habitación pudo notar las enormes cortinas que cubrían las ventanas evitando que los rallos del sol entraran en la habitación.
Había un sofá doble de color beige colocado en el centro de la estancia y la cama donde estaba recostada, poseía sabanas blancas y doradas, por la estructura del lugar podía asegurar que quizás estaba en un hotel, pero, ¿cómo había llegado ella ahí?

Lo último que recordaba era haber ido con Edward a una cafetería a por un café. Habían entrado en una cafetería bastante famosa del centro de la ciudad, ella había pedido con capuchino y él un café negro sin azúcar, luego habían tenido una discusión que no lograba recordar y mas tarde todo estaba oscuro, no recordaba nada más.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y por ella entro Edward con una bandeja de lo que parecía el desayuno. Al colocarlo delante de ella pudo verlo mejor, había dos huevos fritos, pan tostado, un donut y dos vasos, una con jugo de naranjas y otro con agua, junto a este último, una píldora.
- Edward que es todo esto – le pregunto sobresaltada, necesitaba respuestas de inmediato.
- El desayuno, por supuesto – le dijo como si fuese lo mas obvio del mundo.
- No hablo de esto – le dijo señalando la bandeja de alimentos – ¡me refiero a todo esto! – exclamo abriendo los brazos y señalando todo el lugar, en ese momento tuvo un mareo, debido al repentino movimiento y tuvo que llevarse una mano a la cabeza.
- Tranquila amor – él se apresuro a sujetarla – no deberías hacer eso, te he traído una pastilla que seguro te hará sentir mejor.
- ¿De que hablas? ¿Dónde estoy? ¿Dónde estamos?
- Relájate y descansa, estamos a solo un paso de estar felices para siempre, ya verás que todo se solucionara y podremos ser felices juntos, solo tu y yo. – le respondió con una sonrisa, que lejos de parecerle cálida y amable como siempre había sido, la asusto y provoco un escalofrió a través de su columna.

En ese momento y debido a aquellas palabras llegaron a su cabeza una serie de recuerdos del día anterior y lo recordó todo:

El día anterior cuando había salido de la casa de sus hermanos, Edward la había alcanzado en su auto mientras se dirigía a la avenida a por un taxi y la había invitado a un café, el había insistido a pesar de su negativa y la llevo a Darsi’s un café bastante importante de la ciudad, pero para su sorpresa el llegar estaba prácticamente vacío y solo estaban ellos dos.
- Lo reserve especialmente para nosotros – había sido su respuesta cuando ella le pregunto.
- ¿Por qué hiciste algo así?
- Solo, no quiero que nadie nos interrumpa mientras hablamos – hizo una pausa – por favor escucha lo que tengo que decir – tomo aire – primero ordenemos – le había dicho mientras se levantaba y se dirigía a la barra, se veía nervioso – ¿qué quieres pedir?
- Un capuchino está bien
- Bien, un capuchino para ti y para mí un café negro – luego de pedirlo le había dicho algo a la joven del servicio que no logro escuchar pero supuso que era que los dejase solos porque luego de eso la chica desapareció – listo, espero que te guste, este lugar se ha hecho muy famoso estos últimos tiempos, dime que opinas – Edward parecía nervioso era como si estuviese apresurado – pruébalo – la apresuro, ahora entendía el porqué, la había drogado.
- Bien, ¿sobre que querías hablar? – le había preguntado ella.
- La verdad es que quería mucho verte, tenerte así de cerca – estiro su mano en dirección a su rostro, pero ella se alejo antes de que la pudiese alcanzar, entonces lo volvió a ver, aquel destello en sus ojos que la asustaba y el cambio repentino en la expresión de su rostro – no te alejes de mi. Sé que también me quieres, se que deseabas el beso tanto como yo, lo pude notar, ¡nos gustamos!
- ¡No! – le había dicho ella – yo quiero a Dereck, quiero estar con él, porque no lo entiendes. Te dije que eso fue un error, me gusta mi prometido, quiero estar con él, solamente con él – lo miro fijamente a los ojos y le dijo – entiéndelo de una vez por favor, no podemos tener nada porque yo lo amo. Lo mejor es que regrese a casa, no te moleste, tomare un taxi.

Pero cuando se levanto de la silla el suelo comenzó a dar vueltas bajo sus pies y sus ojos no podían enfocar bien, no comprendía que le sucedía, pero al voltearse hacia Edward lo vio sonreír y escucho sus últimas palabras antes de desmayarse:
- Eres tu quien no entiende, seremos felices juntos.
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Entonces eso era lo que había pasado el día anterior él, él.... ¡como había sido capaz!
- ¿Por que? – le pregunto – ¿por que razón hiciste algo así? ¿!por qué me drogaste!?
- ¡Era la única manera!, quiero que seamos felices, yo te amo y sé que tú me acabaras amando a mi
- Es que acaso te escuchas, yo no quiero nada contigo y no me puedes imponer amarte, amo a Dereck, con el soy feliz, no necesito nada mas – en ese momento el recuerdo de Dereck destello en su memoria, se suponía que cenarían juntos, el debía de estar sumamente preocupado por ella. No podía imaginar como se sentiría. Lo que más deseaba era que la encontrara pronto, confiaba en que así seria.
- ¿Crees que no necesitas nada más? – le dijo amenazante mientras la tomaba de los brazos fuertemente – ¡pues veremos que piensas luego! – le grito para luego tomar la bandeja completamente intacta y desaparecer por la misma puerta que antes, entonces se escucho el ruido del cerrojo cerrándose y lo supo él se había ido y la había dejado sola y encerrada.
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En otro lugar, al otro lado de la ciudad se encontraba un desesperado Dereck, no había pegado ojo en toda la noche, no dejaba de pensar en Isabella, ¿Dónde estaría? ¿Qué estaría haciendo? Esas preguntas rondaban en su cabeza y no conseguir darles respuestas lo volvía aún peor.

En ese instante entro en su oficina Jeff, traía en sus manos su tablet y mientras confirmaba algo en ella dijo:
- Señor, la hemos encontrado
- Bien, ¿dónde está?
- Ese es el problema, no es donde, sino con quien – le dijo para luego mostrarle unas imágenes. En los videos se podía ver a Edward entrar en un hotel de las afueras de la ciudad en su brazos llevaba a una inconsciente Isabella.

En ese instante a Dereck le ardió la sangre en las venas y deseo golpear a Edward por comer tal estupidez, bella era su prometida, y el debía mantenerse alejado de ella.

¡Diablos! No entendía porque tenía que suceder eso justo cuando se estaban entendiendo, pero iría a por su prometida y la traería de regreso a donde pertenecía, a su lado.
- Jeff, prepara el auto, saldremos de inmediato – le ordeno a su asistente, más le valía a Edward estar preparado, nadie se metía con lo suyo y salía ileso, eso era algo que Edward aprendería pronto.

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