Capítulo 10

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Albert se reunió en la biblioteca con Terry, Stear, Archie, la tía abuela y con los padres de Candy.
Conforme iba relatando Terry la situación todos estaban asombrados.
La matriarca tenía una lucha interna de sentimientos. Se disculpó con todos y se retiró a su habitación; seguía pensando en cómo podía ayudar a los jóvenes. De pronto pensó en una persona muy cercana a ella y decidió hablar personalmente.
Ninguno de sus sobrinos sabía de su existencia. Por lo tanto empacó lo mas necesario y envió a llamar a George.

Le solicitó a George que tuviera listo el boleto para Escocia. No quiso entrar en detalles; pero ya George presentía los planes.

Le dio órdenes que si preguntaban por su ausencia dijera que iba a una de las propiedades Andrey para tenerla lista para Candy.

George respondió que estuviera tranquila él se encargaría de dar el mensaje al patriarca.

Mientras tanto en la biblioteca... 
Después de escuchar a Terry había un silencio pesado.

Archie fue el primero en hablar:
-Terry debes saber que cuentas con nuestro apoyo.

Stear le dijo que él rastrearía la dirección IP donde se enviaron los correos y con ayuda de Patty y  Neal tendrían lo mas pronto posible los datos.

Albert observó que George entró y le hizo una seña para que saliera un momento.

¿Qué sucede?

La señora Elroy se fue para Escocia William; dejó dicho que personalmente se encargaría de tener una de las propiedades listas para recibir a la señora Candy.
Gracias por avisar creo que lo comunicaré.

Albert les comunicó que por la seguridad de Candy ella se fuera un tiempo a Escocia junto con sus padres Terry se opuso al principio pero Albert le explicó que la tía abuela había salido a preparar todo.
Aceptó a regañadientes mientras tanto seguirían con sus actividades diarias como si no hubiera nada.

Los Cornwell y los Leagan que también estaban en la reunión también iban a colaborar.

En cuanto llegó a Escocia la señora Elroy se fue a la villa a descansar.

Se fue a su habitación y de un cajón sacó una libreta y marcó un número en su celular.

La Confesión de Sarah Leagan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora