No te fíes de él.

335 30 8
                                    

Capítulo catorce : No te fíes de él.


  

Pov' Blue

Froto con cansancio y pereza mis ojos y a un paso realmente lento bajos las escaleras. Mis pies descalsos apenas y hacen ruido mientras camino. Los golpes en la puerta son cada vez más insistentes y quiero decirle a quien sea que este detrás que se vaya, que es muy tarde para que este molestando en casa ajena, pero no lo hago porque creo que podría tratarse de una emergencia.

En cuanto mi mano tira de la perilla de la puerta abriéndola me arrepiento enseguida.
Se me hiela la sangre y quiero cerrar la puerta de golpe y volver a mi habitación.

Pero ya es tarde.

Los ojos Abraham me escanearon de arriba hacia abajo hasta fijarse en mis ojos, fruncí el ceño y me abrace a mi misma.

- ¿Qué haces aquí a está hora? - Pregunté confundida.

- Vine por ti. - Su voz salió seria, parecía incluso molesto pero no sabría decir por qué.

- ¿Para qué? - Lo miré confundida.

- Para que vengas conmigo. - Dijo obvio.

- No iré contigo a ningún lado y menos a esta hora, hace mucho frío ¡y mañana tengo clases!

- No me importa. Vístete. - Me ordenó. Rode los ojos con fastidio.

- Buenas noches, Abraham. - Iba a cerrar la puerta en sus narices pero él se adentro a mi casa antes de que pudiera hacerlo.

- Estoy tratando de solucionar lo mal que me comporte está tarde, ¿podrías poner de tu parte y venir conmigo? - Gruñó con exasperación.

Lo mire confundida. ¿Estaba tratando de ser amable o algo así?

- Me basta con una disculpa y que me dejes dormir. - Me encogí de hombros.

- Blue. - Gruñó.

Rode los ojos y me dirigí hacía las escaleras con Abraham pisándome los talones. No paraba de quejarse y de amenazarme, diciendo que si no iba con él por las buenas me llevaría por las malas pero yo simplemente lo ignoraba.

Cuando llegue a mi habitación me tire boca abajo en la cama y abrace mi almohada.

- Te estoy viendo las bragas. - Dijo él, a pesar de que su voz sonará sería había una pizca de diversión en ella.

- Pues disfrútalo, porque es la única vez que lo harás. - Farfulle con la cara metida en la almohada.
Sentí como su mano bajaba mi camiseta cubriendo así mis bragas, no le di importancia y seguí tratando de conciliar el sueño hasta que sus manos tomaron mis tobillos y jalarón de mi hacía abajo.

Grite cuando su duro pecho choco contra mi espalda, todo pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar. Sus manos grandes tomaron mi cadera haciendome girar y en un abrir y cerrar de ojos ya me tenía sobre su hombro cargandome como un costal de papa.

-¡Bájame! ¿¡Qué diablos haces!? - Grite, patalee y chille sobre su hombro pero a él parecía no importarle.

Me dejo con brusquedad sobre el suelo y me miro fijamente.

- Vístete o juro que te desnudare ahora mismo y lo haré yo. - Me amenazo. Coloque mis manos sobre mis caderas y eleve mi mentón de modo desafiante.

- No te atreverías.

Sus ojos fríos se fijaron en los míos, endurecí mi mirada y lo mire fijamente. En un segundos realmente rápido sus manos tomaron los bordes de mi caseta, contuve el aliento cuando tiro de ella hacía arriba dispuesto a quitarmeta.

CORRE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora