No querias lastimarme. (1/2)

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Cuarenta y cuatro: No querias lastimarme...

(mini maraton. 1/2)

BLUE.

Fui directo a la universidad una vez que me asegure que Loren estuviese bien, el día anterior se había agarro una de esas borracheras que te hacia olvidar hasta la fecha de tu nacimiento. No había tenido a quién recurrir porque la muy sonsa había vuelto con su ex, ese tipo con pinta de matón que no es ni por asomó tan encantador como Abraham, es decir, no es que Abraham fuera encantador pero al lado de ese bastardo era un terrón de azúcar. Él sí que era un completo bastardo, y estoy segura de que Loren no sólo estaba ebria, si no que se había tomado algo mucho más fuerte, en fin, al no saber cómo demonios sacarla de el lugar de malamuerte al que se fue a meter recurri a la única persona que creí que iba a ayudarme: Damon.

No tardo ni siquiera cinco minutos en llegar a mi rescate. ¡Él si que era un encanto!. Me hubiese gustado que cierto pelinegro fuera igual.

Damon lucia preocupado cuando llego a mi casa ayer, le explique la situación y ambos salimos al rescate de Loren, la cual por cierto andaba muy acurrucadita con el bastardo de su ex. Fui a por ella como alma que me lleva el diablo, cuando llegue ella me saludo como si nada, diciendo "amigaaaaaa" en un cantito molesto y flojo. El bastardo de su ex se opuso a que me la llevara, bueno, al menos hasta que vio a Damon detrás de mi con sus casi dos metros de altura, cabello rubio desordenado, una manga tatuada en una de sus brazos y aquella mirada espeluznante que solía dedicarle a los malos. Hasta yo me estremecí.

Estuvimos prácticamente toda la noche cuidando de Loren, no paraba de moverse y quejarse, diciendo cosas como que quería vomitar y que su cabeza zumbaba.

Damon se había encargado de hacerle un té e intentar que se lo tomara mientras murmuraba un " Me siento traicionado", porque mi rubia amiga no había dejado de farfullar cosas acerca de su ex.

Lo peor de todo es que Loren si que había vomitado, pero sobre mi, y nada más entrar a mi casa. ¡Podría haberse esperado hasta llegar llegar baño!.

Da igual, mi noche si que fue interesante al menos.

Cuando llegue a casa ya era de noche, me dolía todo el cuerpo y tenía hambre. No había comido nada porque me pasé el día yendo de aquí para allá en el campus, malditos exámenes finales.

Todo estaba oscuro cuando abrí la puerta, así que supuse que Damon ya se había ido. Fui directo a la nevera después de tirar mis cosas sobre el sofá, tomé una porción de pizza fría de ayer y camine arrastrando los pies escaleras arriba. Necesitaba una ducha y  dormir, mínimo, diez hora de corrido.

Cuando llegue a la habitación la sombra de alguien sentado sobre mi cama me hizo dar un brinco, mi pizza fría salió volando y yo no tarde ni cinco segundos en percibir aquel olor tan característico de la persona que estaba sobre mi cama: Abraham.

____  Ay... mi pizza. - sone mucho más lamentable de lo que creí. Me agache y  recogí la pizza fría del suelo para tirarla a la basura. No me creía eso de la ley de los cinco segundos.

___ ¿Esa es tu cena? - El pelinegro habló aún en la completa oscuridad. Dejé mi pizza sobre un mueble y encendí el interruptor.

___ Era. - Musité mientras me quitaba los zapatos. -¿Puedo saber que haces en mi casa?

___  ¿Ahora necesito una excusa para estar en tu casa?

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