Capítulo XX

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Tal como venía haciendo desde hace un tiempo, Shura invitó a Camus a cenar, la única diferencia es que ahora tenia una propuesta para él.

En punto de las 8 de la noche se encontraba aguardando por él fuera de su casa, luego de unos minutos que sólo lograron crisparle los nervios, a pesar de no haber sido demasiados, por fin vio salir a Camus tan elegante y lindo como siempre.

Como todo el caballero que es le abrió la puerta del auto cediéndole el paso en el asiento del copiloto, enseguida el tomó su lugar al mando del auto y emprendió la marcha hasta un lujoso restaurante.

Después de ser atendidos y ubicados en una mesa aguardaban a que sus ordenes llegaran, mientras tanto Shura decidió iniciar con la charla.

-Camus, ¿recuerdas la primera vez que nos vimos?.

-Claro que lo recuerdo, me gustaría pedirte una disculpa por el comportamiento infantil de Milo.

-No te preocupes es tu marido después de todo y yo hubiera actuado exactamente igual si me viera en su situación.

- Eres muy amable pero Milo y yo ya no estamos casados.

-¿Como es posible?

-Ahora él tiene una familia y yo no soy quien para destruirla.

-En verdad lo siento, pero por otro lado la noticia me cae de maravilla por que tengo un favor enorme que pedirte.

-¿Un favor?, que clase de favor.

-Bueno primero dejame platicarte mi situación.
Hace unos días mi padre habló conmigo sobre unos cuantos líos de la empresa y planea comprometerme con el hijo de uno de sus socios, yo desde luego que no quiero hacer esto por que ni siquiera lo conozco y temo que sea un grave error atar mi vida a él, pero por desgracia los problemas de la compañía seguirán creciendo a menos que se haga una alianza y de este modo mezclar capital, este es el favor que te pido Camus, permite que la alianza sea con tu empresa, casate conmigo.

Camus no respondió simplemente  lo miró con incredulidad y sorpresa.

-Claro que sólo será temporal, no te obligaré a nada, tu eres la única persona a la que le tengo confianza, no puedo hacer esto, no me siento listo para el matrimonio pero comprenderás también que no puedo dejar caer en la quiebra a la empresa de mi padre, ¿me ayudarías?

-Tranquilo, entiendo perfectamente como te sientes, yo me sentí exactamente igual cuando me dieron la noticia de mi compromiso con Milo y también me hubiera gustado que alguien me brindara alguna ayuda como la que tu me estas pidiendo, puedes estar tranquilo, yo te ayudaré pero antes tengo algo que decirte, algo que tal vez te haga cambiar de opinión.

-No creo que sea tan malo, te escucho.

-Bueno.... Estoy esperando un bebé.

-¿Es en serio?, bueno eso no es tan malo, al contrario, yo creo que a mi padre le agradará la idea de convivir con él, claro si estas de acuerdo.

-Por mi no hay ningún problema, solo temía que tomaras mal la noticia.

-Jaja, Camus, en verdad eres muy lindo, yo te estoy pidiendo un favor ¿como me voy a poner exigente?

-Lo siento...

-No hay problema, ¿te parece si te llevo a tu casa y mañana temprano organizamos una junta privada con nuestros padres para hablar mas seriamente el asunto?

-Claro, me parece excelente.

Así Shura llevó a Camus de regreso a su hogar y después de despedirse con un beso en la mejilla Camus ingresó a la casa un tanto nervioso por lo que estuvo platicando con Shura.

En la sala se encontraban Saga, Mu, Afrodita y Death tomando una taza de té, cuando lo vieron pasar llamaron su atención para atraerlo hacia donde se encontraban.

Cuando estuvo a un lado de ellos tomó asiento y dejó que Mu le sirviera una taza de té.

-Cuentanos ¿qué tal la cita con Shura?

-Seguramente no fue nada del otro mundo Afro, tu siempre esperas cosas increíbles que difícilmente pasan en la vida real y eso por ver tantas novelas en la televisión.

-Bueno soñar no cuesta nada, además no necesariamente me lo tienes que hechar en cara Mu.

-Me pidió que me casara con él...

El susurro de Camus simplemente dejó a todos con la boca abierta.

-¿Como pasó eso? - preguntó Saga.

-Bueno no me pidió matrimonio en realidad pero ...

Camus les platicó toda la situación que le comentó Shura ante la atenta mirada de todos.

-Y ahora mañana platicaremos con nuestros padres sobre el asunto.

-Bueno tal como pones la situación yo creo que no es tan malo como parece, por que después de todo Shura es un joven bastante gentil y a leguas se ve que te quiere, claro que como a todo el mundo, no le parece buena idea el que lo hayan comprometido de la noche a la mañana con un completo extraño, igual comprendo que quieras ayudarlo ya que tú pasaste por la misma situación.

-Gracias Saga, la verdad es que tienes razón Shura no es una mala persona y a diferencia de Milo el no me puso una barrera ni me hizo a un lado cuando me conoció así que no veo por que no ayudarle, gracias por el té estuvo delicioso, espero que pasen una excelente noche todos, hasta mañana.

Salió de la sala para dirigirse a su recamara, ya le comentaría a su padre sobre la reunión mañana a temprana hora ya que en esos momentos ya era algo tarde y seguramente ya se encontraría durmiendo.

Entró a su habitación y comenzó a retirarse la ropa para cambiarse con algo más cómodo, cuando se colocaba la playera del pijama pasó a un lado del espejo y contempló su aún inexistente barriguita y la acarició con todo el amor de su corazón, no negaba que ya estaba mas que emocionado con la idea de tener entre sus brazos a su pequeño, verlo corretear por toda la casa o saltar en el jardín, todo le emocionaba pero el recuerdo de su padre era lo único que le hería el alma, después de todo lo mejor será olvidarse por completo de él y mantener a ese bebé en secreto lo mejor posible para evitarle problemas con su familia, él mismo se encargaría de hacer mas que dichoso a su pequeño y ahora seria mas sencillo con la ayuda de Shura y su familia.

Recuerdos del corazón (Milo X Camus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora