Camus se encerró en su cuarto y pasó toda la tarde llorando, si estaba consciente de que Milo no sentía nada por él, pero hacerle esto...
Realmente lo lastimó, pero no podía decir nada, tratando de recuperar un poco los ánimos se levantó y salió de su cuarto con rumbo a la pequeña biblioteca que había en la casa.Se concentró en leer mientras Milo lo buscaba para avisarle que iría a recoger a Mariam, cuando Saga le indicó su ubicación sin dudarlo fue a su encuentro, cuando estuvo en el portal admiró como estaba tan centrado leyendo, se veía realmente lindo y le recordaba a alguien pero cuando se esforzaba por hacer memoria un punzante dolor en el pecho y cabeza se hacia presente provocando que se apoyara en uno de los estantes cercanos llamando la atención de Camus quien se acercó preocupado a él.
-Milo te encuentras bien?.
Cuando levantó la mirada para asegurarle que se encontraba bien juraría que su cabello era acqua y no rojo, ahora recordaba a quien se parecía y su corazón se entristeció de nuevo.
-Estoy bien, iré a traer a Mariam, y ya ordene que se acomodara mi habitación para que se quede conmigo.
Camus no podía estar mas triste pero a pesar de todo asintió a lo que le comentó Milo y retomó su lectura con expresión seria que lejos de ser por molestia era para disfrazar un poco su dolor.
Milo salió de la casa y una vez estuvo frente al volante no pudo evitar soltar un fuerte golpe en este, maldecía su suerte, por qué cuando creyó que todo estaba olvidado llega de nuevo ese recuerdo que tanto lo lastima, sin embargo no se permitió ni una sola lágrima y sin perder mas el tiempo manejó hasta la casa de Mariam para ayudarle a mudarse, por el momento debería concentrarse en lograr sus propósitos y no preocuparse tanto por recordar a personas que por decisión propia había dejado atrás.
Ayudó a Mariam a guardar sus pertenencias y la llevó hasta la casa, cuando llegó le sorprendió ver a Camus en la entrada con mirada seria, estaba sentado escribiendo sabrá dios que cosas y Saga le llevó una taza de té.
Cuando estuvieron en la puerta Milo se quedó viendo en dirección de Camus como esperando que dijera o hiciera algo pero nada, Camus estaba mas concentrado en lo que estaba haciendo que en los recién llegados, con evidente molestia llevó a Mariam al interior de la casa y le ordenó a Afrodita que le ayudara a ordenar sus cosas.
Salió con rumbo a donde estaba Camus, una vez frente a él solo lo miró enojado.
-Recuerdo que te dije que quería que la trataras bien y lo primero que haces es ignorarla en cuanto llega.
Camus no le prestó atención y continuó escribiendo.
-TE ESTOY HABLANDO!!.
-Y YO TE ESTOY ESCUCHANDO PERO DE ESO A QUE ME IMPORTES HAY MUCHA DIFERENCIA!!.
Milo guardó silencio sintiéndose tremendamente incomodo.
-Ahora si no tienes más tonterías que decir, dejame trabajar por que te recuerdo que tenemos dos empresas de las cuales hacernos cargo, mientras no estabas mi padre me mandó los papeles de la empresa Acuario y oficialmente ya soy dueño.
-¿Pero que carajos dices?, mi padre no me dará los papeles hasta que le de un heredero.
-Pues eso ya es problema entre ustedes que a mi me viene valiendo, ha y otra cosita, si quieres que tu amorcito esté bien atendida contrata una sirvienta especialmente para ella, yo no tengo tiempo para desperdiciarlo en tonterías y mas te vale que nadie se entere de esto, no permitiré que alguien como tu me ponga en ridículo.
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Recuerdos del corazón (Milo X Camus)
RomanceTu mente puede olvidar, pero jamás permitas que tu corazón lo haga... ¿Que pasa cuando te obligas a olvidar a alguien cuyo recuerdo te lastima? ¿Puede la vida ser tan maldita como para mantenerte cegado hasta que el amor de tu vida suelta tu mano pa...