Parte 62

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Mansión Agreste, habitación de Félix

Domingo 7 de Mayo del 2017

10:28

Aquella chica llevaba un antifaz que daba la ilusión de haberse constituido por plumas de un ave exótica. Se había recostado de lado, nuestras respiraciones sonaban agitadas pero escuchaba como si la suya se fuera apagando. Pensaba aún en llamar a alguien, ir a un hospital u obedecerle, no había sido creyente de hechos fantásticos como aquel hasta que lo viví. Dejas de ser un escéptico en el momento que te pasa a ti. Me sentía en condiciones de levantarme pero no sabía si de poder cargarla, iba a ser extraño que suba con una chica así en un bus, en el metro o en un taxi, pero imaginé que a un taxista le importaría poco y así llegaríamos en menos tiempo a mi departamento, también sería más conveniente que ir por la cuidad con una chica disfrazada, ambos doloridos, supuse que sería más fácil que nos atrape un policía, nos interroguen antes de llegar siquiera a una parada o como haría para subir y bajar de las escaleras del subterráneo, si nos detenían yo no sabría que decir y ni siquiera sabía si ella tendría una coartada. Vaya –Mi papá se ríe– ahora que me escucho en voz alta, sonaba como un criminal secuestrando a alguien. Encogí las piernas y tomé todo el impulso que pude para levantarme, al hacerlo casi me caigo. Escuché que ella se río suavemente, me daba la pauta que no se había desmayado. "Para ser que recibiste un golpe de una criatura, eres muy fuerte", "¿Quién eres?" consideré que lo más apropiado sería preguntarle por su nombre, "No puedo decirte" ella seguía mirando hacia un punto fijo en alguna parte del suelo "No llames a nadie, no tienen que saber quien soy", esa fue su última oración de la noche.

Calla un momento, sus pausas me inquietan.

Luego del paso de media hora esperando a recuperar algo más de fuerza y pensando en como llegar a mi departamento, había ideado un plan. Ya que yo llevaba puesta una gabardina hasta el suelo y un gorro de lana, la cubriría con ello y recogería su cabello en el gorro. Me seguía doliendo el pecho pero tenía un mejor control de mi cuerpo. Tomé su torso y la apoyé en mi pecho, delicadamente colocaba mi campera en ella, su contextura física era pequeña, mi gabardina se arrastraba. Tomé su cabello con mi mano y lo guardé en el gorro, también le quedaba grande. Podía sentir su leve respiración en mi torso, estaba inerte y no sabía si dormía o se había desmayado. Pasé mi brazo por detrás de su espalda y la alcé como a una princesa, podía admirar mejor su rostro, estaba algo magullado y lleno de polvo. Agradecía que sea ligera para cargar y que un taxi pasara unos minutos después de que halla terminado de cubrirla. El taxista sólo me dijo "¿Una noche de tragos?", "Tal vez se excedió un poco" le respondí riendo. Tal supuso que me reía por su comentario, estaba muriendo de nervios.

Mi papá ríe y acomoda su cabello, supongo que es un rasgo característico de él cuando está nervioso o recuerda algo que lo puso en ese estado

El chófer fue un anciano agradable, me contaba de las veces que las chicas se excedían de alcohol y terminaban yendo a la deriva por las calles o iban en grupos de chicos, siendo llevadas por sus cómplices. No lo escuchaba mucho, sólo quería llegar al departamento. Tardó unos veinte minutos en llegar, le pagué y, como pude, saqué a la chica de auto. Me maldecía por vivir en el último piso, el ascensor se me hacía eterno. Quería llegar, aunque tampoco estaba seguro de lo que haría al entrar. Al ingresar, me apoyé en la puerta y terminé cayendo a suelo. Estaba cansado, confundido y con una chica que desconocía. Me senté cruzando las piernas, acunando a la bella dama.

»Admiré sus rasgos faciales, quité el gorro que estropeaba mi vista. Pestañas finas y rubias al igual que su cabellera risada. Su traje era brillante, parecía hecho de una tela innovadora que no había visto en ningún mercado. Mis ojos se posaron en dos anillos, cada uno en el dedo medio de sus manos. Me impresionaba ver su finitud y delicadeza en ella. Los froté a ambos al mismo tiempo. Ante mis ojos se reveló a la mujer de mis sueños.

★★★

Memorias Perdidas (2#CB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora