Me encontraba en la biblioteca ordenando los libros, hasta que mi tía (que por cierto, no es muy amable) entró con su hija de 12 años, y por muy marginal que suene, es el único miembro de la familia que me ha caído bien.
-Hola, querida.
-Hola, tía.
-Necesito que te hagas cargo de Olivia unos minutos. Tengo que hacer algo importante, pero no la puedo llevar conmigo. -Una sonrisa forzada se abrió paso en su rostro.
-Claro, no hay problema. -Cogí a mi prima de la mano y la llevé a una mesa. Su madre salió, y entonces me senté con ella. No me haría mal tomarme un breve descanso-. ¿Cómo estás?
-Mejor que tú, seguro.
-Siempre tan amable. -Le pellizqué un moflete.
-No me hagas así, me duele.
-Bueno, qué quieres leer, Oli.
-No quiero leer nada, estoy aquí para asegurarme de que ya le hayas hablado a K. -Sí, le conté mis dramas a una niña de 12 años, pero es en la única que confío, aunque ahora me arrepiento.
-No, cotilla, estás aquí porque tu madre está en asuntos importantes y yo te tengo que cuidar.
-Bueno, pero lo que importa es si ya le has hablado.
-No, no le he hablado, pero porque estoy muy ocupada.
-Bueno, ahora no estás haciendo nada. Llámalo.
-En otro momento, justo ahora me voy a seguir trabajando. -Estaba por levantarme, pero me cogió de la manga, me volvió a sentar y se acercó amenazadoramente a mí, hasta que nuestras narices se tocaron.
-Vas a llamarlo ahora, van a hablar y van a solucionar las cosas. Ah, y vas a dejar de arruinar tu vida por culpa de la manipuladora de tu hermana. ¿Entendido? -Ella tampoco aprecia mucho a mi hermana que digamos, por eso nos llevamos bien.
-Y si no lo hago, ¿qué?
-Oh, pues mi querida madre se enterará de que me dejaste sola por la noche, cuando se suponía que tenías que cuidarme, y a mami no le gusta eso. -El problema no era su madre, era que luego ella se lo contaría a mis padres, y para quedar bien me castigarían.
-Manipuladora.
-Viene de familia. -Me sonrió maliciosamente-. Ahora llama.
-Te voy a odiar después de esto. -Busqué su número en los contactos, pero no pude darle a llamar.
-No es cierto, me vas a amar. -Sin verlo venir, Olivia marcó por mí.
En el primer tono nadie respondió, con el segundo el resultado fue el mismo, pero al tercer tono, por fin contestó.
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