El día de hoy es una copia del ayer. A veces me abruma tanta monotonía, pero creo que me da más pánico salir de la rutina.
Llego a casa y nuevamente mi único compañero es mi perro. Después de comer lo saco a pasear y nos encontramos con la vecina de abajo que, por alguna razón, siempre me ofrece que vaya a su casa, pero me niego.
Una vez en casa mi perro y yo nos tiramos al suelo, es una rutina que cogimos hace 8 años. Él se queda a mí lado, mientras yo me quedo mirando hacia arriba pensando en mi día. Estaba a punto de dormirme, pero de pronto mi móvil sonó. Me tomó unos minutos decidir si responder o no, pero para lo poco que me hablan, si lo hacen deberá ser importante.
Al mirar el mensaje veo que no tengo su número. Solo hay una frase, pero me queda claro que el mensaje no era para mí.
Hola, Sakari.
Hola. Lo siento, pero no soy Sakari.
Pensé que la conversación había finalizado ahí, pero está claro que no pensamos igual.
¿No? ¿Y quién eres? Juraría que había anotado bien el número.
Bueno, nuestros números son bastante diferentes. Tal vez te hayan gastado una broma.
Lo envío, pero recuerdo que no le he dicho quién soy. Tengo la mala costumbre de irme por las ramas.
Por cierto, soy Sialuk, la hermana de Sakari.
Llámame curioso, ¿pero qué significan vuestros nombres?
Da igual, no eres el primero en preguntarlo. Sakari significa dulce o/y amorosa, por otra parte Sialuk significa lluvia.
¿Y por qué os pusieron esos nombres?
Mi madre dice que cuando vio a mi hermana en sus brazos vio tal destello en sus ojos que al instante supo que enamoraría a cualquiera. No se equivocó.
¿Y tú? ¿Por qué lluvia?
Porque al nacer no paraba de llorar, ni siquiera cuando estuve en sus brazos. Con mi hermana sintió calor, pero yo lo apagué. La escuché que al sostenerme se sintió triste, como en las noches de lluvia.
Al no responderme supuse que la conversación había terminado, pero al parecer esa persona tenía más preguntas, y yo, por alguna razón, estaba dispuesta a responderlas todas. Supongo que son mis ganas de salir de la rutina.
¿No quieres saber quién soy?
Le iba a responder que no y punto, pero si quiero salir de la rutina debo empezar por no ser tan mierda.
¿Quién eres?
Casi parece que te haya obligado a preguntármelo.
Solo en un 90%
¿Y a qué se debe ese 10%?
A que me resulta curioso que todavía me sigas hablando, cuando en realidad no soy yo con quien quieres hablar.
Bueno, tal vez no al principio.
No supe que responder, y por pensar qué escribirle se me olvidó y me terminé quedando dormida
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Sialuk
Teen FictionNuestra historia comienza con un error, pero, ¿qué pasa cuando te terminas enamorando por ese error? Un número equivocado puede cambiarlo todo.