Llevaba una semana sin hablar con él. Los primeros días seguían llegándome mensajes suyos, pero siempre los ignoraba.
Pensarás que estoy haciendo un drama, pero no estoy dispuesta a acostumbrarme a alguien que tarde o temprano se dejará atrapar por el imán que es mi hermana.
De alguna manera lo entiendo, al fin y al cabo, yo también me quedé atrapada ahí. Ella era todo lo que quería llegar a ser. De hecho, intenté tanto tiempo ser ella que me terminé perdiendo. Y sigo perdida. Cuando me paro en frente del espejo, mirándome fijamente a los ojos, buscando la respuesta a quién soy, no veo nada. Me aterroriza que esa sea la respuesta. Nada.
Pero estoy intentando reencontrarme, y cuanto más me acerco, más me doy cuenta de que ella está muy lejos de lo que verdaderamente quiero ser, y sin embargo, ella es todo lo que los demás quieren.
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Eran las tres de la mañana y un mensaje llegó. Decidí que si era él, ignorarlo no serviría de nada.
¿Por qué?
¿Por qué qué?
Quiero saber por qué me has ignorado. ¿Qué te molestó?
Sabes, es mejor ignorar lo que pasó y ya está.
Yo no quiero ignorarlo, quiero saber por qué me ignoraste durante una semana.
En realidad solo me seguiste hablando durante cuatro días, lo que no cuenta como una semana.
Oh, perdona si no te hablé los siete días de la semana. Algo me llevó a pensar que no tenías intención en responderme. 🙄
¿Y por qué me estás hablando ahora?
Porque pensé que te habías molestado por algo de lo que no tengo ni idea, y que lo que necesitabas era espacio. Pero no puedo más, porque por raro que suene, me gustaba hablar contigo, y si decides que me vas a dejar de hablar, lo único que quiero saber es por qué.
Hablaste con mi hermana, pero solo querías su número porque te pareció guapa.
¿Y?
Déjalo, no importa.
Estoy tratando de entenderte, Sialuk, de verdad que lo hago. Pónmelo un poco más fácil.
Leo su mensaje pero no respondo. Estoy pensando en si de verdad vale la pena abrirme con él.
Por favor. Eres la única persona que ha sido sincera conmigo en los últimos meses, solo quiero entenderte.
Al diablo, probablemente sea la última vez que hablemos.
