Sunshine

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A veces quisiera saber qué pasa por la mente de sensei. Especialmente ahora que tontamente me le declaré...

Fue inevitable, mi admiración se había transformado en amor hace tiempo.

- Me he enamorado de usted, sensei.

Hablé sin pensarlo mientras nos encontrábamos almorzando en la azotea del edificio. Sensei no se inmutó en aquel instante, sólo se limitó a mirar un poco hacia el cielo como intentando pensar algo para decirme.
Lo observé y sentí miedo por el inminente rechazo que tal vez obtendría, así que solo solté lo primero que se me vino a la mente.

- Por favor no tome mis sentimientos a la ligera, sensei, pero tampoco es necesario que me responda.

No, no era necesario que sensei dijera algo al respecto, ni siquiera esperaba que me correspondiera. Sólo lo dije, sólo quería liberarme de aquella sensación que me quemaba el pecho y me generaba un nudo en la garganta.
Pensé que eso aliviaría todo esto pero realmente solo lo empeoré.

Todo se volvió simplemente más doloroso.

- Vaya...

Sólo eso escuché salir de sus labios para luego seguir almorzando tranquilamente. Por un momento me sentí tranquilo, al menos sensei no me odiaba o sentía repudio por mi, al menos todo parecía que podía seguir con normalidad...

Entonces, ¿por qué esta abrumadora sensación no desaparece?

Intenté ignorarlo y seguir nuestra rutina como siempre, pero cada vez que lo veía sonreír, cada vez que me agradecía y felicitaba cuando la comida le parecía deliciosa llevando su mano derecha para acariciar mi cabello, realmente sentía que moriría.

Era demasiado, sensei seguía siendo demasiado amable, como si no supiera lo que causaban en mí esas simples acciones.

Frustrante, realmente frustrante y patético de mi parte sentirme así porque fui yo mismo quien le dijo que no era necesario que me respondiera... tal vez si simplemente me hubiera rechazado habría sido más fácil deshacerme de estos sentimientos, pero nuevamente sensei fue tan amable que posiblemente no lo hizo con la intención de no lastimarme y... eso era lo peor, lo último que deseo es generarle lástima o culpabilidad.

Es agobiante. Es lógico que esa era la única razón por la cual sensei no se había atrevido a responder realmente con lo que pensaba.

Es frustrante y me enoja. Si no tenía la intención de rechazarme o corresponderme, se hubiera limitado a tratarme con frialdad y no mostrarse día a día con una sonrisa frente a mí.

Una sonrisa que lo único que hace es mantener en mi interior un brillo de ilusión que no existe.

Soy un completo idiota.

¿Cuánto tiempo más durará esta sensación? ¿Cuántos días más debo fingir que no me importa cuando por dentro me muero por abrazarlo y decirle que es todo para mí?

Pensé por varios días en alejarme, en renunciar a estar siquiera a su lado como discípulo y huir para destruir por completo todo lo que me une a él, pero soy demasiado débil y es imposible para mí atreverme a hacerlo, menos cuando desde hace varios días sensei propone frecuentemente subir a almorzar juntos a la azotea porque le gusta la brisa y la vista de la ciudad desde allí. Yo aceptaba sin dudar, a pesar de todo, me encantaba acompañarlo aunque por dentro me destrozara.

Pero ya no...

No lo soporto, no lo soporto más, ya no puedo aparentar estar tranquilo a su lado.

ONE-SHOTS. | SaiGenos & GenoSai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora