ONE-SHOTS. | SaiGenos & GenoSai

Colores

AVISO:
☆ Oficialmente es el primer OS Genosai del libro~
☆ Contiene lime.

Espero lo disfruten y le den una oportunidad, prometo que no está tan mal~

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Durante el corto tiempo que llevaban conviviendo juntos, e incluso deste antes, Genos hacía todo lo posible por conocer hasta el más mínimo detalle sobre el comportamiento, personalidad y gustos de Saitama.

Por esta razón se planteó algunas preguntas que creía, eran importantes en su investigación, maravillándose con las respuestas de cada una de ellas:

¿Saitama-sensei siente miedo?

Por supuesto que no, o al menos no le temía a ningún enemigo. Su único miedo era perderse de las súper rebajas.

¿Siente dolor?

Al parecer tampoco, a pesar de que su cuerpo sea humano, los golpes físicos no hacen ningún efecto en él y su estado de salud siempre es bueno considerando lo descuidado que puede ser a veces con su alimentación.

¿Siente odio, felicidad, enojo?

Rotundamente sí, aunque tratara de convencerse a sí mismo y a los demás de que había perdido sus emociones, la verdad es que Saitama-sensei era mucho más emocional de lo que creía, y como lo había demostrado atrás, de lo único que carecía era del sentimiento del miedo.

Saitama era todo un enigma para Genos, tan fácil y a la vez tan difícil de leer. Detrás de aquel poderoso héroe se encontraba un hombre tan lleno de incógnitas que él deseaba resolver una a una personalmente.

Porque Genos adora los retos y las cosas complicadas, y porque no existe un buen adjetivo que no le quede para describirlo.

Aunque la única verdad es que Genos terminó enamorándose con todas las de la ley, se enamoró como ya casi nadie lo hace. Se enamoró de cada detalle de su personalidad, encontró belleza en su alma, y admiró su forma de ver el mundo.

Por esta razón, sus preguntas trascendieron a un ámbito más íntimo y atrevido.
Ser joven, bastante curioso y estar enamorado sin saberlo, tiene sus consecuencias.

¿Habrá sentido placer alguna vez?

Quería averiguarlo por si mismo, el transcurso de su estudio se transformó rápidamente en una especie de gusto que quería alimentar día a día. Él nunca se había preocupado tanto por conocer a una persona, por convivir y relacionarse de forma tan cercana con alguien pero haría todo lo posible por ser la compañía ideal para un ser tan estupendo como su maestro.
Una persona tan sencilla que es feliz con pequeñas cosas y que aunque se queje por sus constantes atenciones, él sabía que lo disfrutaba a tal punto de crear una relación que rayaba con el romanticismo.

Muchas muestras de atención y preocupación por el otro, mucha confianza, muchas conversaciones y palabras que podían significar confesiones indirectas pero que no concluían en nada.

Y la necesidad de concluir los llevó a saltarse cualquier formalidad. La curiosidad de Genos y la necesidad de Saitama de sentir algo que le hiciera olvidar por un momento que nada ni nadie podía hacerlo sentir débil, le llevó a ceder y a doblegarse fácilmente ante el primer paso que dio el rubio.

Ambos tenían la necesidad de sentirse mutuamente pues no había nadie que les entendiera más que ellos mismos.

Y Saitama no se sorprendió en lo absoluto cuando Genos quiso tomar las riendas del asunto porque básicamente él deseaba que así fuera. El rostro serio y siempre demandante de Genos, buscando desesperadamente sus labios, buscando y queriendo a toda costa descolocar su rostro en placer por medio de caricias subidas de tono, le generaba un agradable cosquilleo en el estómago.