Capitulo 24

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Capítulo 24

¡Ahí esta!

Mi escapatoria está aquí. Vuelvo a tocar las horquillas que tiene sujeto mi cabello sin pensarlo me las quito, me limpio las lágrimas que empañan mi vista para luego acercarme a la cerradura de la dichosa puerta. Más vale que abriera o estaría frita–literalmente- .  Una de las horquillas la abro hasta espatillarla, la otro la dejo normal, las introduzco en la cerradura e intento girarlas. 

—Por favor—Susurro. Las lágrimas de nuevo intentan salir al pasar los segundos y no escuchar ese sonido que me llevara a la salvación. 

Ya el intenso fuego está a unos centímetros  de tocar mi piel y quemarla. Continúo intentando...

"Click"

En mi último intento el sonido que tanto esperaba sonó. La puerta se abre dejando ver un especie de cuarto oscuro. Me levanto y entro sin pensármelo dos veces. Cierro detrás de mí la puerta, en efecto el cuarto es un almacén, y atrás hay una puerta de metal, ahí debe hacerse las entregas. Al lado de la puerta hay una especie de panel con varios botones, me acerco corriendo y lo estudio rápidamente. 

Toco un botón que tiene una flecha mirando hacia arriba, supongo que esto lo abre. Un sonido horrible pita haciendo que me tapara los oídos. La puerta comienza a subir, veo la oscura noche y sin pensarlo corro por el callejón hasta dar con la calle principal. Veo un camión de bomberos tratando de apagar el fuego desde afuera, hay policías tratando de mantener alejados los mirones y una ambulancia por si hay algún sobreviviente. 

Sin pensar mucho corro hacia un policía, este al ver mi estado llama a un paramédico. Me cubren con una manta mientras le explico lo vivido al policía, este les dice a los bomberos la entrada de atrás. Me pregunto si había algún otro sobreviviente...

...con una mirada agachada y sombría negué con la cabeza...

—Todo estará bien, ¿tiene algún contacto cerca?—Pregunta el policía. 

—Mi trabajo...

—Ella tendrá que ir al hospital, inhalo gran cantidad de humo, desde allá podrá realizar una llamada a un familiar—Indica un paramédico. 

Me guía hasta la ambulancia para acostarme y colocarme oxígeno.  El paramédico a mi lado me toma el pulso, verifica mi presión, y otras cosas que no le presté atención. Ni siquiera me había dado cuenta de que la ambulancia estaba en movimiento y que ya habíamos llegado al hospital. Me bajan de la ambulancia y en camilla me llevan hasta el interior del hospital, me llevan hasta una habitación en donde hay muchos médicos. 

¿Por qué estoy aquí? 

—Inhaló mucho humo. —Hablo de de los tantos médicos que habían allí—Duérmela  

Una enfermera se acerca con otra mascarilla. Al ponérmela y respirar siento mis párpados más pesados. 

—Tranquila, cuando despierte podrá llamar a su familia

—An...dre...w

Con su nombre en mis labios quedo profundamente dormida. 

****

Abro mis ojos al sentir un profundo dolor en el pecho. Veo el blanco techo del hospital, debo estar en un cuarto. Tratando de no moverme mucho me siento en la cama, siento una opresión en el pecho y no puedo respira con normalidad. Supongo que se debe a tanto humo inhalado. Veo mi cuerpo y estoy vestida con esas patéticas batas de hospital, la cual es más lo que deja ver que lo que tapa. 

Mi teléfono...

Debo avisarles a todos que estoy bien.

En ese preciso momento entra una enfermera con un jarrón de agua. Al verlo mi garganta se siente seca.   Ella vacía un poco en un vaso y me lo entrega. Sin pensarlo lo tomo de un golpe. Dejo el caso vacío sobre la pequeña mesita a mi lado. 

Amame Si PuedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora