Capítulo 1; Lila Rossi.

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★POV Marinette★


Lila Rossi, una chica Italiana que se acababa de mudar a París, Francia. Ingreso en el Colegio “Françoise Dupont”, donde ahí casi todos se enteraron de que supuestamente, Ladybug, la super heroína de parís, le había "salvado" la vida, de que eran las mejores amigas y entre otras mentiras más. Todo con el propósito de agradarle a los demás y tener la atención del colegio, mientras que algunos hablaban de ella, de lo fantástico que era su vida y otros la envidiaban a gritos.

Mientras tanto, yo, me encontraba junto con mi mejor amiga Alya, quién estaba muy emocionada de la llegada de esta nueva… estudiante, y al mismo tiempo prestando mucha atención a su blog; que se cuyo nombre es: “Ladyblog”. Yo simplemente escuchaba a los demás murmurar sobre esa tal Lila Rossi. Todavía no la conocía en persona, no sabía a qué clase de persona me estaba enfrentando, pero lo que si sabía es que esa chica era una gran mentirosa, gracias a Alya y su entrevista que me enseñó hace unos minutos atrás.

— ¡Su vida está llena de aventuras! ¿No lo crees? —Dijo Alya alzando un poco la voz mientras escribía en su Ladyblog.

— Oh, sí claro. —Decía sarcásticamente con los brazos cruzados.

Después de unos minutos de tolerancia y volviéndose Lila el centro de atención, suena el timbre para que todos ingresen a sus respectivas aulas, así que algunos se comenzaban apurar en lo que hacían y otros se iban a clases.

— Alya, ya vámonos. —Decía tratando de llamar la atención de Alya inútilmente, así que decidí mejor agarrarla del brazo y llevármela hasta el salón.

Ya estando en el salón me senté en mi lugar correspondiente junto con Alya, pero sin ya tener el móvil en manos. En un minuto de retraso llega la profesora Caline Bustier, quién estaba siendo acompañada por alguien que no podía ver, ya que estaba detrás de la Profesora, pero después la Profesora se quita y la deja a la vista de todos, en ese momento abrí un poco mis ojos de la impresión de ver de quién se trataba, me le quedé viendo a la presencia menor.

— ¿Acaso ella es. . .

— Lila Rossi. —Me responde en voz baja Alya a mi pregunta interrumpida.

— “Fascinante, otra enemiga más” —Me dije en mis pensamientos.

— No puedo creer que Lila Rossi vaya a estar en nuestro salón. —Se decía así misma en voz baja Alya, aguantando las ganas de gritar de la emoción.

Me quedé en silencio, en éstos momentos le estaba prestado más atención a la nueva estudiante, observándola de pies a cabeza.

Al conocerla en persona y en su físico, me pareció la chica realmente muy bonita. Con esos lindos ojos verdes esmeralda, su cabello café-rojizo que le llegaba hasta la cintura; recogido con una liga naranja, al igual que dos mechones que tapaban sus orejas y le llegan exactamente hasta sus hombros, y su flequillo recto que tapa toda su frente. Ese estilo de peinado le quedaba perfectamente bien.

— Es muy bonita. . . — Dije involuntariamente en un susurro mientras la veía con una expresión de asombro al analizar su apariencia, pero al reaccionar de lo que estaba pensando y dije hace unos segundos, sacudió mi cabeza al mismo tiempo que cubrí mi rostro con mis manos. —“¡¿Qu-Qué diablos, Marinette?! ¡¿En qué estoy pensando?!” —Después de unos segundos dejé de ocultar mi rostro para mirar nuevamente a la profesora Caline y ya no a Lila. Aunque no podía evitar hechar le el ojo, pero lo hacía de manera disimulada.

— Bueno chicos, les presento a su nueva compañera, Lila Rossi.

— Hola, Lila. —Dijieron todos los presentes de forma educada, bueno, exepto yo.

— Su compañera se acaba de mudar a Paris hace unos días,  así que hagan sentirla como en casa, chicos. —Decía la profesora de manera amable y alegré como siempre, eso le hacía ser la mejor profesora de París y ser querida por muchos.— Bueno Lila, siéntate con. . . —Estaba mirando a sus alumnos, para ver con quién sería buena compañía para ella y al ver quién era la indicada no tardó en hablar.— Alya, serias tan amable de pasarte con Nathaniel, por favor. —Decía amablemente Caline mientras miraba a Alya con una sonrisa.

— Eh. . . Cla-Claro. —Alya comenzó a agarrar sus cosas para irse a sentar junto a Nathaniel.

Cuando Alya se quito de su lugar, Lila fué de inmediato a su nuevo asiento y compañera, sentándose a lado mío y dejando sus cosas a un lado para que luego todos, incluso Lila quién era la más cercana, me mirarán al escuchar quejarme.

— Pe-Pero Profesora. . . —Comenze a decir de manera triste, ya que me parecía injusto que aparten a mi mejor amiga de mi ella.

— ¿Qué ocurre, Marinette? —Contesto Caline a su llamado.

Estaba apunto de reclamar, pero después me di cuenta que estaba siendo el centro de atención de todos, y pensé que si reclamaba, todos me iban a odiar por ser una mala educada, así que me arrepentí de inmediato.

— No es nada, Profesora, disculpé. —Dije con un tono apenado y triste a la vez.

— Bueno, me iré a por unos papeles en la oficina del director, no tardó. —Dicho eso la Profesora salió del salón.

— Grrh. . . —Gruñe con enojó.

En ese momento me cruze de brazos, igual con enojó, pero a los pocos segundos escuché la voz de Alya hablarme, por lo que no tardé en voltear a verla.

— Tranquila Marinette, no es para tanto. Además, Nathaniel ya no va estar “sólo”. —Mira a Nathaniel con una sonrisa.

— Jejeje. —Ríe tímidamente Nath.

Al escuchar todo lo que me dijo mi querida amiga Alya, mi enfado se había disminuido, así que no me quejé más y trataría de acostumbrarme de mi nueva compañera. Lila simplemente se quedaba en silencio, pero eso no significaba que no estaba poniendo atención a la conversación de las dos chicas, pero a la que más le ponía toda su atención era a la ojizarca. Realmente le pareció muy hermosa la azabache, su corazón no dejaba de latir con rapidez ante su belleza.

Después de unos minutos regresa la profesora con unos papeles y un maletín negro. Esa maleta tan elegante me hizo pensar que la Profesora Caline era un “agente secreto”, no pude evitar contener una pequeña risa por lo que había pensado.

— Falta poco tiempo para que salgan a su receso, así que. . . Marinette, tu serás la encargada de darle el tour a tu compañera, Lila. Ya pueden salir. —Cuando termino de dar la indicación, la Profesora sale del salón.

Me quedé en silencio y inmóvil en donde estaba, mientras que me daban pequeños tics en mi ojo izquierdo. Definitivamente este no es mí día de suerte. Pero no tenía de otra, ya que no quería parecer una mala educada otra vez, así que obedecí en darle el tour a Lila, aunque no me agrade de lo más mínimo.

— No pienso mostrarle todo el lugar. —Susurre, para luego mirar a Lila con una sonrisa forzada.— Bueno, sígueme. —Le ordené a Lila, para después agarrar mi mochila y ponerme la.

— Sí. —Dicho eso agarra igual su mochila y se levanta de su lugar al mismo tiempo que yo, retirándonos del salón junto con los demás.

Enamorada de una Italiana (Lilanette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora