Aprendí y me creí que en los cuentos de princesas siempre hay un final feliz seguido de "Y comieron perdices".
Quise probar y...me enamoré de un vagabundo del que hice mi príncipe en el sentido literal.
El caso es que con él no comí perdiz ya que...según el dueño del Supermercado todas habían sido compradas por Disney.
Me sentí estafada y al final tuvimos que comer maíces.