CAPÍTULO 3 | Cumpleaños feliz.
𝘚𝘢𝘯 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘰, 𝘉𝘶𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘈𝘪𝘳𝘦𝘴.
𝟿 𝚍𝚎 𝚎𝚗𝚎𝚛𝚘, 𝟸o𝟷𝟿.
—¡Mi Delfifi hermosa, feliz cumpleaños! —grita papá entrando con una torta, que noto rápidamente que es de hojaldre, mi favorita.—¡Papá! —me levantó del sofá para ir a abrazarlo—. ¡Gracias!
Limpio algunas lágrimas que ya se me escapó como de costumbre en mis cumpleaños y me alejo antes que echemos la bendita torta. Mamá, aparece ncin una sonrisa acercándose y tomando la torta avisando que la llevaría a la heladera.
Con papá nos hacemos pasos para sentarnos en el sofá, recién había llegado ya que le había tocado la madruga y mediodía de guardia en la clínica dónde trabajaba hace años. Rápidamente nos ponemos en la actualidad, yo había llegado ayer por la noche no sin antes pasar por el departamento dónde compartía con una amiga de la facultad, Sofía, buscar ropa y venirme para acá a pasar mi cumpleaños con mi familia.
Le pregunto cómo le va en su trabajo lo que responde que muy tranquilo, el me pregunta sobre la facultad y así, casi lo siempre después de vernos cada tanto. También aprovecha y me da plata a escondidas como si fuera mi abuela, cosa que me hace reír.
El almuerzo de cumpleaños paso con mi familia y la infaltable mesa larga con parientes de todos lados, que obviamente son cercanos. No falta la pregunta del novio, de mis vacaciones inesperadas y de la carrera.
En la noche, sería para mis amigos, tal vez alguna previa y salir. Por la tarde, cuando van pasando las siete despido a mis tías y tíos que se van marchando para después irme a darme una ducha así ya no hacer esperar cuando vengan cayendo mis amigos cercanos de aca y Micaela con sus dos amigas que también terminaron siendo amigas mías por las juntadas donde siempre estábamos juntas, mencionando que también debía recibir a los amigos de mi hermano, con los que hablaba e iban a venir y algunas tal vez acompañarnos al boliche.
—¡Delfina! —la voz de mamá se escucha en el pasillo, le doy la orden que podía pasar mientras me ponía solo un jean negro para estar presentable, después claramente me cambiaría para salir—. Están llegando tus invitados...
—Si ma, ya bajo. Me pongo las crocs y voy. —le sonrió para girarme y verme en el espejo y peinarme.
—Lean también está. —cuenta sorprendiendome.
Me giro a verla, no sabía si iba a venir ya qué me dijo que pasaría el día con sus amigos y porque esta mañana cuando me saludo por Whatsapp me había dicho que tal vez no pueda venir y lo entendía tenía pocos días para pasar tiempo con su familia antes de volver a Rusia.
—Bárbaro, ya ya salgo... —digo apurandome un poco más.
Mamá recoge la toalla húmeda que deje en la cama y sale. Desde la habitación se podía escuchar las risas de mis amigas que eran las que había llegado hasta ahora, ya que recién eran las nueve y media.
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True love | Leandro Paredes.
Short StoryDejaste esta cicatriz en mi corazón y yo te dejé un auto nuevo, qué bueno de ti el precio del amor verdadero... el amor verdadero es absoluto.