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CAPÍTULO 9 | Aceptar.
—Esta bien, vamos a hablar. —imito también para retroceder y sentarme en el sofá, le señalo nuevamente para pedirle—. Sentate.
El lo hace soltando un suspiro para mirarme serio y después de unos segundos largos ablandar el ceño, se frota la frente para dedicarme una sonrisa o queda en eso porque desaparece.
—¿Que es lo que no entiendo últimamente? —pregunta y me encuentro pérdida.
—¿Nada? —atino a decir y el sonríe de mala forma entonces pregunto yo—. ¿Que te pasa a vos? Digo, primero actúas como si no te molestaría que pudiera dejarte, después venís hasta acá a preguntarme por Lucas y dejarme llaves de un departamento.
Leandro esquiva mi mirada y no es capaz de decir nada, así que yo continuo.
—¿Que te pasa conmigo Leandro? ¿Y por qué no sos sincero?
Sus ojos claros de nuevo se fijan en mi y notó como empieza a morder apenas sus labios logrando que me ponga nerviosa.
—¿Y vos qué sabes si soy sincero? —dispara serio, no sé cómo tomarme aquello, cuándo finalmente la esquina de su labio se eleva y en sus labios se termina formando una sonrisa grande que me confunde pero más su pedido, palmea su rodilla—. Vení, Delfi.
Quisiera decir que soy fuerte y que le digo “No, gracias.” pero a Leandro no le diría no, así que me levanto bajando mi mirada pero con la intensión de sentarme a lado suyo, pero él agarra mi muñeca estirandome para que me siente en su regazo. También lo hago, aprovecho para llevar mi mano derecha a su hombro.
A pesar que no era el momento, tener un poco de cercanía me tentaba mucho por solo tenerlo. Leandro repasa sus ojos por mí varias veces para una vez quedarse en mi cara.
—¿Que vas a hacer? —me pregunta y no sé qué contestar—. ¿Vas aceptar el departamento y seguimos como siempre?
Y juro que no se cómo, pero aguanto no soplarle en la cara. Era terco o idiota, los dos seguramente, no comprendía como no captaba lo que pasaba.
—Eso es lo que no entendés, Lean... Yo no puedo estar toda mi vida así. —trato de explicar y agradezco que el no me interrumpa y solo me mire, indignada trato ser lo más clara posible con mi mini discurso que había practicando mucho—. No podemos, te dije que yo no tendría problema de estar con vos así, siempre y cuando no detenga algo de mi vida, pero ahora lo está haciendo... No quiero decirte que Lucas es mejor, porque son diferentes, pero el me gusta, tal vez no le tenga el mismo cariño que a vos, pero yo a vos tampoco te agarre cariño desde el comienzo y cuando lo hice fuimos porque te di la confianza y de alguna forma una oportunidad para empezar esto... Ahora, puedo dársela a Lucas, pero solo si vos me decís que no hay posibilidades de que lo nuestro sea más que esto.
—¿No estás conforme? —atina a preguntar Leandro.
Niego para explicarle mejor.
—No es estar conforme o no, sabes que lo estoy con vos siempre. Me encanta estar con vos, a pesar que nos vemos realmente cada cuatro meses, me gusta lo que tenemos desde estos últimos años pero lo que quiero que entiendas es que es... A mí me gustas mucho, en serio, te tengo mucho cariño. Fuerte. —aclaro y lo miro con miedo, creo que no hacía falta decirle te amo, porque creo por la mirada de Paredes lo entendió, creo—. Y que si ese cariño no es correspondido de la misma manera ¿Por qué ilusionarme o seguir ahí al pie cuando se que no voy a tener lo mismo? ¿No crees que todos deberíamos ser correspondido de la misma manera?
