CAPÍTULO 2| Amor, mucho amor.
Por esta vez, lo había dejado que termine en la posición de él encima mío, después de sacarse el preservativo y tirarlo en el piso suspira y apoya su cara en mi pecho. Acarició su cabello y nos quedamos en esa posición por unos minutos largos, aprovecho de deslizar mi mano por el ancho de su espalda caliente y rascarlo con mis uñas, una cosa que a él le gustaba mucho que lo haga y que lo relajaba.—¿Tenés mucho tiempo? —cuestiono rompiendo el silencio.
Su mentón hace cosquillas en mi pecho cuando asiente.
—Iban a estar en un spa algo así del hotel y los otros están el casino, cosa que yo también... —cuenta con la voz aplastada y solo asiento—. Así que tengo un tiempo larguito con vos.
Me quedo más tranquila con su explicación y me permito relajarme de nuevo, yo no tendría problemas a pesar que les dije a las chicas que solo sería media hora.
—¿Como la están pasando? —pregunta de golpe levantando cabeza y parece que se quiere acomodar mejor en la cama.
Lo hace así que intento cubrirme un poco con la sábana, Lean apoya su cabeza en la almohada después de levantarla para quedar recostado, abre su brazo y me hace una seña que me apoye sobre sobre el. No me niego.
—Muy bien... Gracias. —digo y beso su pecho.
Si, esta vacaciones había sido en parte gracias a él.
¿Parecía mucho que haya comprado mi pasaje y pagar la estadía del hotel? Si era muchísimo, pero cierto. Pero también era cierto que Micaela y Antonella pagaron solo sus pasajes, ya que yo les invite para venir.
—Que rico olor tenés... —dice después de sentir como aspiraba maso en mi cabello, cosa que me hace sonreír y pegarme más a su pecho.
—Vos también.
—¿Cómo estás con tus materias? —cuestiona como si nada.
Leandro era así, me salía o me podía preguntar cualquier cosa de la nada, o en medio de una conversación que no tenía nada que ver.
—Bien, bah, eso pienso. Me quedaron dos para Febrero. —le cuento y Lean hace un ruido con su boca.
—¿Te quedaron o pateaste? —suelta, como me conocía.
—Una y una. —me rindo y levanto mi cabeza para mirarlo—. Pero en febrero las saco, voy a empezar el tercer año en un buen tiempo y te lo voy a resfregar.
El larga una carcajada y niega.
—¿Por qué a mí? Si yo te apoyo... —se queja jodiendo y solo me hago de la loca, el para de reír para mirarme y apretarme apenas mi mejilla a medida que su sonrisa empieza a desaparecer—. Delfi, estás más flaca...
ESTÁS LEYENDO
True love | Leandro Paredes.
Historia CortaDejaste esta cicatriz en mi corazón y yo te dejé un auto nuevo, qué bueno de ti el precio del amor verdadero... el amor verdadero es absoluto.