No estuve en desacuerdo con Draco, aunque su definición de "don de convencimiento" sería algo así como "retenerme en sus brazos para no dejarme escapar".
Miré los mimos que Draco y Pansy se hacían y me sentí mal, sin hablar del ya tan lastimado bombeador de sangre bajo mi pecho.
Harry me codeó y me hizo seña de que nos fuéramos de ese lugar. A ambos nos lastimaba. Le tomé de la muñeca y le dirigí hasta mi habitación. Cuando cerré la puerta entonces supe que la atención de ambos estaba en nosotros. Lo último que quería era que Pansy y Draco pensaran mal acerca de mí y de Harry, pero tenía el corazón demasiado adolorido como para detenerme a pensar en otra cosa.
Harry se sentó en mi cama y yo me quedé recargada a la puerta. Ambos nos miramos por un largo instante, como si nos comunicáramos con los ojos. Hasta que él rompió el silencio.
— Me imagino que te divertiste mucho — dijo.
— Como nunca — admití y me retiré de la puerta para sentarme a su lado — ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué estabas con Pansy?
Sonrió — Bueno, al no encontrarlos a ustedes aquí, me llamó a mí, y tú sabes que no desaprovecharía alguna oportunidad para estar con ella y tampoco iba a dejarla sola — confesó.
Me tumbé sobre la cama, suspirando — ¿Te confieso algo? — musité.
Harry se giró sobre su asiento y me miró desde arriba — Dime.
— Amo a tu hermano — susurré, como si ellos pudieran oírme. Harry rio.
— Cuánto lo siento — me palmeó la pierna, cerca de la rodilla.
• • •
Conforme pasaban los días, la culpa no desparecía sino que, por el contrario, iba aumentando.
Caminé por las calles que ya conocía para llegar hasta el laboratorio de fotografía de los Lovegood, donde se encontraba una de las pocas personas que sabían comprenderme y apoyarme. Aunque esta vez hablar con Lun no sería tan sencillo ya que Cedric me acompañaba. Se ofreció en seguida de que me encontró en el pasillo del edificio y supo que me dirigía para acá.
Le miré — ¿La invitarás a salir? — pregunté.
— ¿Crees que diga que sí? — dijo nervioso.
— Por supuesto que sí — reí.
— ¿Crees que le guste? — preguntó.
— Eso... averígualo hoy — dije.
Cuando llegamos Cedric se plantó detrás de mí, como un niño totalmente tímido pero los ojos grises de Lun chispearon al verle. Me hice a un lado para no obstruir su vista y la sonrisa entre ambos decía más que mil palabras.
Me aclaré la garganta, haciéndome notar. Lun me miró al instante — Oh, Hermione, hola. ¿Nuevas fotos?
Le sonreí, dándolo por hecho.
Les di la oportunidad a Lun y a Cedric de hablar y esperaba a que Cedric realmente la invitara a salir, mientras que yo me encontraba revelando las fotografías. Cuando hube terminado, las puse en una pila y las miré una por una.
Eran como veinte fotografías, y la mayoría tenía una cosa en común. El rostro hermoso de Draco. Se me había vuelto como una obsesión retratarle, era como para guardar el recuerdo o al menos tener una prueba de que los momentos a su lado habían sido reales.
Miré la hora en la pantalla de mi móvil, eran las seis con treinta y cinco minutos. Tenía dos opciones a elegir, una era quedarme aquí con Lun y Cedric y así no alimentar a este sentimiento con la compañía de Draco. La otra era apresurar el paso para alcanzar a llegar al departamento y encontrarle, porque ese sentimiento quería ser alimentado.
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Manual de lo prohibido [Dramione]
Fanfic"Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y...