Voy pensando en León cuando paro a ver la playa que se ofrece delante de mis ojos. Siempre había visto la playa Kailua en fotos pero...verla delante mía...me producía una sensación muy agradable. Mientras la contemplo, noto un fuerte golpe en la cabeza que hace que me caiga al suelo.— Pero que coñ...
Al mirar que había sido lo que había me había golpeado la cabeza vi un balón de fútbol. Fue entonces cuando me toque la cabeza para ver si me había hecho sangre, pero no tenía ninguna herida. A los dos minutos en el suelo (un poco desorientada por el golpe) vi una sobra extendiéndome la mano para poder levantarme.Al tomarla note una extraña sensación ya que no me esperaba que una persona tuviera tanta fuerza en las manos. Cuando ya estaba incorporada, recogí el balón para dárselo a la figura que casi me mata.
—Siento haberte dado... El tiro se ha desviado un poco y....
—Si, a ver si la próxima vez tenemos más cuidado -dije con una voz enfadada
Al girarme para devolverle el balón vi que aquella figura negra que había visto al principio era en realidad un chaval de unos 18 años, rubio decolorado, bastante alto, y con una camiseta de alguna selección que no conocía. Al verlo me quedé muda, no sé por qué pero empecé a sonrojarme, la verdad... es que era muy guapo, pero no por ello me iba a dejar intimidar. Le di el balón y él me dedico una sonrisa pícara. Yo dejé por un momento mi enfado y le dedique la misma sonrisa, que por la reacción del chaval, le pilló por sorpresa. Fue entonces cuando me giré y le di la espalda mientras seguía mi camino.
Después de 10 minutos andando, llegue a una casa de dos pisos, blanca y en primera línea de playa, bastante parecida a la mía. Sinceramente, preciosa. Al llegar no me dio tiempo te tocar el timbre cuando salió León, en unos bóxers negros, con el pelo recogido en una coleta. Nada más verle me tire a sus brazos, aunque estuviera semidesnudo, necesitaba un abrazo suyo.
— Preciosa, ¿como estás...? - me dijo con una voz muy dulce
Yo no dije nada, solo me acurruqué más en sus brazos. El me levantó y me llevó hasta el sofá. Al soltarme, me trajo un refresco y empezamos a charlar:
— Jessica... Wow estas... Guapísima... -me dijo mientras me repasaba con la mirada
— Jajaja, ¿no sabes que decirme en?
—¿Hace falta que te diga algo teniendo... -va hacia un armario y saca una tabla de surf- esto
—No...no...puede ser...mi antigua tabla de surf. ¿Pero como...? - dije con incredulidad
— Cuando te mudaste hace tres años a Cádiz. Tu madre me pidió que tirase tu tabla de surf o se la diera a algún amigo mío. Dije que si, pero al verla me dio tanta pena tirarla que decidí quedarmela hasta que volvieras
— Gracias, sinceramente me había traído la tabla con la que he estado practicando en Cádiz, pero esta es y siempre será mi tabla -dije casi con lágrimas en los ojos
Volver a ver mí antigua tabla me producía nostalgia, esa tabla celeste con flores hawaianas pintadas...todos los esginces de pie hechos durante tantos años , todas caídas producidas...
— Jessica, sabes que no me gusta los momentos emotivos así que para animar la cosa ¿que te parece si preparo algo de comer?
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Bailando sobre las olas
Jugendliteratur🌺✨Vuelves a tu antigua casa, en Hawaii a hacer lo que más te gusta🏄🏼♀️ y por el destino vuelves a reencontrarte con el tu primer amor con el que descubre nuevas emociones. ✨🌺 ¿Jessica volverá a caer en la atracción de su primer amor o encontrar...