CAPÍTULO 9

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El Saqza ya había arrasado todos los árboles cercanos a la árbol-casa y se oían sus gruñidos resonando gravemente a lo lejos, aunque ya no representaban un peligro como antes.

Ignisss aspiró el aire, libre ya de Crispyonuricio, y miró a su alrededor. Tal y como esperaba, la nave estaba hecha un revoltijo de tornillos y metal, imposible ya de recomponer. Su cabello se aclaró cuando vio, con gran alivio y sorpresa, que había un hueco de su tamaño por el que poder introducirse en los restos. Echó a andar hacia allí con paso enérgico. Al llegar, se asomó al interior, con cautela. No quería toparse con algún invitado no deseado, así que observó hasta estar segura de que estaba vacío. Entonces, se coló elegantemente por la obertura y comenzó a buscar el botiquín. Iba deprisa, sin perder tiempo, pero de manera metódica. Entonces, apenas uno minuto después de empezar a buscar se detuvo.

-No está aquí. Bueno, ni aquí ni en muchos kilómetros a la redonda... - suspiró para sí. Nadie se lo había dicho, pero lo sabía con toda seguridad gracias a su pequeño truquito. El pelo se le quedó de un tono más azulado y pensativo.

Tras unos segundos más salió de los restos de la nave.

Mientras tanto, en la árbol-casa, Tighsox se devanaba los sesos pensando por qué Ignisss no había vuelto inmediatamente. Si de verdad era tan inteligente y observadora, ¿por qué no había regresado enseguida? Eso les habría dado tiempo para pensar en otra solución antes de que Grij no pudiese más.

-Tal vez no quería ese tiempo... Tal vez... Tal vez solo quería deshacerse de nosotros y ahora estará a años-luz de distancia -se lamentó en voz alta. Pero luego se sintió estúpido. "Si hubiese querido librarse de nosotros nos habría matado. Además, no tiene ninguna nave...", pensó, esta vez en silencio.

Grij, que había oído la parte de que los había abandonado se sintió muy herido en su interior. Pensó en lo que había dicho ese hombre, que Ignisss tenía un poder relacionado con predecir el futuro... Si así era, podría haber adivinado que habrían problemas, y no haberlos hecho aterrizar en ese planeta. Aunque, por otro lado, ¿quién era Grij para quejarse? Oh, por supuesto, el niño desagradecido que había prometido matarla. Entonces, un temor se apoderó de él. ¿Qué pasaría si volvía ese hombre? Tighsox se enteraría de la conspiración y lo despreciaría. O quizás Ignisss apareciera y lo matase por traidor.

Pero esos miedos eran infundados. Era prácticamente imposible que el hombre se tomase la molestia de viajar hasta ese planeta (Grij no recordaba el nombre) solo para recordarle su promesa.

Una oleada de náuseas lo distrajo de sus cavilaciones. Tighsox se le acercó para ayudarle, y el niño pudo vomitar la pus de grasiento sabor y luego sollozar, pensando que quizás no viviría para ver un nuevo amanecer. Se encontraba terriblemente mal...

-Tranquilo, Grij...  Ignisss debe estar al caer -dijo Tighsox, preocupado por el lamentable aspecto que ofrecía el muchacho-. ¿Sabes? Yo no creía en ninguna religión hasta ahora, pero ahora... Estoy empezando a pensar que hay una entidad superior que ayuda a los seres humanos que la comprenden a ser más felices. Hace una semana era el soldado más infeliz de la guardia Yndiana y ahora, mírame, en una árbol-casa, hablando con un buen amigo y esperando a que llegue la chica más extraña e increíble que he visto.

-No te habrás enamorado de ella, ¿verdad?- preguntó Grij con la voz ahogada por la tela que lo cubría. Ambos compañeros se echaron a reír.

-No. ¡Más bien creo que es un ángel enviado por esa entidad para ayudarnos a triunfar en el amor y los negocios! -exclamó Tighsox. Y volvieron a reír.

Grij, que se sentía algo mejor, se incorporó en la mesa y miró a su amigo con expresión más alegre.

-¿Te sientes mejor?- le preguntó Tighsox.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2014 ⏰

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Ignisss Fata: el Organismo Perfecto(PARADA POR PREOCUPANTE FALTA DE INSPIRACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora