CAPÍTULO 3

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-A ver... Entonces cogeremos las armas y munición y luego iremos causando disturbios para que la gente nos odie y viajaremos por todo el mundo hasta que todos los supervivientes intenten matarnos.Y cuando estén todos detrás nuestro persiguiéndonos, los meteremos en una sala y los irás matando a todos uno a uno. ¿Es eso?-preguntó Grij, de brazos cruzados. 

-Exactamente-contestó Ignisss con el cabello de un dorado alegre. Grij sacudió la cabeza: 

-Esto no va a salir bien... 

Ignisss le ignoró y se puso la capucha. 

-Claro que va a salir bien-dijo al cabo de unos minutos con el mismo tono sin emoción que empleaba siempre. El pelo se le hizo castaño-. Y además, vamos a empezar ahora mismo. 

-¿Qué?-exclamó Grij. 

-Que vamos a empezar ahora mismo-contestó Ignisss. 

-¿Ahora?-preguntó el chico. 

-Sí, eso he dicho-replicó Ignisss. Al ver la cara de espanto de Grij añadió: 

-Oh, vamos. Solo tendremos que coger las armas. Los disturbios hay que prepararlos con antelación o todo tiende a salir muy mal. Tranquilo. 

Algo más calmado, Grij bajó la vista. 

De esta manera, los dos se levantaron y echaron a andar en busca de armamento. Grij iba delante, esforzándose en recordar qué camino debían seguir para llegar a la base militar más cercana. La verdad era que sólo había ido una vez, pero, buscando ser de utilidad a Ignisss para así salvar la propia vida, le había hecho creer que había ido en muchísimas ocasiones. 

- Grij. Te oigo pensar muy fuerte. ¿Hay algo que no me hayas dicho? 

-Eh... No, en absoluto-mintió Grij. 

-Bueno, si no me lo dices, me concentraré y excavaré dentro de tu mente hasta encontrar qué es lo que te preocupa tanto-respondió Ignisss. Grij se mordió el labio inferior tratando de imaginar si lo que decía podía ser cierto. Decidió que sí. 

-Solo he ido a la base una vez en mi vida y no estoy seguro de acordarme del camino-soltó de un tirón y sin atreverse a mirar a su interlocutora. 

-Ya veo-contestó Ignisss-. En ese caso tendré que abandonarte aquí, pues ya no me eres de ninguna utilidad. 

La cara de Grij se descompuso y se volvió violeta. Entonces, el flequillo de Ignisss se aclaró y ella dijo: 

-¡Tranquilo! Era una broma. 

Siguieron caminando en silencio. Grij no la miró ni un momento, asimilando todavía que no iba a morir en ese instante."Pero tengo que escapar lo antes que pueda. Está loca... ¿Qué clase de broma es esa? Sobretodo para alguien de diez años. Además, ahora que no sirvo de nada, tampoco importa mucho", pensó. Pero entonces, recordó que Ignisss podía leerle la mente cuando le apeteciese y se apresuró a dejar de pensar; algo muy difícil dadas las circunstancias. 

Pasado un tiempo, Grij vio que llegaban a la base militar y se sorprendió a sí mismo felicitándose por haber encontrado el camino adecuado. Entonces se giró hacia Ignisss y le dijo, exhibiendo una tímida y satisfecha sonrisa: 

-Hemos llegado. 

Ignisss le miró largo rato, con el cabello de un rojo fuego. Entonces dijo: 

-Eso parece. Vamos, entra tú primero, si quieres. 

Grij empujó suavemente la puerta, que ya había sido forzada por anteriores asaltantes, y se sumergió en la penumbra que reinaba en el edificio. Tanteó en la pared en busca de un interruptor. Cuando finalmente lo encontró, lo accionó decididamente, pero no pasó nada. Entonces, oyó la voz de Ignisss a sus espaldas: 

Ignisss Fata: el Organismo Perfecto(PARADA POR PREOCUPANTE FALTA DE INSPIRACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora