Capítulo 15

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(Les dejo la canción que me inspiró para este cap.)

Dulce

- Me voy, Dulce...

¿Qué? Sus palabras son como puñales clavándose en mi corazón. ¿Se irá? ¿De verdad lo he perdido?

- No Chris... no puedes irte - susurro. - Tienes que escucharme. Mírame... - mis manos temblorosas sujetan su rostro - Mírame y dime qué ves en mis ojos. ¿No crees que es amor?

Sus ojos escrutan los míos con detenimiento. Lloramos. Es demasiado lo que transmitimos con nuestras miradas. Por un momento siento que flaquea y se rinde. Sus manos retiran delicadamente mis lágrimas. Intento hacer lo mismo con las suyas, pero me aparta y vuelve a alejarse de mí.

No Chris... No me rechaces. No lo soporto. 

- ¡Christopher, por favor, escúchame! - imploro.

- ¡Maldición, Dulce! ¿Por qué demonios debería escucharte? - espeta tomando con furia mi brazo.

- ¡Chris, suéltame! ¡Me lastimas! - replico.

- ¿Te lastimo? ¿Y tú? ¿No te parece que me has lastimado más tú a mí? - gimo de dolor ante la presión de su agarre. - ¡Maldita sea, Dulce, contéstame! ¿No te parece que duele más lo que tú me has hecho?

Éste no es mi Chris. ¿Qué mierda he hecho?

- ¡Basta Christopher! ¡Por favor, suéltame! - suplico.

El parece salir de su trance y deshace su agarre. Me mira. Sus ojos expresan arrepentimiento. Sé que su reacción sólo ha sido producto del dolor que le ha rebasado. Sé que ese no fue mi verdadero Chris. Como también sé que la única culpable de su dolor soy yo. 

- Dulce, perdóname - suplica mientras revisa mi brazo. - ¡Maldición, mira lo que hecho! Perdóname, por favor... No quería hacerte daño. - musita deslizándose por la pared de la habitación. No soporto verlo tan derrotado.

- Soy yo la que debe pedir perdón, Christopher. - digo arrodillándome frente a él. - Por favor, antes que tomes cualquier decisión, al menos dame la oportunidad de explicarme. Escúchame...

Chris solo asiente, apartando las manos de su rostro para escucharme. 

- Sé que no hay palabras suficientes para justificar lo que he hecho. Aún así, mantengo la esperanza de que puedas entenderme y perdonarme. Aunque ni siquiera yo misma pueda perdonar lo que he hecho y el dolor que te he causado. - sollozo, pero no me detengo en mis palabras. 

- Chris, me sentía sola, confundida. Sí, por un tiempo llegué a dudar de mis sentimientos por ti. Las cosas habían cambiado muchísimo entre nosotros. Pasabas todo el tiempo de viaje, mientras yo pasaba cada día y cada noche añorándote. Sabes que siempre odié la sensación de soledad. Pero lo olvidaste, porque tus empresas se volvieron más importantes. Muchas veces mi mente me jugaba malas pasadas, haciéndome pensar tantas cosas. Te imaginaba en brazos de otras en cada uno de tus viajes. Tontamente llegué a pensar muchas veces que me engañabas. La soledad nunca ha sido buena compañera para mí. Me dejé llevar. Permití que todos esos pensamientos equivocados se instalaran en mi mente, creando una confusión en mi corazón. 

Detengo mis palabras y suelto un suspiro prolongado. Sé que lo próximo que diré no será fácil de escuchar, ni mucho menos de decir. Pero es necesario. Para este punto, ambos somos un mar de lágrimas. Sé que para Chris debe ser difícil asimilar todo lo que le estoy contando. Puedo ver el sentimiento de culpabilidad en su mirada. Pero no, él no es el único culpable aquí. Ambos fallamos. Los dos somos los culpables del posible fin a nuestra relación.

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