Capítulo 13

518 40 35
                                    


Dulce

- Christopher, ¿qué es todo esto? - preguntaba mientras observaba, una vez más, una de las tantas hermosas y románticas sorpresas de Chris para mí.

- Esto es un poco de todo lo que te mereces, mi amor. ¿Te gusta?

¿Cómo no gustarme?

Hay una cama, bajo una improvisada carpa, hecha con palos de madera y cortinas blancas en cada esquina. También hay una mesa en medio de un corazón, hecho con pétalos y velas. Además, nos encontramos iluminados por varias antorchas, que le dan un toque más romántico a todo esto. ¡Oh, mi Chris es tan lindo!

- No me gusta, ¡me encanta! Es simplemente hermoso. - me volteo lentamente hasta quedarnos frente a frente. Paso mis brazos alrededor de su cuello y lo beso. - Gracias por todo esto, cariño. No me lo merezco. Eres tan bueno, Chris. ¡Te amo!

- Claro que te lo mereces, mi amor. No pienses que no. Y yo también te amo, mucho más te amo.

Nos sentamos en la mesa y comenzamos a disfrutar de la exquisita cena que en el hotel han preparado para nosotros. Chris me cuenta que estamos en una isla inhabitada y que, por lo tanto, estamos solos. Cosa que me encanta saber, porque quiero disfrutar de esta intimidad con mi esposo.

Él continúa hablando de muchas cosas, pero yo casi no le presto atención. Me he quedado embelesada con su sonrisa y el brillo de sus ojos. Se ve tan feliz. No puedo creer que yo sea la causa de esa felicidad. No merezco que esos ojos cafés brillen de amor por mí. Ojalá sus ojos nunca dejen de verme así. Aunque, quizá, pedir eso sea un imposible.

- ¿Te gustó la comida? - pregunta aún con su sonrisa.

- Sí, estaba muy bien. Una vez más, gracias por todo esto. No me lo esperaba. - entrelazo nuestras manos. - Eres lo mejor que me ha pasado y, pase lo que pase, siempre lo serás. Aunque algún día no estemos juntos, yo siempre te seguiré amando. - sin quererlo una lágrima resbala por mi mejilla al pensar en la posibilidad de perderlo.

Al verme, Chris se levanta y se arrodilla frente a mí.

- Mi amor, tú nunca me vas a perder. Siempre estaremos juntos. - dice mientras seca las lágrimas rebeldes que no quieren dejar de salir. - ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras princesa?

Titubeo. Por un momento pienso en decirle lo que me atormenta, pero no puedo. ¿Cómo dañar un momento como éste?

- Nada, es sólo que hoy estoy un poco emocional por todo esto. Te amo mucho, ¿sabes? - susurro y al instante su mirada se enternece.

- Claro que lo sé, cariño. Y yo también te amo. Ven, vamos a bailar. - dice mientras toma mis manos para levantarme.

- Pero no hay música, Chris. - replico con una sonrisa.

- Y no hace falta. No hay mejor armonía en estos momentos, que la de nuestros corazones, latiendo a un ritmo frenético, cada vez que nos miramos y tocamos.

¡Oh Dios! ¡Lo amo, lo amo, lo amo!

- Eres perfecto...- acaricio su rostro hasta que comenzamos a mecernos al compás de una canción que Chris canta en mi oído.

Recuesto mi cabeza sobre su pecho, mientras seguimos en este vaivén, con la luna como testigo, una vez más. Ella siempre ha sido la mayor confidente de nuestras inagotables muestras de amor. Ella siempre ha sido nuestra más fiel cómplice.

Las manos de Chris comienzan a recorrer mi espalda y cintura, con suaves caricias que me estremecen. Mi piel se eriza ante el toque de sus manos. Jadeo. Sus besos en mi cuello son mi debilidad. Siempre ha sido una de mis zonas más sensibles.

Un Amor Imperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora