Capítulo 36

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Luego de cinco meses de soltería, fue en Marzo que un compañero de la universidad me invitó a salir. Era lindo y divertido, una persona simple, así que acepté.
—Te ves impresionante —Emily aplaudió mi reflejo en el espejo. Yo quise hacer lo mismo. Una remera blanca suelta metida dentro de una bella pollera negra, unos tacones negros y pintalabios vino. Mi pelo suelto y un poco revuelto. Me veía asombrosa.
Todo parecía perfecto. Él pasó por mi a horario, me llevó a un buen restaurante italiano, la comida era deliciosa y su compañía era agradable. Pero algo faltaba.
—Fue divertido —dije cuando me dejó en mi casa de vuelta. No mentía, había sido una buena noche: había estado relajada y había pasado un lindo rato.

¿Era esa, sin embargo, la forma en que uno debería describir una cita romántica?

—Yo también —coincidió él dando un paso hacia mi. Su mirada pegada a mi boca.

Se había sentido como una cena de conocidos: agradable.

—Voy a besarte Arianna —anunció y lo dejé hacerlo.

No pasión, no amor, no atracción.
El beso probó lo que yo ya sabía. Él no era Shawn. Él no me hacía sentir de la misma forma que Shawn. Sobretodo porque yo no quería a nadie más que a Shawn.

Shawn. Shawn. Shawn.

Mi mente repetía su nombre una y otra vez mientras me disculpaba con mi cita y le decía que no sentía lo mismo.
Mi mente repetía su nombre mientras llamaba a Andrew para pedirle información.
Repetía su nombre mientras sacaba el pasaje hacia Londres, subía al avión y llegaba al aeropuerto. Mientras en taxi me desplacé hasta su hotel.

Shawn. Shawn. Shawn.

Toqué la puerta. Y lo vi. Tras casi nueve meses vi sus rulos marrones, su cicatriz y esos ojos que siempre me habían mirado con profundo amor. Lo seguían haciendo.

—Shawn.

n/a: nOOOOO QUE INTRIGA

maratón 2/2

La baterista »Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora