Capítulo 16 - Cerrando ciclos

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    Alrededor de un par de horas habían cabalgado hacia el pico de la montaña. El camino se había vuelto tan escabroso que tuvieron que abandonar los corceles y cambiar el sonido de los cascos de las bestias por un duro caminar cuesta arriba por la escalinata pedregosa mientras el frío velo de la madrugada los envolvía. Si bien Shaoran estaba inmerso en sus pensamientos y podía sentir aquel ambiente tenso, hubiese preferido que su amigo se fuera quejando por el horrible camino que andaban a pie, antes de verlo tan pensativo.

-Aria- el ambarino carraspeo un poco su garganta para atraer la atención de la castaña quien lo miró sin dejar de caminar -quisiera saber… ¿Cómo terminaste aquí encerrada?- la chica le dedicó una sonrisa melancólica y miró al frente

-Mis padres fueron asesinados y los padres de Adalius me criaron. Adalius al intentar evitar una de sus visiones dejó al borde de la muerte a un niño, su madre tuvo que curarlo exponiendo su secreto. Los padres de Adalius murieron por ese evento y Adalius sufrió demasiado aquello- Tanto Shaoran como Lan cruzaron miradas de asombro ante el relato de la chica

-Por mi parte, odié la magia, había matado a mis padres y a los de Adalius, y siempre se lo decía, pero él nunca me escuchaba. Vivíamos con el señor Nicola, en diferentes refugios de magos por todo el continente. Aunque Adalius seguía obsesionado con su meta mágica y de ir a Londres para ser parte de ese grupo selecto-

-El concilio de occidente- interrumpió el castaño mientras la chica asentía

-El mismo concilio encontró familiares míos en Florencia por lo cual decidí buscarlos. La noche que me iba, Adalius me entregó un cofre, que era su legado familiar por parte de su madre, no entendía nada pero simplemente lo tome y me marché- mientras la castaña narraba, el horizonte comenzaba a mostrar un cielo menos oscuro, anunciando que el amanecer se acercaba -la noche de mi cuarta cabalgata, una luz demasiado luminosa en mi equipaje hizo que parara el recorrido, cuando abrí la bolsa pude ver que provenía del cofre, lo abrí un destello blanco me envolvió y me cegó por completo y no supe mas de mí- los chicos volvieron a mirarse, con más dudas que antes.

-Desperté en el castillo, atendida por mis familiares, quienes me habían encontrado en el camino desmayada. Había llegado a Florencia y estaba con mi familia, nada menos que en su reino. Me sentí demasiado feliz-

-Pero… ¿Esto es florencia?- el ambarino intentaba encajar la historia. La chica solo sonrió con sarcasmo

-Pues ojalá lo fuera, sería hermoso ¿no creen? Nunca llegué a Florencia así que no lo sé-

-¿Qué?- dijeron ambos chicos al unísono haciendo sonreír a la de ojos grises

-Vivía con mi familia muy feliz y todo marchaba bien, abrí el cofre de nuevo y note que lo que había era el diario que el papá de Adalius le había dado, como su legado familiar de parte de los Schmidt, pero no había nada más, el legado familiar de su madre nunca supe cual era, quizás es el cofre en sí- la chica meditó un poco antes de proseguir -cierto día, un dolor invadió mi pecho. Se sentía como si quemaran mi corazón desde adentro y un dolor de cabeza tan profundo se hizo presente, es como si un gigante estuviera apretando mi cráneo y el fuego de un dragón quemará mis entrañas. Me hizo desfallecer de nuevo y finalmente cuando desperté, estaba sola en aquel castillo, el 95% del pueblo había desaparecido, y  mi ser resplandecía en una luz blanca al igual que el cofre-

-Eso parece bastante intenso- exclamó el ambarino mientra veía como se terminaba la escalinata, dando paso a una planicie con una cueva al final

-Y eso no es lo peor. Justo cuando comenzaba a entender que estaba en un mundo ilusorio creado por lo que sea que había en ese cofre, una ráfaga de recuerdos volvieron a mi como si me abofetearon varias veces. Sentí que mi cabeza iba a estallar mientras veía tantísimas escenas de mi vida con Adalius, que habían sido borradas de mi memoria, como crecimos juntos, y cómo… nos enamoramos- la chica bajó un poco su cabeza y su voz se agudizó un poco -además de... como nos juramos amor eterno… y ahí, también finalmente recordé, el hechizo que Adalius me lanzó para que olvidara mi amor por él, para dejar todo fluir, por una de sus malditas visiones-

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