[Primera parte].
¿Por qué mejor no vienes y me haces el amor mañana por la tarde?
De pie junto al río, con su reflejo vacilante copiado en líquido. Pues el agua se detuvo al ver sus ojos, grandes y oscuros, pero con un destello amarillo en cada pupila. El agua se detuvo, al ver su cabello lacio y blanco, despeinado pero con elegantes puntas. Y una vez parpadeo, después de varios minutos, el agua siguió su curso.
Levantó la cabeza y miró al cielo asombrado. Llevaba años sin verlo, atardeciendo.
Mañana, a las seis en punto. A la orilla del Tíber.
Seis con cinco, aún no aparecía. ¿Habrá sido una broma? Pues era jueves y no estaba acostumbrado a leerle.
Mientras caminaba por el colorido pasto a la orilla del río pensaba. Se preguntaba hace cuánto lo había hecho. Cuánto tiempo había pasado desde que se levantó de un lecho junto a una persona. Pero la pregunta más importante, ¿cuánto tiempo había pasado desde que una persona le importó tanto?
Tres años.
Tal vez dos años y diez meses.
Hace tiempo que había perdido la cuenta.
La lujuria era un pecado sobre el que
reflexionaba a menudo y con mucho placer. Pero desde hace tiempo que no la disfrutaba. De hecho, pensar en ese apetito y en las mil maneras de satisfacerlo era muy tentador. Fue entonces cuando tomó asiento.Seis con diez.
Mientras Bruno seguía acercandose. Con las pisadas apresuradas y un par de tropiezos. Quitando su camiseta de trabajo. Abbacchio lo miró desde lejos e inclinó la cabeza. No tenía esperanza de que fuese aquel hombre, decidió mirar al río una vez más.
Su corazón se aceleró cuando le vió un poco más cerca, con su perfecta cabellera revuelta y una frente ligeramente sudada. Dulcemente hiperventilando.
Leone Abbacchio quiso darle una sonrisa, pero no tenía esperanza de que se la devolviera. Cuando quiso pasarlo de largo el hombre pronunció su nombre.
¿Leone Abbacchio?
No supo qué decir, pero levantó la cabeza y lo miró perplejo. Sus ojos se habían clavado en una mirada azul y penetrante, la voz que le había hablado despejó sus dudas, era él.
- ¿Sí? - respondió.
Llevaba días esperando su encuentro, pero no se imaginó que fuese de la manera tan extraña posible. Y menos que él lo saludara con tanta dulzura, con una sonrisa en el rostro.
Afortunadamente, la breve conversación que estaba empezando llegó a su fin cuando sus labios se juntaron. Desconcertado, le devolvió el saludo y se dió el lujo de dedicarle una pequeña sonrisa. Leone se inclinó para separarse un poco, e incorporarse en el césped para que Bruno tomara asiento.
- ¿Quieres ir a comer primero? - sonrió. - Yo invito.
- ¿Así es como saludas a las personas? - una risita quisquillosa le brotó de su grave voz.
- No, en realidad suelo comenzar a desvestirme. - volvió a sonreír.
Abbacchio se sonrojó un poco.
- Perdón, no estoy acostumbrado a esto. - miró el sol.
- ¿A qué? - rió un poco. - ¿A estar con un...?
El hombre de cabellos blancos le interrumpió su pregunta.
- No eres uno de esos.
Muy en el fondo, el estómago de Bruno se estremeció, pero aún así, esa sonrisa cálida y dulce no desaparecía.
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HAPPY WEDNESDAY | Bruno & Abbacchio.
FanfictionHAPPY WEDNESDAY ya disponible en PlayStore. En esta aplicación, podrás elegir a tu acompañante favorito, el sitio más seguro y eficaz para conseguir citas por solo 120 dólares. En HAPPY WEDNESDAY deslizar el dedo para conocer personas es un juego. ...