Miércoles 3: Segunda parte.

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[Segunda parte].

¿Crees que vas a protegerlo?

¿Aún con tu bajo sentido de justicia?

Quieres hacerle el amor sin que él sienta que es un objeto pero... ¿eres capaz?

¿En serio harás que esto funcione?

¿Acaso eres idiota?

¿Amigos? ¡Por favor Abbacchio! Sabemos lo que quieres.

Harás lo mismo que con él.

Lo asesinaste.

Lo asesinaste.

Lo asesinaste.

Alrededor de las tres de la mañana, Bruno abrió los ojos. Un fuerte brazo lo sujetaba con firmeza y el aroma de Abbacchio le llegó a la nariz. Estaba entre sus brazos, con la espalda pegada a su pecho.

- Leone... - Bruno tomó su brazo y lo movió con tranquilidad.

Tú lo asesinaste.

- Abbacchio despierta.

¿Harás lo mismo con él Abba?

¿Harás lo mismo que hiciste conmigo?

- ¡Abbacchio!

Leone tomó una bocanada de aire después de haber despertado, con la respiración entrecortada miró hacia ambos lados de la habitación - la cocina y la enorme ventana - y se encontró de pronto con un rostro conocido.

Unos enormes ojos azules lo observaban un tanto asustados.

- ¿Cuánto tiempo has estado observandome?

El gesto sorprendido de Bruno desapareció en cuanto Leone tomó la iniciativa de hablar.

- Desde que desperté. - sonrió.

- ¿Qué hora es? - masculló cansado.

- Son las tres de la madrugada.

- Mierda... ¿Cuánto tiempo cogimos? - chasqueó la lengua riendose.

- Tres horas y media. - se rascó la nuca ruborizado.

- ¿En serio contaste el tiempo? - lo miró sarcástico.

- Soy un experto en eso. - le besó.

Aunque Leone no le devolvió el beso, Bruno lo miró en la oscuridad. Se volvió lentamente y se recostó boca arriba. Recordó su mirada angustiada, con los ojos cerrados y una expresión de pesadilla en la cara, parecía un hombre con muchos secretos, con muchos problemas.

Tal vez es su trabajo. Pensó Bruno.

- ¿Cuántos años tienes Bruno?

El pelinegro rió a carcajadas.

- ¿En serio estás preguntandome eso ahora? - sonrió.

Parece un niño a veces...

- Después de que hemos hecho el amor. - continúo diciendo. - ¿Me estás preguntando cuántos años tengo?

Y aunque sonaba un tanto curioso, su voz estaba llena de esperanza y alegría.

- Veintitrés. - respondió luego de un rato. - ¿Y tú?

HAPPY WEDNESDAY | Bruno & Abbacchio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora