Confesando mí Amor.

O 4

—Tal vez deberías escucharme a mí. Ellas no tienen idea sobre el encanto, Sasuke.

Sí, estaba totalmente perdido en un abismo gigante de autodecepción.
Mientras caminaba había estado seguro de haber visto a un cuervo, pero le dejo de importar, tenía una desgracia aún más grande.
Y es que si antes compartir el mismo espacio que Naruto era difícil ahora era enormemente complicado. El rubio lo miraba raro y trataba de estar más alejado de él, incluso habría jurado que ahora buscaba mucho más el compartir con Sakura.

—Soy una deshondra para mi clan. —Suspiró, sentándose en una banca, mirando los árboles.

Se encontraba totalmente en soledad y lleno de lamentaciones, hasta que una ruidosa risa lo sacó de toda calma.

—¡Hey, Sasuke~! —Exclamó, una voz femenina.

Era Ino. Pensar que Kakashi creía que ella le gustaba. No era fea, pero ella no le hacía latir el corazón como Naruto. Es como si fuera una enfermedad.

—¿Qué quieres? —Preguntó brusco. Demasiado joven y totalmente decepcionado.

—Pues, cómo estás muy solito pensaba que podría hacerte compañía. —Sonrió.

No dijo nada.
Ino siguió esperando una respuesta, pero solo era la brisa del viento lo que les acompañaba.

—¿Tú sabes cómo conquistar a alguien? —Preguntó, directo al punto.

—Claro que sí. Se exactamente lo que le interesa a la gente. —Hizo una pausa, llevándose ambas manos a la cara. — ¡No me digas! ¡Te gusta alguien!

—Tal vez.

—Bueno, es muy triste pensar que quizás no sea yo la persona afortunada. —Dijo secándose una lágrima.— ¡Pero podré decir que ayude en ese romance!

Sasuke ya más arrepentido que motivado, deseo no haber hecho esa pregunta. Pero estaba en apuros.

Así que escuchó a Ino atentamente durante esa tarde. Gastando unos cuantos de sus ahorros en cosas que según la niña iban a ayudarle mucho.
Sí de por sí ya era guapo, debía sacar provecho de eso. Según Ino.

Ahora Sasuke caminaba hacia donde estaba Naruto, comiendo junto al equipo de Gai-Sensei.

Entró al puesto de ramen con las manos en los bolsillos, caminando, de lado, mientras al sentarse sonrió.

TenTen suspiró.

—Me da un tazón de ramen también. —Pidió, llevando una mano a su cabello y acomodandolo hacia el lado.

No estaba usando la bandana, y su cabello estaba totalmente rebelde. Nada que ver con su típico peinado emo. Según le dijo Ino.

—¿Qué hay, Sasuke?  —Preguntó Rock Lee. — ¡Algún día debemos enfrentarnos a duelo!

—Por supuesto que sí. —Sonrió Sasuke, por segunda vez en el momento, mientras apoyaba su cabeza en la palma de su mano, para así mirar de lado a Naruto. — ¿Qué hay, Naruto? ¿No está lindo el clima?

El rubio lo miró un momento, asistiendo lentamente.
Durante unos minutos Sasuke, pensó que lo había cautivado, con un indudable atractivo. Sonrió de nuevo, moviendo la cabeza, para acomodar su cabello.

—Tienes un moco. —Dijo de pronto Naruto.

La burbuja del niño Uchiha se rompió, tomó una servilleta y se la llevó a la nariz.

Sí, había una maldición sobre él.

—¡Naruto! Esas cosas no se dicen así como así. Hay que ser sutil. —Dijo Lee, reprochandolo.

—De cualquier forma se lo iba a decir yo. —Aclaró Neji, mientras comía.