Confesando mí Amor.

O 5

—¡Usa el poder la juventud, Sasuke! Y comprenderás un poco más lo que significa cortejar.

—Si eso es verdad podría valer una fortuna.

—¡Es verdad! Sasuke Uchiha está interesado en alguien. Te lo aseguro como que hoy es sábado.

—Pero hoy es martes...

La conversación había sido de su total interés, el joven prodigio estaba interesado en alguien. Qué bellos son los poderes de la juventud. Ahora se sentía mal, por la avergonzada situación que le hicieron pasar en Ichiraku. Así que para reparar tan borrornochoso hecho, iría a felicitarte por el amor que había en el aire.

Sin embargo cuando llegó a la casa del Uchiha, se sintió muy raro al verlo perseguir a un cuervo con una escoba.

—Eeh. ¿Sasuke?

—¡¿Qué?! —Gritó, aún persiguiendo al cuervo. Que en realidad parecía estarse burlando del niño en lugar de escapar.

—¡Felicidades por tu noviazgo! —Gritó desde la distancia.

Sasuke se detuvó.

—¿Qué noviazgo? Si estoy solo.

Lee no quería reírse pero le fue inevitable. En serio, el temible niño ahora realmente ya no parecía tan temible.
Así tras un pequeño resumen, omitiendo partes y el nombre de quién tenía su interés, le contó a Lee sobre lo miserable que era en todo esto.

—Ah, es como me pasa a mí con Sakura-Chan.

—No es lo mismo. Tú al menos le dices de forma directa lo que sientes. Yo ni siquiera puedo hacerlo aún con organización.

—Bueno, tal vez antes no estaba yo. —Sonrió. Sasuke lo miró con los ojos entrecerrados. — Y es que las palabras son la mejor opción pero a diferencia de una carta o un halago, tú dirás piropos.

—¿Piropos?

—Una manera de halagar pero de manera picante y muy insinuante. —Hizo un leve movimiento de cejas.

Sasuke lo miró con más desconfianza de la que ya le tenía, desde que llegó a su casa. Pero bien sabía, que a estas alturas toda cosa servía. Incluso la ayuda de Rock Lee. Y eso sí que era estar desesperado, pensó el niño.

Así comenzó la aventura del día para el niño Uchiha. Mientras que con toda la actitud -porque al menos aún la tenía- caminó hacia el puente, para reunirse con el equipo. Allí estaba Naruto, intentando mantenerse inquieto, mientras Sakura lo miraba con clara molestía.

—¡Naruto! Deja de moverte.

—Sakura. —habló Sasuke ya cerca de ellos. — No puedes gritarle a una flor. Se podría marchitar.

-¿Ha?

—Digo, ¿Acaso no ven el cielo? —los niños miraron el cielo por instinto. —No hay ninguna estrella allí, porque la estrella más brillante está aquí. —Dijo por fin, mirando al rubio.

—¿Le acabas de decir estrella? —preguntó Sakura.

Sasuke se alarmó un momento, mientras un pequeño sonrojo se apoderaba de su rostro.

—Otra vez Kakashi-Sensei llega tarde. —dijo Naruto, cambiando el tema. Y evitando mirar a Sasuke.

¿Lo hice bien? Se preguntó el niño Uchiha confundido.

Mientras desde lejos el Rock Lee lo miraba todo algo confundido. ¿En serio le dijo eso a Naruto?

Luego de que Kakashi llegará y fuera regañado por el rubio y la pelirosada. Iniciaron con la tarea del día, que era ser guardias de un joven feudal que venía a hablar con el Hokage.

Naruto y Sasuke caminaban atrás del joven, Sakura y Kakashi al frente, manteniendo siempre al feudal al centro. A pesar de ser una misión aburrida, Naruto esta vez no dijo nada.

—Hey. —Trató de llamar la atención del Uzumaki. Lograndolo.

—¿Qué quieres Sasuke?

—Si fueras shuriken, nunca te soltaría.

Y por muy extraño que fuera, Sasuke logro sonrojar a Naruto. Un gran logró, después de aquel primer beso. Debería hablar con el niño que empujó a Naruto. Pensó Sasuke.

—Veras Lee. Siempre vas a un paso antes de mí. Creo que yo debería aprender de ti. Gracias. —Había dicho el Uchiha, cuando en la tarde se topó con el niño de traje verde.