—¡Estás en el lugar indicado! ¿Quién puede saber más de amor que un hombre que lee novelas eróticas?
Encontrarlo no fue para nada fácil. Era obvio, no había misión ni entrenamiento y el hombre desaparecía, al menos de los alumnos. Así que cuando ya estaba a punto de retractarse y regresar a su casa, para lamentar su extraño miedo, lo vio.
Caminando casualmente, mientras leía, y con él llevaba una bolsa. Tal vez había ido a hacer la compra y se preguntó a si mismo porqué no lo busco en el mercado.—¡Kakashi! —gritó, caminando para pararse al frente del maestro, este lo miró con su ojo descubierto, algo sorprendido por quién lo interrumpía.— Necesito su ayuda.
Kakashi lo miró detenidamente, odiaba que los integrantes de su equipo fueran fanáticos al entrenamiento. Era algo bueno, sí, pero que no lo incluyeran no era tanto pedir.
—Es muy tarde para entrenar, Sasuke. Tal vez mañana. —terminó de decir para volver a su lectura y seguir caminando. Pero Sasuke de inmediato se cruzó delante, impidiéndole seguir.
—No es para entrenar. Necesito su ayuda para confesarme.
—...— ¿Había escuchado bien? Kakashi pestañeo, pensando en cuántas posibilidades existían para que las palabras de Sasuke fueran acerca de confesar un amorío.
—Necesito confesar, mis sentimientos a una persona. —dijo de manera baja, volteando la cara hacía el lado, cubriendo un sonrojo poco notorio.
El maestro pestañeo otra vez, sin poder salir del asombro. Sí, en definitiva el pequeño Uchiha estaba enamorado, y no era una broma. Y eso era realmente extraño y perturbador.
—¿Cómo sé que no eres un infiltrado? —preguntó, cerrando su libro.
Sasuke levantó su mirada.
—Hmp. De todos modos ni quería confesar nada. —gruñó bajito, dando media vuelta. Suficiente vergüenza había pasado para que el hombre dijera esas cosas.
Sí, sonaba loco, pero era cierto y era aún más loco el hecho de que quien le gustaba era un tonto rubio revoltoso y tierno.
Gruño otra vez, era más sencillo cuando todo le daba igual.
—Espera, Sasuke. Sí, voy a ayudarte. —sonrió. El niño dejó de caminar para voltear y asentir. Suspirando.
Kakashi Hatake guardo su libro y comenzó a caminar al lado de su alumno. Necesitaba saber más del tema, claro, no podía ayudar si no conocía ciertos aspectos de todo aquello.
Así que comenzó haciendo preguntas. Primero sobre el físico de la muchacha. Porque, bueno, él no podría saber que se trataba de un chico.
—¿Te gusta Ino Yamanaka? —preguntó, interrumpiendo a Sasuke, quien lo miró bastante enojado.
No. Pensó el niño. Nunca. Pero era demasiado pronto y no estaba seguro si le podría seguir ayudando. Aunque, no es que desconfiara del maestro, pero preferiría que fuera su secreto.
Así que solo movió su hombros hacía arriba. No estaba mintiendo, ni negando nada.
—Tal vez. —completó con su voz. Agarrando la tela de sus pantalones, por dentro de los bolsillos.
—Pero, ¿Cómo es tu relación con ella?
Sasuke lo pensó.
—Especial.
—Oh vaya, eres un romántico. —comentó burlón.
En un acto de puro reflejo, Uchiha le piso el pie.
—Es especial.— concluyó de nuevo—. Además he sido...Medio, pesado, con...Ella. Así que si no hago bien las cosas posiblemente crea que es una broma.
—Vale, quieres hacer bien las cosas, porque no me extraña eso. —rodó los ojos. — ¿En serio no sabes cómo empezar?
—Por algo necesito su ayuda. No pregunté eso. —gruñó otra vez.
—Que tal si le das flores. —propusó.— Todos aman las flores, ya sabes, son lindas, huelen bien, y además son una gran
muestra de cariño.—¿Seguro que está bien eso de las flores? —preguntó no muy convencido.
—Totalmente. —sonrió.
Sasuke suspiró. Su maestro se dispuso a marcharse, deseándole suerte. Dejándolo parado en medio de la gente, miró hacia todos lados.
Necesitaba flores, si, fácil, sencillo.¿Pero qué clase de flores?
Se encamina hacia el mercado, para caminar por las diversas florerías que habían. Miró uno por uno los puestos.
Sin saber qué flores comprar.¿Estaban bien las rosas? ¿O las lilas? Algo, pero qué. Quería una señal.
—¡Aquí lleve sus girasoles! Un pedazito de sol para quien nos ilumina. ¡Lleve sus girasoles!
Sí. Camino de prisa hacía el puesto.
—¡Quiero diez! —gritó demasiado fuerte, asustando un poco al vendedor, le entrego el dinero y de inmediato tenía los girasoles ya en sus manos, cubriendo por completo su vista.
—Que niño más raro.
Ahora sólo le quedaba esperar a que se reunieran mañana. Llegaría más temprano, encondería los girasoles, mandaría a Sakura lejos con alguna distracción y listo, le daba los girasoles a Naruto. Perfecto y muy bien calculado.
Pero...Naruto no llegaba como había acordado en su plan.
Se paseó de un lado a otro, contó cuántos árboles habían alrededor, ideó una forma de sorprenderlo, luego lo maldijo, nuevamente mando a Sakura a otro lugar y finalmente llegó. Junto con Kakashi.Maldita sea.
—¡Bien! Hoy iniciaremos con misiones simples. —sonrió. — Paseó de perros.
Naruto gimió.
Sasuke aún podía llevar a cabo su plan, si no fuera porque el cruel perro que Naruto paseaba se orino en los girasoles.
El pequeño Uchiha tenía un tic en el ojo.Debió haber recurido al plan A. Lanzar los girasoles en la cara de Naruto y salir corriendo, pero ya no estaba para arrepentimientos. Luego se vengaría de ese perro.
Hola! Gracias por pasarte por aquí <3
Los capítulos irán variando entre largos y cortos.
Ojalá disfrutes de esta lectura :'3
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Confesando mí Amor.
Fiksi Penggemar"Un niño enamorado que no sabe cómo expresar sus sentimientos y un montón de consejos para ayudarle a hacerlo". ✓SasuNaru. CRÉDITOS POR LA PORTADA ANTERIOR A ---Miruku