¡Hola Juliantinas! Sé que les acabo de escribir un anuncio, pero encontré un rato libre para updatear la historia para ustedes!
Díganme qué les parece!!!
Juliana y Valentina llegaron a la playa alrededor de las 9:30. Juliana aparcó el Jeep en reversa como todos los demás autos para dejar la cajuela abierta y así tener acceso a la hielera, que ahora estaba hasta el tope de alcohol, jugos, y paletas de hielo. Valentina había propuesto que compraran vasos desechables para llenarlos con alcohol y ahí sumergir las paletas heladas, a la vez que había comprado gomitas para también mezclarlas con las bebidas.
Juliana había accedido a esto nerviosamente. No era la primera vez que iba a una fiesta de fogata, pero era la primera vez que asistía a una con Valentina, y no sabía cómo podrían tomar curso las cosas. Se había sentido tranquila y en confianza cuando estaba en el estacionamiento del local con la ojiazul escuchando música, pero ahora que la reina de la fiesta había llegado a su reino, Juliana se sintió cohibida y nerviosa de que Renata o Guille no estuvieran ahí para hacerle compañía.
No era que Juliana no tuviera otros amigos. Al contrario: conocía a casi todas las personas que estaban alrededor de la fogata, pero nunca había convivido con ellos de esa manera: todos bailaban desenfrenadamente, bebían como si tuvieran una sed insaciable y algunos se acurrucaban en mantas sobre la arena para poder besarse con pasión.
A pesar de que Juliana era muy de la idea de que cada quién podía divertirse como quisiera, ese tipo de cosas no la divertían en absoluto. Tal vez era por cómo había sido criada, y había aprendido a no bajar la guardia por completo en ninguna situación. Ni en fiestas, ni con amigos, ni con el alcohol, etc. La única amiga con la que podía ser 100% ella era con Renata... pero ella aún no llegaba.
Habían pasado más de 30 minutos desde que Valentina le había dicho a Juliana que iría un minuto con el DJ porque la música no estaba lo suficientemente ambientada. Le había insistido a Juliana que no tardaría mucho, y que fuera preparándole una bebida, a lo cual Juliana se inventó una mezcla de jugos y alcohol porque nunca le había preparado una bebida a nadie.
Por lo que ahí estaba ella, con dos vasos rojos en mano, esperando el regreso de la mayor.
Se sentía extraña, como pez fuera del agua. La música era demasiado fuerte. No encontraba un solo sitio cerca de la multitud en donde no se sintiera algo incómoda y sin que la gente la empujara por error al pasar. Se enfocó en no derramar las bebidas que tenía en mano mientras caminaba por entre la multitud con el propósito de encontrar a Valentina. Tal vez si el ambiente estuviera un poco más tranquilo, se sentiría mejor. Tal vez si estuviera borracha... pero no quería irse por ese lado. Ella no acostumbraba ser así.
Fue entonces que la vio, cerca de la fogata y rodeada de un grupo de chicos que se le acercaban demasiado y que la hacían reír. Valentina ya tenía una bebida en mano, y se balanceaba suavemente al ritmo de la música mientras tenía la mirada fija en uno de los chicos que claramente se veía que le estaba coqueteando.
Juliana tuvo una sensación displacentera al contemplar la escena. No sabía cómo sentirse, porque Valentina no estaba haciendo nada malo... pero la había dejado plantada. ¿Eso era lo que acostumbraba hacerse en este tipo de fiestas? ¿Que cada quién se fuera por su lado? No lo sabía, pero, aunque así lo fuera, la situación le dejó un sabor amargo.
"Hey, por fin te encuentro," dijo una voz conocida a sus espaldas.
Juliana se volvió para ver a unos sonrientes Guillermo y Renata.
"¿Dónde está Valentina?" preguntó Guille.
"Allá," dijo Juliana señalando la dirección con la cabeza.
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El mar, la arena y tú: Una historia Juliantina
RomantikJuliana Valdés había pasado todos los veranos con su madre en Playa Escondida. Valentina Carvajal había pasado todos sus veranos en la ciudad, pero cuando su padre muere, su mundo cambia por completo. Lucía, su madrastra, decide llevarla de vacacio...