1

4.5K 326 14
                                    


-Aclaraciones: Está historia es mera imaginación, no se crean tanto eso de parejas entre idols. Si les gustan ese tipo de parejas como a mi, es sólo cuestión de respetar tanto a la escritora, idols e ideas que son aquí plasmadas. FICCIÓN, todo es ficción dentro de las historias. Tratamos de plasmar eso que sentimos y bueno, usamos a los personajes por mero gusto.
No tratamos de hacer quedar mal a nadie, ni mucho menos insultar a nadie.




El sol acariciaba su piel nívea. El aroma a vainilla invadía sus fosas nasales deleitándole de sobremanera.

YoonGi intentó mantener la calma mientras esperaba a su compañera de trabajo, y es que siempre llegaba algo tarde por situaciones tontas e infantiles.
Su mandil se aferraba a su cintura y sus cabellos negros caían libremente por su frente, le dolía la cabeza y la melodía le causaba irritación.

— ¡He llegado! —. La puerta se abrió dejando ver a una chica de hebras rosadas entrando como Juan por su casa.

— Bien, hasta que te dignas —. Rodó los ojos con molestia fingida y se puso de pie. — Estuve esperando muchísimo tiempo Sarah, no puedes tratar así a tu amigo indefenso —.

— No exageres Min, solo tarde unos minutos más —. Su sonrisa se ensanchó.

Sarah era la mejor y única amiga de YoonGi. Desde que el joven logró mudarse a la ciudad de Seúl comenzaron a crear un lazo inquebrantable.
YoonGi había decidido irse a la ciudad por problemas con sus padres, vivió un tiempo con su adorada abuela y al fin se independizó totalmente, yéndose a un apartamento.

En sus planes no estaba el tener que compartir habitación con una persona, pero Sarah cambio completamente su decisión.

— Sabes, estuve pensando —, dejó su bolso sobre el mostrador y suspiro — mejor dicho, recordando que habías tenido una pareja ¿Taeyang? ¿Tae...? —.

— TaeHyung —. Finalizó — ¿Eso qué tiene? —.

— Pues, yo se acerca de él, pero no sé toda la historia; solo que al final te engaño o algo parecido —. Sus ojos brillaron, pero por otro lado el menor sintió su corazón ser arrancado de su pecho.

— Posiblemente te la cuente —. Sus palabras salieron en un susurro casi inaudible.

— Si —.

La suave brisa hizo bailar sus mechones, YoonGi tomó entre sus manos el trapo para limpiar las mesas sucias, mientras que Sarah se dirigía con rapidez a encargarse de lavar los trastes del local.

Una película de recuerdos invadió la mente del pelinegro...

Los meses invertidos en dicha relación que al final de todo no funcionó.

La viva imagen del engaño en su propio hogar.

Los besos compartidos.
Las caricias regaladas.

YoonGi bajo la mirada con melancolía

Realmente esperaba encontrar un nuevo amor, uno que pudiera amarle como él esperaba y claramente amarle como él sabía hacerlo.
Quería una fuerza que los mantuviera juntos, el detenerlo a él y viceversa.
Un amor donde pudiera ser el mismo, donde pudiera regarle ese cariño que tenía atorado en su pecho, un amor tan bonito que hiciera que su corazón explotara de arcoíris y algodón de azúcar. Un amor como en las películas, un amor sólo de ellos.

TaeHyung había sido una persona realmente importante en su corazón y en su vida; pero las acciones que él menor había tomado no fueron las favorables para mantener su relación amorosa. YoonGi no podía decir que él no había hecho o había tenido actitudes que pudieron dañar en algún momento su relación; YoonGi podía ser un chico con poca paciencia, pero no sería un infiel.

Él creía que cuando estás en una relación se debe poner de tu parte para que funcione, no forzarse a nada y siempre tratar de que ambos estén totalmente cómodos.

YoonGi creía muchas cosas del amor, y realmente creía en el...

Solo que aún no encontraba con quien compartir el suyo.

𝐸𝓁 𝒸𝒽𝒾𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝑜𝓈 𝒸𝒶𝒷𝑒𝓁𝓁𝑜𝓈 𝒹𝑜𝓇𝒶𝒹𝑜𝓈 Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora