Prólogo

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- Samantha Maria Tomlinson no te volveré a repetir que...-respira hondo- ¡Te levantes de una puñetera vez de la puñetera cama!

Bonito nombre ¿eh? Es el resultado de mezclar a una española con un americano. Mamá era la española y papá el americano, pese a las suplicas de mi padre de que tenga un nombre normal, que no cause burlas en un futuro, mamá insistio en que el nombre de su abuela materna, María,  deberían perdurar y que mejor manera que agregarselo a su hija. Samantha María Tomlinson fue el resultados de una maravillosa descendencia latina. Solo ella se atreve a llamarme por mi nombre completo, ya que no llega a ser mi madre y estaría colgada de su dedo meñique del pie en el árbol del patio.

Bueno, dejando atrás esta increíble anécdota...

- ¡Samantha, porfavor! ¡Tenemos que hablar!

- ¡Mamá cállate!.- Grite riendo.- ¡Tienes voz de rata cuando gritas!

....

- Sammy...quita esa cara por favor, me estás matando...di algo.- Mamá me miraba suplicante, pero yo solo podía pestañear y mirar fijamente su cara.

Mi madre se iba de "retiro espiritual" con mi padre, según ellos porque su relación no está bien y no quieren que el proceso de arreglarlo me afecte, asi que se les ocurrio la increíble idea de arrancarme de Doncaster y mandarme a Bradford, donde mi querido hermano vive con sus queridos 4 amigos.

- No me lo puedo creer...¿Que haré con el instituto? ¿Y con Lauren?

No podía parar de darle vueltas a la idea de que me voy en una semana...¡UNA SEMANA! Con sus siete dias y todo.

- Samantha, tienes 18 años, de instituto nada. Y como todavía no te has matriculado en ninguna universidad...¡Te matriculamos en la Universidad de Bradford!

Y sonríe. ¿Cómo cojones sonríe después de verme la cara de terror? ¿Que clase de madre se cree que es?

- Y cariño, Lauren se mudo a Islandia a principios de año, no busques excusas. Han pasado ocho meses, te has negado a relacionarte con nadie más y hasta te has sacado el graduado desde casa, ya va siendo hora de que te de un poco el aire Sam.

Genial.

- Oh mamá, el aire también lo puedo tomar por la ventana, incluso puedo comprarme un ventilador, pero si lo que quieres es irte de parranda con papá por todo el pais pues... ¡Bien! ¡Me iré con Louis!.- Resignada me cruce de brazos y mire mal a mis progenitores, dolida por su abandono y enfurecida por no tener excusa.

Espera un momento...

- ¡Quietos hay!.- Detuve su huida y los mire entrecerrando los ojos.- ¡Canallas! ¡Tengo 18 años puedo quedarme aquí sola perfectamente!.- Sonreí triunfal.

- Sammy querida...no es que no nos fiemos de ti...que narices...¡No nos fiamos de ti!

Me lleve una mano al pecho y abrí mi boca, muy dolida.

- Mi niña, tesoro de mi corazón...Eres malcriada, grosera y te encanta ir dando manotazos a diestro y siniestro, nos aterra volver y encontrarnos con algo grave.

Touché.

- Puedo cuidar de mi misma, no haré nada grave,lo prometo. Incluso le abriré al cartero sin gritar desde la ventana: ¡Apaga la maldita bocina y deja mis putos paquetes en la puta puerta, y que te firme tu madre, estaba dormida!

- Samantha María, irás con Louis, también te echa de menos y no hay nada más que hablar.- Sentenció la jefa de la casa.

Y cuando mi madre dice "Nada más que hablar" la batalla está perdida.

Me levanté con pesadez de la mesa, subí las escaleras y me tire de espaldas a la cama, coji el móvil y marqué el número de mi hermano.

- ¡Mery! ¿Ya te dieron la noticia?

Louis siempre me llama Mery, nunca me llama ni Sam ni Samantha ni María ni nada; Mery.

- ¡Cállate maldito hijo de puta! ¡Me van a arrancar de mi hábitat natural y tu diste el visto bueno! ¡¿Quién te crees para tomarte esas libertades de decidir dónde viviré?! ¡¿Eh?! ¡¿Quién?!

Siempre me ha gustado que mamá sea Española y papá americano, porque me llevo lo mejor de las dos culturas, en este caso de la española me llevo sus increíbles insultos.

- No me vuelvas hablar así, ¿entendido?. Se que es duro y te costará adaptarte, pero me tienes aquí y haré que te lo pases en grande, ¿vale hermanita?

- Eres un capullo, pero te echo de menos Lui. Me costará, pero joder seguro que me adaptaré, vivir con mi hermano y sus amigos no es lo peor del mundo al fin y al cabo.

Ojalá y dios escuche mis plegarias.

- Tan mal hablada como siempre enana, te espero en una semana hermanita, te quiero y asegurate de dejar los tacos en casa, Liam se pone nervioso.

- Pues que se joda, mi naturaleza son los tacos. Te quiero, ¡Adiós!

Colgué el teléfono antes de que me reprochara que mi forma de hablar no es la adecuada para una chica educada de 18 años. Pero vamos ¿A quién le importa?

Yo solo espero que esta semana pase lo más lenta posibie.

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¡Hola!

Soy nueva y espero que les guste :)

Si esto va bien, publicaré cada semana. Háganme saber si les gusta ;)

Disaster.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora