El paso de los meses trae consigo nuevos cambios para los dos. Cada mañana es agradable al saber que ella está aquí conmigo. Nuestra relación ha tenido sus altas y bajas, pero el amor siempre ha sido lo suficientemente fuerte, como para sobrepasar cualquier obstáculo.
Despierto por el sonido de la alarma, debo alistarme para ir al trabajo. Noah aún se encuentra dormida, así que voy directamente al baño. De regreso, luego del aseo, sus hermosos ojos se fijan en mí.
—Haré el desayuno, quiero que te alimentes, mi amor— suelto la soga que sujetan sus manos a la cabecera de la cama y la llevo al baño.
Es costumbre levantarme primero, pues no puedo retrasarme para ir al trabajo. Le ayudo a bañar, luego la visto con esa camiseta blanca y larga; la misma que solía usar en la otra casa con el propósito de seducirme. La llevo a la mesa del comedor, después pongo la cadena en su pierna, cierro el candado y guardo las llaves dentro del bolsillo. El largo de la cadena es suficiente para que llegue al baño del primer piso y a la cocina mientas no estoy. Todo lo he hecho por precaución, ya que algunas veces se levanta un poco histérica, en especial cuando está en esos días del mes y ya ha tratado de salir por la ventana. Es un fastidio tener que ir a buscarla a cada rato. Enciendo la radio como todas las mañanas y pongo una canción instrumental, es perfecta para comenzar el día.
—¿Qué deseas comer, Noah?
—No tengo hambre.
—Siempre dices lo mismo, pero debes comer algo, linda.
—Realmente no tengo apetito.
—La comida es importante. ¿Sabes? Eras muy glotona antes. ¿Desde cuándo te has vuelto así? Estás mucho más delgada y no me gusta verte así.
—Ya te lo dije, no tengo apetito.
—Está bien, supongo que debo esperar a que te dé hambre.
Preparo el desayuno y lo traigo a la mesa, como no veo gesto en ella de comer, le extiendo un pedazo de jamón a su boca, pero gira el rostro.
—La comida no se debe desperdiciar. ¿Sabes cuántas personas mueren de hambre cada día? Preparé este rico desayuno para ti, no seas tan despreciativa. Me dolería mucho si algo malo te pasa por no querer alimentarte.
—Te dije que no quiero, Caden.
—Ya me quedó claro, preciosa. Me quedaré aquí hasta que decidas hacerlo, pero si llego tarde, tendré que castigarte de nuevo y realmente no quiero. Dejemos nuestras diferencias y problemas a un lado, solo quiero que comas, ¿sí? — descanso las manos al lado del cuchillo y simulo tocar las teclas del piano de la canción en la radio.
De alguna manera, eso siempre hace que le dé hambre. Sujeta el tenedor y prueba por fin el desayuno.
—Buen provecho, mi princesa. ¿Está delicioso?
—Sí.
—Eres tan linda— recuesto los codos sobre la mesa y contemplo su belleza—. Hoy, al igual que siempre, luces muy hermosa.
Luego de desayunar, lavo los platos y escondo todos los utensilios de la cocina en la gaveta bajo llave. Regreso a donde ella con la cinta y acaricio su cabello.
—Ya me tengo que ir a trabajar— en el intento de darle un beso, vuelve a girar su rostro—. Supongo que hoy tampoco me lo gané— corto un pedazo de la cinta y la pongo en su boca—. Recuerda no quitártela, quiero que esté intacta cuando llegue, linda. Esta tarde voy a preparar una buena cena para nosotros, no veo la hora de que llegue la tarde— acaricio su cabeza y sonrío.
Subo la radio y verifico que todas las ventanas estén completamente cerradas. Las cosas han cambiado mucho. Hace dos meses encontré este trabajo en el supermercado, no es la gran cosa, pero gano lo suficiente para pagar todo lo necesario. No quiero que Noah trabaje, quiero hacerlo todo yo. No veo el día en que ella decida estar conmigo como antes. Desde que nos reencontramos, no me ha dejado tocarla en ese aspecto y, aunque trato de besarla, siempre me evade. Quiero comprenderla y darle tiempo. Sé que es complicado para ella y más luego de lo que pasó en la otra casa. La traté muy mal y quiero enmendar todo eso, pero muchas veces es desesperante. Si ella pudiera comprender que todo lo hago porque la amo, quizá las cosas fueran distintas. No puedo quejarme mucho, porque por ahora me es suficiente con tenerla conmigo, pero sé que algún día no lo soportaré más. Todo tiene un límite y hay veces que me he visto muy presionado con su actitud y rechazo. Quisiera que me deje amarla y demostrarle cuánto la amo, pero siento que entre más lo trato, más difícil de alcanzar es.
—Buenos días— le digo al supervisor.
—Buenos días, Caden. Necesito que vayas por las dos cajas que te pedí ayer del almacén.
—Sí, señor.
Me encuentro con Suzy de camino al almacén. Ella es una de mis compañeras. Me ha ayudado mucho desde que llegué.
—Hola, Caden. ¿Cómo estás?
—Hola, Suzy. Estoy bien, ¿y tú?
—Tu corbata está mal puesta— arregla mi corbata, como la mayor parte del tiempo hace.
Suelo salir tan ligero de casa, que a veces olvido hacer estas cosas tan simples. Antes me volvía un ocho cuando la tenía acerca, pero poco a poco me he ido acostumbrando a ella. Ojalá Noah pudiera ser como Suzy en ese aspecto, pero creo que es mucho pedir.
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Parte Dos: Caden ✓ [PRONTO SERÁ RETIRADA]
HorrorLuego de haber pasado tanto en su niñez y en su desarrollo, Caden busca la manera de cambiar ciertos aspectos de su vida en un esfuerzo de unirse al resto de la sociedad. El ser humano posee innatamente el instinto de querer progresar y ser feliz en...