Matt estaba cansado, había quedado igual de desgastado que sus bastones después se la caótica noche que había tenido que pasar acompañado de un fastidioso Lucifer.
—Mmm, maldito impío... —su queja se vio reflejada en sus labios al ser despertado por las garritas del pequeño Franco en su espalda— ¿Qué hora es...?
El mínimo se restregó contra su espalda, era más saludable que antes, con un pelaje aun más suave gracias a los tres baños que tuvo que darle al terco animalito de oreja agujereada.
Matt se sentó con cuidado sobre la desordenada cama, topándose con un montón de plumas y un regalo en el proceso; uno muerto que le hizo saltar del susto.
El pequeño gatito adoraba dejarle palomas muertas como ofrenda.—Agh, Franco, ¿qué te he dicho de destrozar y matar? —le preguntó el pelirrojo sabiendo que no obtendría ninguna respuesta proveniente de ese adorable animalito que gustaba de subir a la azotea a cazar aves más grandes que él.
—No tienes remedio. ¡¿Y mi sala?! —Matthew se quedó parado en el umbral de su puerta, no atreviéndose a rondar por el living room lleno de papeles importantes ahora hechos tirones junto a las plumas de sus almohadas. Pequeña alimaña revoltosa.
—Ay, Franco, ¿Qué voy a hacer contigo?
El sanguinario minino se restregó contra sus piernas.
—Ser lindo conmigo no te va a salvar esta vez, malvado.El abogado liberó un suspiro frustrado; a Foggy no le gustará escuchar sobre la destrucción de documentos importantes para el caso que se encontraban tratando.
Miau, miau, miau.
—Sin peros, eres tan parecido a... Olvídalo. —el abogado comenzó a recoger los papeles que no se veían tan violentados con cuidado para dejarlos recargados en un buró que antes sostenía retratos de una pareja feliz: ahora estaban rotos en el piso.
Miau, miau.
—No vale la pena que te disculpes, no voy a dejar de estar molesto.
¡Miau, miau, miau!
Matt se quedó pensativo mientras limpiaba todo el desastre que si pequeña mascota llevó a cabo durante su sueño reparador, estaba taciturno, lamentándose en silencio y sin darse cuenta de ello por completo. Tratando de arrastrar algunos recuerdos de su mente a lo más profundo que le fuese posible.
—Es inútil, Franco.
(💀)
—¡Buenas tardes, querido diablillo! —le saludó Lucifer apenas entró en la típica cafetería de la esquina a la que Matt Murdock siempre iba para tomar un desayuno rápido: Café negro y un sándwich, eso era todo lo que necesitaba para sentirse él mismo de camino a su aburrida vida de ciudadano promedio para nada acercada a la del protector de la cocina del infierno que en ese bendito día salía en primera plana. —"El protector de Hell's Kitchen lo hizo otra vez", si me lo preguntas esta fotografía nocturna no le hace justicia a tu pecaminosa figura.
—Cállate, tu acoso me quita las ganas de comer.
—¿Sabes?, creo que el fallo en nuestra relación es tu falta de cooperación —se quejó el demonio con sentida indignación cruzándose de brazos para agregar más dramatismo a su actuación. Matt no respondió, ni se digno a ladear la cabeza en seña de que le escuchaba, sólo se dispuso a pegarle un gran mordisco a su comida. —En verdad que no lo entiendo, donde una mujer me abriría las piernas tú me las cierras. ¿No qué los hombres humanos eran más carnales?
—La tierra de Dios está tan llena de ironías —se burló el pelirrojo entornando sus ojos que jamás hallaban enfoque alguno tamborileando levemente sobre la mesa con sus bien cuidados dedos pensando en una cuenta regresiva para hallar su paz interior... O por lo menos una pequeña parte. —Eso me recuerda, ¿no tienes asuntos que atender muy lejos de mí y mi hora del desayuno?
Lucifer rió entre dientes, con una gracia un tanto forzosa mientras le regalaba una seductora morada a aquel que no podía caer ante sus pies por ella.
—Graciosamente no, mi diablillo, hoy mi único trabajo es descubrir si estas circuncidado. —Matt dejó caer lo poco que quedaba de su emparedado en su plato justo antes de poder pegarle un último mordisco. Lucifer se colocó una mano al pecho al ver la mueca de frustración en su rostro humano preferido. —Uy, ¿toqué algún nervio?
—Gracias por arruinarme el desayuno, Lucifer — Murdock fue a por el café descafeinado que apenas hubo tocado, pero no bebió de él, solo se dignó a sostenerlo con un firme agarre.
—De nada, mi lindo ciego, ¿alguna cosa que tu corazón desee?
El abogado sonrió tiernamente, resaltando esas mejillas que siempre estaban sonrosadas y sus perfectos dientes que iluminaban hasta el monasterio más ensombrecido.
—Siendote sincero, si, tengo un deseo que solo tu puedes satisfacer.
Lucifer se acercó al abogado ante esa repentina declaración, afincándose en la mesa para apreciar ese bello rostro y esos ojos perdidos que por un momento pensó, por unos pocos instantes, que se fijaban únicamente en su persona. ¡Oh, como le satisfacía enormemente pensar eso!
—¿Yo?, ¿y qué podría ser eso, mi diablillo favorito?
Lucifer se preguntó entonces si su efecto lascivo finalmente había surtido efecto en el pelirrojo, cuando el abogado ciego se animó a acariciar el interior de sus muslos con su pierna. El legitimo diablo quedó completamente embobado,
—Quemaduras faciales. —la transformación en la expresión de Lucifer Morningstar fue algo que a Matt Murdock le hubiese gustado apreciar a cualquier costo, pero con escuchar sus aullidos después de haberle arrojado el café bastaba y sobraba para él.
—¡Matt Murdock! —bramó el príncipe de las tinieblas pitando detrás del abogado que salía de la cafetería sin importarle ni un poco el quitarse el café de la cara. —¡Mi cara es sagrada!
La furia no podía estar más clara en el rostro del invidente, aun más que en la de Lucifer.
— ¡No según toda la ciudad!
—¡¿Es que acaso el diablo no tiene derecho a divertirse?! —se quejó el moreno sacando el pañuelo de decoración rojo en su bolsillo para quitarse toda esa sustancia que manchaba su buen mozo rostro.
— ¡Siempre y cuando no me arruines la mañana, impío!
Y ahí iban ellos por las calles, un molesto ciego de cabellos rojos como el fuego dirigiéndose a su oficina y un moreno con el mismo humor detrás de él con un halo dorado alrededor de sus atrayentes ojos infernales.
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Quod diaboli Cattus [Fratt]
FanfictionMatt ha quedado solo, pero en un mal día es seguido a casa por un... ¿Gato? ♥♥♥ Se prohíbe la copia o adaptación de esta obra sin el permiso oficial del escritor. Cualquiera que vea esta obra en otro perfil haga el favor de denunciar a la copia. Fec...